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La instrucción de como correr

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Serie: A correr y ¡correr bien!

Entonces ya habiendo visto en el articulo anterior el llamado que Hebreos 12:1-3 nos hace a correr, y a correr esta carrera agónica, lo próximo que el autor nos instruye es a cómo correr esta carrera.

Hebreos 12:1 nos dice: “Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”

Muchas instrucciones se nos dan en esta porción, pero para el beneficio de este articulo me quiero concentrar solo en uno, en el llamado que Dios a través del autor de esta carta nos hace a correr, y a correr estimuladas por el precedente.

Te cuento que nosotras no somos las primeras ni seremos las últimas en correr esta carrera. El primer verso de este capitulo comienza diciendo: Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe”

Lo primero que nos viene a la mente cuando leemos este pasaje es que hay una especie de “grada” en el cielo en la cual están sentados todos los santos que nos antecedieron y ellos están viéndonos desde allá. La Biblia nos dice claramente que el que murió no ve para acá abajo, pero entonces ¿que me quiere ensenar esta porción cuando se me habla de estos testigos que nos rodean?

La explicación de esto viene desde el cap. 11, “Por lo tanto” es lo que continua después de que este capitulo y se nos da un detalle de aquellos hombres y mujeres que vivieron por fe y no por vista. Toma en cuenta que para los judíos que leían esta carta ya ellos tenían una ventaja con relación a los héroes del Antiguo Testamento. Estos tenían a su alrededor testigos oculares de Jesús, el testimonio fresco. El Mesías ya había venido y el sacrificio ya había sido aceptado. Ellos tenían la presencia del Espíritu en ellos, cosa que no gozaban los creyentes del Antiguo Testamento, y aun así, se nos dice de estos héroes del capitulo 11, que ellos por su fe dieron pasos importantes.

Recuerda que Hebreos 11 nos dice que la fe: es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver.”

Te voy a mencionar solo algunos de estos personajes citados en el capitulo 11:

Noé, por la fe, el construyo un barco en obediencia a un Dios que le advertía cosas que el desconocía. ¿Un diluvio?, ¿inundación?, el no conocía nada de eso. Pero por la fe el le creyó a Dios y obedeció.

Abraham, por la fe, al ser llamado, obedeció y se fue de su tierra sin saber a donde iba. Y ese fue el mismo hombre que por la fe estuvo dispuesto a ofrecer a su único y anhelado hijo.

Moisés, por la fe, rehusó llamarse hijo de la hija del faraón y colocarse en una situación peligrosa. Y así sucesivamente este capitulo sigue enlistando a estos personajes con una fe envidiable.

Pero fíjate que estos eran hombres y mujeres que vivieron sus vidas confiando completamente en Dios para todo y son personas cuyo testimonio nos estimulan. Si estimularon a los de la iglesia primitiva, cuanto mas no nos deben de estimular a nosotros que tenemos toda la historia completa en nuestras manos, es decir La Biblia.

Hermanas, tenemos una gran nube de testigos que nos lo recuerda. Que nos dicen, si se puede. Ojalá y que en los momentos de incertidumbre podamos recordar a un Abraham. Que en los momentos de tentación podamos recordar a un José. Que en los momentos de enfrentamientos y hostilidad yo pueda recordar a un Elías. Que en los momentos de desánimo pueda recordar a un Moisés. Que cuando el enemigo me abruma pueda recordar a un Gedeón.

Ciertamente, esta carrera “agónica” de la fe es posible vivirla porque ya hubo hombres de carne y huesos como nosotras, pecadores, que la vivieron y no tenemos excusa. El testimonio de estos héroes sienta un precedente que me estimula a correr y correr bien.

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Miembro de la Iglesia Bautista Internacional en Santo Domingo, República Dominicana, y forma parte del ministerio de mujeres EZER. Está casada con el pastor Héctor Salcedo con quien ha procreado dos hijos Elías y Daniel. Junto a él sirve en el ministerio de jóvenes adultos solteros MAQUI. Chárbela posee una maestría en Formación Espiritual y Discipulado del Moody Theological Seminary, de la ciudad de Chicago.