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La aflicción cultiva tu santidad

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Este domingo, el pastor Miguel Núñez predicó el sermón “La aflicción cultiva tu santidad” basado en 1 Pedro 1:13-16.

Continuamos con una serie basada en la primera carta de Pedro a judíos que estaban dispersos y se encontraban bajo persecución. Ese era un grupo que podía ser calificado simultáneamente como elegido por Dios y rechazados por el mundo. En esta carta Pedro está tratando de animar a los lectores a vivir con esperanza en medio de los peores tiempos.

Para una gran cantidad de personas, la aflicción nunca luce como bendición y, sin embargo, el salmista nos dice el salmo 119:75 que es bueno para él ser afligido. Si piensas lo contrario, no estás pensando bíblicamente. Por otro lado, frecuentemente asociamos la palabra “santidad” con un castigo o una disciplina a pesar de que la razón por la cual Cristo fue a la cruz fue para hacernos santos. Por consiguiente, cuando la santidad no me resulta atractiva, yo estoy pensando de una forma “anti-Cristo”.

Uno esperaría que, si Pedro le está escribiendo a personas que están bajo aflicción, que él pondría un énfasis en aquellos atributos del carácter de Dios más “apropiados” para personas en esa situación. En ese sentido, pensaríamos que el énfasis estaría en la gracia de Dios o en Su misericordia, amor, consolación y poder en medio de la debilidad. Sin embargo, nunca esperaríamos un llamado a la santidad en una carta escrita a personas en medio de la tribulación.

No obstante, este llamado si tiene todo el sentido del mundo. Pedro sabe que aquellos que atraviesan por la tribulación son propensos a dos debilidades típicas de la naturaleza caída: la desesperanza y la mundanalidad. La desesperanza y desesperación puede resultar como fruto del dolor y como respuesta a no poder ver una salida de una situación difícil. Por otro lado, la mundanalidad puede resultar como consecuencia de querer encontrar relajación y descanso para la carne, olvidando que la energía corporal está directamente relacionada a la energía espiritual (Isaías 40:31).

En 1 Pedro 1:13-16, Pedro está tratando de preparar a sus lectores para las circunstancias que están viviendo y las que vienen de camino. La manera como Pedro anima a sus lectores quizás no sea la esperada por nosotros; pero como estas palabras fueron inspiradas por Dios tenemos que descubrir de qué forma estas palabras pueden preparar al pueblo de Dios para atravesar tiempos duros, desafiantes, opresivos y dolorosos.

Veamos las recomendaciones de Pedro para tiempos difíciles:

  1. “preparen su entendimiento para la acción.”
  2. “Sean sobrios en espíritu.”
  3. “pongan su esperanza completamente en la gracia que se les traerá en la revelación de Jesucristo.”
  4. “Como hijos obedientes, no se conformen a los deseos que antes tenían en su ignorancia…”
  5. “sean ustedes santos en toda su manera de vivir.”