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Jesús, el perfecto maestro

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Aileen: Bienvenidas a su espacio Mujer para la gloria de Dios.  Les saludan quien les habla, Aileen Pagan de Salcedo, Cathy Scheraldi de Núñez y Mayra Beltrán de Ortiz. Mujer para la Gloria de Dios es una producción del Ministerio de mujeres Ezer, de la IBI, bajo la sombrilla del Ministerio de Integridad & Sabiduría.

Hoy seguimos con la serie sobre la vida de Jesús. Este programa se titula “Jesús, el perfecto maestro”.  Y la pregunta que nos hacemos hoy para mayor reflexión en nuestras vidas es: ¿Qué estoy haciendo para ser una mejor representante de Jesús?

Cathy: ¡Gracias a Dios quien nos permite continuar compartiendo nuestro espacio de MPLGDD! Recuerden contestar las preguntas que estamos posteando en Instagram, para que puedan sacar mayor provecho personal al contenido de MPLGDD. 

Como siempre antes de iniciar con nuestro estudio, vamos a presentarnos a nuestro Señor, oremos.

Mayra: La semana pasada estudiamos acerca de momentos importantes como lo fueron la circuncisión y presentación de Jesús en el Templo, ante Simeón y Ana la profetiza. Y al leer todas estas historias, me llama la atención identificar la guerra espiritual, alrededor del Hijo de Dios y me pregunto ¿por qué entonces nosotras hoy creemos que debemos tener una vida fácil?

Aileen: Y para responder tu pregunta, varias cosas vienen a mi mente. Primero, nadie nace siendo cristiano, y mientras vamos creciendo nos creemos las mentiras del mundo. 2 Corintios 4:4 nos dice que “el dios de este mundo ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios.” Sumado a que, dadas nuestras mentes entenebrecidas y corazones engañosos, nos creemos que merecemos todo lo que queremos.

Cathy: Quiero compartirles una anécdota de algo que me sucedió hace unos años. Cuando estaba haciendo mi entrenamiento en endocrinología en la universidad de Columbia, hace ya muchos años; una compañera que trabajaba en el laboratorio haciendo experimentos con ovejas, me dijo que estos animales eran bien brutas. Podías hacer cualquier experimento con ellas y nunca se resistían, ni se ponían agresivas.  Siempre se quedaban en su lugar permitiendo a los médicos inyectarle todo tipo de sustancias etc.  Al escuchar esta descripción, fue que caí en cuenta del por qué el Señor nos llamaba ovejas.  No porque fuéramos tan bonitas ni tan tiernas, sino porque nosotros tampoco somos muy inteligentes. Necesitamos de un pastor que nos defienda y enseñe, porque somos incapaces por nosotras mismas.

Mayra: ¡Por eso es que somos presas fáciles para Satanás! A menos de que estudiamos con diligencia la verdad de Dios, no estaremos preparadas para hacerle frente a sus ataques! Hasta el mismo Jesús, encarnado como hombre, estudió las Escrituras.

En cuanto a Jesús, no sabemos mucho de la niñez de este, sin embargo, Lucas 2:40 nos enseña que “el niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre El.” Y pudiéramos asumir que, dado que sus padres eran muy obedientes a la ley, Jesús desarrolló su vida alrededor de la sinagoga. Según la costumbre, a la edad de los 13 años, los varones judíos celebraban su “bar mitzvah”, simbolizando su entrada formal a la adultez. Incluso hasta el día de hoy, a partir de los 13 años, los jóvenes judíos deben pasar por un riguroso programa de estudio de las Escrituras.

Aileen: Nada de esto está escrito en la Biblia, sin embargo, si leemos en la Biblia que, a los 12 años de edad, Jesús acompañó a su familia a celebrar la pascua y la fiesta de los panes sin levadura.

En los tiempos de Cristo, las personas viajaban en caravana, probablemente para reducir el peligro del camino.

Cathy: Al regresar desde Jerusalén hasta Nazaret, de nuevo todos salieron juntos en caravana, menos Jesús. Dado el gran número de personas, no fue hasta un tiempo después que María y José se percataron de que Jesús no estaba dentro del grupo de la caravana.

