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Una mujer verdaderamente valiente

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Aileen: Bienvenidas nueva vez a nuestro podcast “Mujer para la gloria de Dios”, quien les habla Aileen Pagan de Salcedo, Cathy Scheraldi de Núñez y Mayra Beltrán de Ortiz MPLGDD es una producción del Ministerio de mujeres Ezer, de la IBI, bajo la sombrilla del Ministerio de Integridad & Sabiduría. La serie se llama “El valor de la mujer ante los ojos de Dios”.

El programa de hoy lo hemos titulado “Una mujer verdaderamente valiente” y la pregunta que queremos contestar al terminar el programa es: ¿Estoy dispuesta a compartir mi pasado pecaminoso, para que el perdón de nuestro Dios brille?

Mayra: ¡Gracias a Dios por todas las oyentes que nos apoyan con su sintonía y mensajes, es una bendición poder compartir con ustedes! 

Y por esto también las invitamos a compartir con nosotras a través de preguntas reflexivas que posteamos en Instagram, para sacar mayor provecho personal al contenido de MPLGDD.  ¡No dejen de responderlas! 

Y como siempre, oremos antes de iniciar con nuestro estudio…

Cathy: La semana pasada compartimos sobre la mujer samaritana, a quien Jesús abordo en el pozo de agua. Esta era una mujer con un pasado cuestionable, con que los judíos no se asociaban, ¡en obediencia al mandato de Dios de no asociarse con gentiles para no volverse inmundos!  

Sin embargo, esta fue la primera persona a quien Jesús se reveló como El Mesías, y quien se convirtió en la primera misionera conocida en el NT. 

Aileen: ¡Y este llamado de Dios a los judíos, de guardarse en santidad, es para todos nosotros? ¡Claro que sí!  

Sin embargo, no así para Dios quien es puro y no tiene una inclinación natural al pecado. De hecho, es aún mejor, porque cuando Dios decide asociarse con pecadores, en vez de ensuciarse, ¡Él nos limpia y nos hace puros por medio del sacrificio de Jesús! 

Por eso aquel encuentro de Jesús con la samaritana no debe sorprendernos porque El mismo dijo “Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento”. (Lucas 5:31-32) 

Cathy: ¡¿Pero entonces por qué su pueblo no aceptó a Jesús?!

Mayra: El problema fue que, dado el orgullo del hombre, los judíos pensaron que eran justos y que por ende no necesitaban del consejo de Jesús, ¡a quien nunca reconocieron como El Mesías!

Ahora yo pregunto: ¿Y nosotras?, quienes hemos sido elegidas y limpiadas por el Señor, ¿creemos que no necesitamos estudiar y aplicar las escrituras para acercarnos al Mesías? No hay nada nuevo bajo el sol (Eclesiastés 1:9).

De hecho, déjenme leer este versículo para que veamos la sabiduría de nuestro Dios “Lo que fue, eso será, y lo que se hizo, eso se hará; no hay nada nuevo bajo el sol.”  

Cathy: ¿Entienden que lo que fue será, y lo que hizo hará? ¡Este no es un trabalenguas sino una advertencia para nosotras! 

Hoy queremos evaluar a la mujer que entró en la casa de Simón, cuando Jesús fue invitado allí.

Y para contextualizar esta historia es bueno revisar el trasfondo judío alrededor de sus personajes. Simón era un fariseo, parte de la elite de los religiosos, respetado y temido por todos. ¡Y creo que no es necesario recordarles          que tanto el pueblo como los fariseos, pensaban que ellos eran superiores! 

Aileen: Y hay otro aspecto de esta historia que difiere de nuestras culturas hoy en día, y que necesitamos entender también. 

Cuando nosotras invitamos a alguien a nuestra casa, esta invitación es exclusiva y, solamente asisten estas personas.  Sin embargo, la cultura judía era diferente. Su cultura no era individualista sino una cultura comunal, y por tanto sus hogares eran más abiertos. 

Por ejemplo, como paso en esta historia, que alguien famoso fue invitado a la casa, los vecinos podían entrar y aunque no se sentaran en la mesa, podían sentarse en el piso alrededor y escuchar las palabras del invitado.

Mayra: ¡Ahora sí que me hace más sentido como fue que esta mujer entró en la casa de Simón! 

Es fácil asumir que ella había oído de Jesús, porque el pueblo entero hablaba de Él. Sin embargo, no sabemos porque ella, en lo particular decidió buscar a Jesús. 

¿En cuáles de sus milagros ella fue testigo?, o si fue atraída por Sus enseñanzas?

No sabemos, sin embargo, lo que sí sabemos es que su asistencia a aquella reunión fue premeditada. Porque ella llevaba consigo un frasco de alabastro con perfume.

Cathy: Esta era una persona marginada, una mujer con un pasado del cual muy probablemente ella  se avergonzada. Solamente podemos imaginar cómo el pueblo la trataba con desprecio.  Sin embargo, su determinación fue admirable. porque no solamente se atrevió a entrar a una casa extraña para acercarse a Jesús, sino que entró en la casa de un fariseo!

De hecho, el que las personas de la casa no le prohibieran entrar, ¡y que Simón mismo no la botara de su casa era orquestación del Señor!

Aileen: Sobre todo que en general, las personas que iban a estos encuentros eran hombres, ¡y esta era una mujer y con un pasado vergonzoso! ¿No es esta mujer un ejemplo de valentía? Porque especulo que debió tener mucho miedo. Sin embargo, no permitió que nada ni nadie la mantuviera alejada. ¡Esta es la clase de determinación que Jesús nos pide a nosotras, Sus hijas!

