Inicio A la espera del Salvador Día 2: A la espera del Salvador como Isaías

Día 2: A la espera del Salvador como Isaías

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Isaías 9:2-7
«El pueblo que andaba en tinieblas ha visto gran luz; a los que habitaban en tierra de sombra de muerte, la luz ha resplandecido sobre ellos. Multiplicaste la nación, aumentaste su alegría; se alegran en tu presencia como con la alegría de la cosecha, como se regocijan los hombres cuando se reparten el botín. Porque tú quebrarás el yugo de su carga, el báculo de sus hombros, y la vara de su opresor, como en la batalla de Madián. Porque toda bota que calza el guerrero en el fragor de la batalla, y el manto revolcado en sangre, serán para quemar, combustible para el fuego. Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz. El aumento de su soberanía y de la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre su reino, para afianzarlo y sostenerlo con el derecho y la justicia desde entonces y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos hará esto.»

Isaías 7:10-14
«El Señor habló de nuevo a Acaz, diciendo: Pide para ti una señal del Señor tu Dios que sea tan profunda como el Seol o tan alta como el cielo. Pero Acaz respondió: No pediré, ni tentaré al Señor. Entonces Isaías dijo: Oíd ahora, casa de David: ¿Os parece poco cansar a los hombres, que también cansaréis a mi Dios? Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel.»

Año tras año, celebramos la llegada de nuestro Salvador, pero algo que no todos saben es que este fue anunciado por cientos de años por profetas que no entendían exactamente como y cuando Él llegaría.

Reflexionemos sobre el profeta Isaías quien vivió 700 años antes de Cristo y algunas de las cosas que él dijo con relación a nuestro Señor. 

En Isaías 9:2, Isaías dice, “El pueblo que andaba en tinieblas ha visto gran luz; a los que habitaban en tierra de sombra de muerte, la luz ha resplandecido sobre ellos.”

Isaías estaba consciente de la oscuridad (que representaba el pecado) en medio de la cual yacía el pueblo y conocía su necesidad de una luz. En este versículo, en un libro escrito cientos de años antes del nacimiento de Cristo, él recuenta el momento cuando eso vendría a ocurrir. Isaías nos dice cómo el pueblo que estaba habitando en medio de la oscuridad de repente vio una gran luz. Esa luz es la salvación que Cristo vino a traer y el mensaje del evangelio.

Él anuncia a este Mesías dándonos algunos detalles acerca de Su llegada. En Isaías 9:6, él dice, “Porque un Niño nos ha nacido, un Hijo nos ha sido dado, Y la soberanía reposará sobre Sus hombros. Y se llamará Su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” Isaías relata su revelación diciéndonos que el Mesías iba a venir como un niño, tal y como si esto hubiese sido algo del pasado cuando en realidad todavía faltaban siete siglos por venir.

Es increíble ver cómo en la mente de Dios, las cosas son anunciadas como si ya hubiesen ocurrido para comunicarnos la certidumbre de los hechos que han de venir.

Isaías nos cuenta cómo ese Niño en el tiempo iba a crecer, y no solamente en tamaño, sino también en sabiduría y en términos de Sus funciones. Es ahí que Isaías anuncia que Él sería un admirable consejero, un Dios poderoso, padre eterno y príncipe de paz.

Isaías llama a Cristo “Padre Eterno” no porque Él y el Padre fueran dos personas distintas. Él le llama así porque Dios es uno y existe en una trinidad y, como trinidad en fin, Él es ese consejero, Él es ese Padre Eterno y Él es ese Hijo. Podemos ver como el profeta anuncia varios títulos que pudiéramos encontrar en Dios y que el Hijo venía a revelar.

Además de esta revelación, anterior al capítulo 9, Isaías había hecho también otro anuncio para ayudarnos a entender un poco más acerca de quién era Aquel que el pueblo estaba esperando. Una vez más, él no tenía claridad de cuándo, cómo y donde el Mesías llegaría, pero en Isaías 7:14, Isaías dice lo siguiente, “Por tanto, el Señor mismo les dará esta señal: Una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel.”

Hoy nosotros sabemos que este Mesías nació de una virgen de forma milagrosa, ya que esto es físicamente posible. Esta virgen fue visitada por el Espíritu de Dios, y entonces ella concibe sobrenaturalmente con nada más y nada menos que el Mesías anunciado, el Hijo de Dios, Emmanuel, Dios con nosotros.

Ese es el Jesús que hoy celebramos. 

No celebramos un cumpleaños más de Jesús todo los años. ¡No! Nosotros recordamos en la celebración Su entrada, Su nacimiento que trajo una gran luz y salvación a un mundo que estaba en tinieblas, tal y cómo lo contó Isaías.