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¿Qué haría Jesús con sus redes sociales? 

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Si eres chica noventera como yo, es probable que hayas visto o usado una de aquellas pulseritas de silicona, en diversos colores, con las iniciales “WWJD”, ¿iniciales de “What Would Jesus Do?” (“¿Qué Haría Jesús?”). Estas pulseras fueron muy populares en esa época como un recordatorio para los cristianos de reflexionar sobre cómo actuaría Jesucristo en diversas situaciones. La idea era promover una conducta ética y moral basada en los principios cristianos, como una herramienta para la autoevaluación y recordatorio constante de vivir una vida que le refleje. Tengamos este elemento pendiente y volveremos a él más adelante. 

En la actualidad, la era digital y el uso masivo de las redes sociales nos plantea un escenario complejo, donde contemplamos montones de información como espectadores y también donde tenemos la posibilidad de compartir información, emitir opiniones y juicios o mostrarnos a los demás como queremos que nos vean con un alcance mucho mayor de lo que imaginábamos. Ya sea que consumamos o emitamos contenido, muchas veces las usamos como un medio de desahogo, sentir aprobación y estar al pendiente de lo que sucede en la vida de otros.  

Como expresa Pepe Mendoza en su libro “Proverbios para necios”, cuidemos de no caer en necedad distrayéndonos de nuestra realidad cercana y la dirección eficiente de nuestras propias vidas. Consumir una gran cantidad de tiempo valioso envidiando las vidas ajenas y procurar maquillar lo rutinario de las nuestras para que luzcan más interesantes alimentando nuestro orgullo, son modos de caer pecados de envidia y vanagloria, y una forma de descuidar nuestra propia vida enfocada en lo eterno. 

Por otro lado, no hay duda que existen aspectos positivos. Volver a conectar con viejos amigos y aumentar nuestra esfera de influencia puede dar lugar a oportunidades de evangelización no disponibles en otros lugares. Las redes sociales nos permiten volver a conectar con personas con las que habíamos perdido el contacto y abrir oportunidades para compartir a Cristo. Así, podemos influir en las opiniones de los demás con lo que publicamos, aportando ánimo y orientación espiritual a otros. 

Esto nos sitúa en la posición de preguntarnos ¿qué haría Jesús? Y aunque ciertamente nuestro Señor no tenía Instagram, Tik Tok, Facebook o X (anteriormente Twitter), ni la Palabra menciona las redes sociales como tal, Dios sigue siendo el mismo y nos conoce a la perfección: somos pecadores con un corazón engañoso y al mismo tiempo con un alto llamado a ser sal y luz en un mundo necesitado de Él.  

La realidad es que la tecnología en sí misma no es buena ni mala, pero nuestro uso sí lo determinará. La respuesta a si las redes sociales son una enorme pérdida de tiempo que nos distrae o es un gran campo misionero, estará determinada por si podemos pedir honestamente a Dios que bendiga y utilice nuestras acciones para sus propios propósitos. «Entonces, ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios.» (1 Corintios 10:31). Si estamos dispuestos a dejar que Dios utilice nuestra vida para Su gloria, tenemos la libertad de participar. Pero el que practica la verdad viene a la Luz, para que sus acciones sean manifestadas que han sido hechas en Dios.” (Juan 3:21) 

Si decides hacer uso de tus redes sociales, por favor considera con atención los siguientes puntos: 

  1. Vivamos a la altura del Dios que conocemos. Nuestro conocimiento de Dios afecta toda nuestra existencia, incluida la manera en cómo uso o decido no usar las redes sociales. Conocer lo que le agrada y lo que aborrece nos ayudará a decidir sabiamente qué ver y qué desechar, qué publicar y de qué abstenernos.  
  1. Seamos conscientes del efecto adictivo. Cuando uses las redes no termines atrapado haciendo “scroll” infinito perdiendo la noción del tiempo. Necesitas permanecer alerta del efecto dominador de estas plataformas (para eso fueron diseñadas) y ser intencional en ejercitar tu dominio propio. En este punto debo ser clara, si esto te es de piedra de tropiezo, lo recomendable es evitarlo. Por tanto, tengan cuidado cómo andan; no como insensatos sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.Así pues, no sean necios, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor.” (Efesios 5:15-17) 
  1. Redimamos su uso para la gloria de Dios y la bendición de otros. Ser sal y luz es un llamado en todos los contextos, por lo que debemos ser un contrapeso ante los que influencian dañando nuestra generación. Procuremos ser voz que alcanza a otros, redirigiendo sus miradas al Evangelio. Al mismo tiempo, toma en cuenta que las plataformas digitales no están diseñadas para el evangelismo como tal. Puedes alcanzar con información centrada en Cristo, pero no necesariamente ejercer un discipulado personal. Mira cómo Pablo expresa en sus cartas que anhelaba estar con los hermanos de las iglesias para continuar su instrucción. 
  1. Compartamos con gracia lo que edifica. Cuando interactúes o compartas contenido recuerda Filipenses 4:8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto mediten. Con esto en mente, esto publiquen.  

¿Recuerdas nuestra la pulserita “¿Qué Haría Jesús?” del inicio? Más allá de invitarte a que consigas una o cualquier otro objeto que sirva para el propósito de este ejercicio reflexivo continuo, quisiera resaltar que esto puede lucir inofensivo y un modo de ejercitar la disciplina a la obediencia a Dios aún en el uso de tus redes sociales, lo cual es bueno…pero no del todo. Considero que este método alimenta una conducta exterior basada en mi fuerza de voluntad para obedecer que no necesariamente estará alineada con las motivaciones y anhelos de mi corazón. Realmente no necesitamos una “muletilla” para someternos a la Palabra, más bien necesitamos al mismísimo Espíritu Santo que mora en nosotras transformando nuestros afectos para que nuestra respuesta natural sea obedecerle gozosa y amorosamente en respuesta a Su gracia. Ora por eso. 

Así que si me preguntas qué creo sobre lo que haría Jesús con sus redes sociales, me inclino por una respuesta fundamentada en un orden de prioridad concreto y un balance: Si estás leyendo esto desde tu teléfono celular o desde tu computadora, por favor desconéctate unos minutos, retírate a un espacio en calma y conéctate con tu Señor. Disfruta de su presencia. Luego cuéntale al mundo de su bondad. Que tus acciones estén dirigidas en conexión con el Único que puede transformar corazones. 

“Mira, pues, que la luz que en ti hay no sea oscuridad. Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, sin tener parte alguna en tinieblas, estará totalmente iluminado como cuando la lámpara te alumbra con sus rayos” (Lucas 11:35-36). 

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Esposa y madre apasionada por Cristo. Rendida a Sus pies desde 2013. Miembro La IBI desde 2019. Graduada del Diplomado en Estudios Bíblicos del Instituto Integridad & Sabiduría y cursando la concentración en Consejería Bíblica. Staff de La IBI e Integridad & Sabiduría sirviendo en Planificación y Proyectos para Su gloria.