José y María entonces se devolvieron a Jerusalén y pasaron 3 días buscándole, preguntando a todos en las calles si habían visto a Jesús. Hasta que entraron en el Templo, y allí lo encontraron sentado en medio de los maestros, mientras estos le escuchaban y le hacían preguntas.

Mayra: Y escuchemos lo que Lucas nos dice en 2:47: “Y todos los que le oían estaban asombrados de su entendimiento y de sus respuestas.” Me gusta buscar las palabras griegas que se usaron en el texto original, porque muchas veces se pierde algo del significado en la traducción.  En este caso, la palabra en el griego original para asombrados es “existémi” que significa un asombro extremo, como algo fuera de este mundo, algo tan extraordinario que no hay forma de explicarlo!

Cathy: Esta era una de las señales que El Señor estaba dando para que tanto José y María conocieran la verdad, así como los demás presentes.

Aileen: ¡Que aquellos que tuvieran oídos pudieran discernir la verdad!

Mayra: Me imagino que José y María se perturbaron en gran manera al no encontrar a Jesús por 3 días.  Al encontrarlo seguramente confrontaron a Jesús, como cualquier padre haría con su hijo. El problema era que Jesús no era cualquier hijo, y este se lo recordó al decirles “¿Por qué me buscabais? ¿Acaso no sabíais que me era necesario estar en la casa de mi Padre?” (Lucas 2:49)

Aileen: Aunque José y María reconocían que Jesús tenía un propósito divino, en aquel momento no conectaron esto con el diario vivir. ¡Si Jesús era el Mesías, el primer lugar donde debieron buscarle era en el Templo!

Sin embargo, “ellos no entendieron las palabras que Él les había dicho.” (2:50)

Pudiéramos malinterpretar esta respuesta que Jesús dio a sus padres, sin embargo, el versículo 51 nos muestra lo contrario: “Y descendió con ellos y vino a Nazaret, y continuó sujeto a ellos.” Noten que dice “continuó sujeto”, como un buen hijo que nunca pecó, su respuesta no fue sarcástica sino lógica. Y de nuevo leemos: “Y su madre atesoraba todas estas cosas en su corazón.” (2:51)

Cathy: Los tiempos de Cristo fueron muy diferentes a los nuestros. No solamente por la modernidad que tenemos hoy, sino también por la cosmovisión. La cosmovisión ha cambiada radicalmente a través de las generaciones.

Nosotras sabemos que Cristo regresará, sin embargo, hoy día nadie parece estar esperándole. Cuando en los tiempos de Cristo, todo el pueblo estaba esperando la llegada del Mesías, y de hecho muchos asumieron que Juan el Bautista era este. Mientras que, por otro lado, siempre hubieron otras personas identificándose como el Mesías.

Mayra: La diferencia entre Juan y los otros, es que Juan no se autoproclamó como el Mesías, sino como el precursor de Jesús. El mensaje de Juan fue simplemente el de arrepentirse y bautizarse, el cual era una ritual judío.

En el AT existía un baño ritual para restablecer la pureza, llamados “mikvas”, realizados en unas bañeras especiales destinadas para este fin. Por ejemplo, este ritual de pureza tenía que ser aplicado a nuevos judíos, o a personas que hubieran tenido contacto con un cuerpo muerto.

El bautismo cristiano es diferente. Las aguas no nos limpian, sino que la sumersión en el agua es una señal de que dejamos atrás nuestro viejo hombre.  Al convertirnos, ¡¡hemos sido cambiado por Cristo, somos hechos nuevos en El!!

Aileen: Como los nuevos creyentes tenían que entrar en la mikva como ritual de pureza, Juan les anunciaba que necesitaban acercarse de nuevo a Dios, como si fuera por primera vez. Este era como un nuevo comienzo, y en este sentido más parecido al bautismo cristiano.

Y quiero desviarme un poquito ahora para preguntarnos ¿por qué Cristo se bautizó? El no necesitaba comenzar de nuevo porque nuca se había desviado.  Ni tampoco tenía que limpiarse porque nunca pecó.