Mayra: Solo puedo imaginar el momento cuando esta mujer entró, y el horror de Simón al verla. Pero ella estaba enfocada totalmente en Jesús como si Él fuera la única persona en aquella habitación, y se apresuró para ir donde Él.  Este es un ejemplo de cómo amar al Señor con todo tu corazón, alma, fuerza y mente (Lucas 10:27). ¿Cuántas de nosotras, que ya tenemos la morada del ES, tenemos esta determinación? 

Cathy: ¡Wow, esta mujer vio algo diferente en Jesús! 

¿Y nosotras, que ya sabemos que no podemos perder la salvación, nos seguimos maravillando en Jesús?  ¿O simplemente damos por sentada nuestra salvación? Son preguntas difíciles pero necesarias para que cada una de nosotras evaluemos como están nuestros corazones. Aunque la Palabra no nos dice con exactitud, se especula que esta mujer era una prostituta., que entró en una habitación llena de hombres! Y siendo la única mujer, no se amedrentó y se arrodilló a los pies de Jesús, ahuecó sus pies en sus manos, soltó su pelo y comenzó a llorar. 

Aileen: Y su llanto fue tanto que fue capaz de regar los pies de Jesús con sus lágrimas, para luego secarlos con sus cabellos, mientras los besaba. 

Y entonces ungió sus pies con el perfume. ¡Aun en nuestras culturas hipersexualizadas, esta es una escena extraña e impactante!  

Solo puede imaginar lo que los demás hombres pensaron. Estas eran acciones intimas, propias entre esposos y en privado. ¡Y he aquí a Jesús con esta prostituta! 

Mayra: Y dado el trasfondo de esta mujer, podemos especular que no era una persona con mucho dinero.  Sin embargo, no escatimo en derramar sobre los pies de Jesús su valioso perfume. ¡Y Jesús, el Dios que nunca despreciará un corazón contrito y humillado la perdonó (Salmos 51:17)! 

Y evaluemos ahora el proceder de Jesús. Esta mujer había violada las leyes de la cultura judía al entrar en aquella casa. Sin embargo, Jesús no se molestó por esto ni lo vio como una violación en si ¡Sino más bien como una muestra de amor hacia El!

Cathy: ¿Notan de nuevo como Sus caminos y pensamientos no son los nuestros? Dios no se fija en la apariencia externa como nosotras, sino que mira el corazón (1 Samuel 16:7). Y noten otra cosa, y es que el dueño de esta casa, ¡el respetado Simón de aquella comunidad, quien había recibido a Jesús en su casa, sería luego uno de los que le condenará a muerte! 

Aileen: Simón dudó de la divinidad de Jesús, al este permitir que esta mujer pecaminosa lo tocara. Por  eso Jesús, en su increíble sabiduría se dirigió a Simón con una parábola sobre el amor. Si alguien perdona algunas deudas, y una es mucho más grande, ¿quién amara más al prestamista? Y Simón contestó correctamente. Y Jesús siguió con su lección, al comparar lo que esta mujer pecaminosa había hecho, y lo que Simón no hizo. Ouch!    

Mayra: Simón también había violado las costumbres judías. Él no besó a Jesús al entrar en su casa, no le ofreció agua para limpiar sus pies, ni tampoco colocó el aceite tradicional en la cabeza del invitado. ¡Simón no le dio nada a Jesús!

Mientras que esta mujer si hizo todo esto, y aún más. Ella vino con un corazón arrepentido y dio todo lo que tenía. ¡Ella no pidió nada, pero recibió lo que solamente Dios puede dar, la salvación! 

Cathy: Ella recibió la gracia, misericordia y amor de Dios. Aunque la Biblia no nos refiere que esta mujer dijera mucho, no fue tampoco necesario porque Dios evalúa nuestros corazones. ¿Creen que fueron sus hechos lo que hizo que ella recibiera su conversión?

Aileen: ¡Claro que no! nuestra salvación es solo por fe!

Cathy: Y leamos lo que Jesús le dijo “Tu fe te ha salvado, vete en paz.” (Lucas 7:50) Fue su fe lo que la salvó, sin embargo, debemos recordar lo que Santiago nos enseña en 2:26 “Porque, así como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin las obras está muerta.” ¡Ella demostró a todos a su alrededor y a todas las generaciones después que Jesús es fiel y ama a pecadoras! 

Mayra: Meditemos sobre la fe que manifestó esta mujer y evaluemos si tenemos tal grado de fe en nuestras vidas. Cuestionémonos también si estamos dispuestas a compartir sin miedo, ¡cómo éramos antes de conocer a Cristo, y mostrar el infinito poder de Aquel que nos salvó, Jesús! Escuchemos Su voz mientras seguimos estudiando Su Palabra esta semana. En nuestro próximo encuentro estudiaremos sobre la queja de Marta contra su hermana María. 

¡No dejen de sintonizarnos, les esperamos!  

Cathy: Queridas hermanas, recuerden que tenemos una gran necesidad de sus oraciones para seguir compartiendo con ustedes sobre la verdad de nuestro Dios. Oremos por el programa Mujer Para la Gloria de Dios, y toda iniciativa por compartir el evangelio. 

¡Necesitamos la protección de nuestro Señor! 

Aileen: Les esperamos en nuestro próximo encuentro, 

Dios les bendiga.