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La providencia de Dios obra a través de la persecución

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Este domingo, el pastor Miguel Núñez continuó con la serie “Hasta los confines de la tierra” con el sermón “La providencia de Dios obra a través de la persecución” basado en Hechos 8:1-8.

Como un Dios omnipotente, interesado más en salvar a pecadores que nosotros, es fácil pensar que El orquestaría que sus hijos prediquen el evangelio sin oposición o peligro. Pero la verdad es que parece que pasa lo opuesto con frecuencia: que a los mejores de Dios les ocurren las peores cosas. A través de los años, Dios ha usado la persecución para aumentar el tamaño y la fortaleza de Su iglesia.

¿Por qué Dios permite la maldad, incluso en contra de Sus planes? ¿Por qué las bendiciones no son iguales para todos? ¿Por qué prosperan los malvados? Si Dios es bueno, ¿por qué no minimizado el sufrimiento y maximizado el gozo?

Las respuestas a estas preguntas se escapan de nuestro entendimiento. Aun así, si vemos la Biblia, podemos ver que Dios ha usado el mal y el sufrimiento como instrumentos para llevar a cabo Sus propósitos. En el versículo de hoy, vemos que es a través del dolor y el sufrimiento que el Evangelio comienza a salir de Jerusalén. La encomienda de Cristo era que la Palabra de Dios saliera a las naciones, algo que no ocurrió hasta después que Esteban, un hijo fiel de Dios fue apedreado por confrontar a otros con sus pecados.

La Biblia dice que eventos y actividades humanas tienen detrás fuerzas espirituales de maldad, lo cual significa que constantemente estamos en una guerra espiritual. El incrédulo es cautivo del diablo para hacer su voluntad por que el incrédulo tiene una naturaleza carnal que Satanás sabe controlar. El diablo usa a seres humanos para el mal, pero Dios lo permite para probar nuestra fe. La fe es probada por el fuego; la fe es modificada, mejorada, enriquecida por la tribulación. No tenemos las respuestas de porque Dios permite el dolor y el sufrimiento. Aun así, sabemos que quizás Dios permite la persecución en la vida de sus hijos para demostrarle a las fuerzas de las tinieblas que aun en la condición más débil que podamos llegar, Satanás es incapaz de destrozar y oponerse a Sus propósitos.

 

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