La respuesta está regresando al AT.  Para los sacerdotes poder entrar en el lugar Santísimo, estos antes tenían que limpiarse y hacer un sacrificio para el perdón de los pecados.

El momento de Juan bautizar a Cristo, fue el comienzo de Su ministerio. Jesús reconocía Su destino de no solamente ofrecer el sacrificio, sino de ser Él mismo el sacrificio.

Cathy: Y este momento del bautismo de Jesús es una de las pocas ocasiones en donde vemos a las 3 personas de la Trinidad juntas. El Padre, habló “Este es mi Hijo amado en quien me he complacido” (Mateo 3:17), El Espíritu Santo descendió como una paloma sobre Jesús (Mateo 3:16), mientras este estaba siendo bautizado. Al día siguiente, 2 de los discípulos de Juan, Andrés, el hermano de Simón Pedro y Juan, el hijo de Zebedeo oyó cuando Juan el Bautista llamó a Jesús “el Cordero de Dios.” (Juan 1:35) y lo siguieron y pasaron el día con Él. En el camino encontraron a Felipe, quien obviamente también quedó muy impactado porque fue a buscar a Nataniel.  Andrés buscó a su hermano Pedro diciendo “Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, y también los profetas, a Jesús de Nazaret, el hijo de José.” (Juan 1:45)

Mayra: Imagínense lo que Pedro sintió cuando al ver a Jesús, lo primero que este le dijo a Pedro fue “Tú eres Simón, hijo de Juan; tú serás llamado Cefas (que quiere decir: Pedro).’ (Juan 1:42).

La educación judía era muy diferente a la educación nuestra. Nuestra educación está basada en la escuela griega. Mientras que para los judíos la educación era más un discipulado o mentoreo. Los estudiantes pasaban todo el tiempo con su maestro, con la meta de llegar a ser en todo como él.

Eventualmente los discípulos venían a representar a sus maestros. Por lo que los maestros eran muy cautelosos de a quiénes decidían entrenar o no. Estos maestros querían personas que fueran no solamente inteligentes, sino también personas totalmente sumisas a sus instrucciones. 

Aileen: Que analogía es esta para nosotras hoy. Nosotras fuimos elegidas por el gran Maestro desde antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4).  Y así mismo como demandaban los maestros de sus discípulos en los tiempos de Jesús, Él demanda nuestra absoluta sumisión y obediencia.

De hecho, Génesis 1:28 nos dice que fuimos creados a la imagen de Dios, lo que realmente tiene el mismo significado.  Fuimos creados para representarle bien a Él mientras vida tengamos. Nuestra gran desventaja es que como somos pecadoras, no podemos representarle tan bien como debemos. Es por esto que Dios nos mandó al Espíritu Santo para morar en nosotras, dándonos así el poder de cumplir con Sus mandamientos, ¡y de conocerle más íntimamente!

Cathy: Después de este 1er encuentro con Jesús, no sabemos que ocurrió con Pedro, Andrés y Juan. Sin embargo, sabemos que volvieron a su trabajo porque leemos en Lucas 5 que mientras Jesús estaba enseñando en los campos de Galilea, Jesús vio dos barcas que estaban a la orilla del lago de Genesaret mientras los pescadores estaban limpiando sus redes. Jesús subió al barco de Simón, y le pidió retirarse de la orilla para poder así enseñar a las multitudes desde el barco.

Al terminar de enseñar, cuando era aun de día, Jesús le pidió a Pedro dirigirse a la parte de las aguas más profunda del lago, y allí tirar sus redes para pescar.  

Mayra: Estas instrucciones no tenían nada de lógica humanamente hablando, porque normalmente se pescaba de noche, y en las aguas poco profundas. Recordemos que Jesús no era pescador, mientras que Simón sí. Sin embargo, Simón le respondió “Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada, pero porque tú lo pides, echaré las redes.” La respuesta de Simón fue la correcta.

Estos hombres eran pescadores experimentados, sin embargo, ¡la persona parada en su barco era Dios mismo encarnado!

Y como Sus pensamientos y caminos no son los nuestros, ¿qué creen que ocurrió?    

Aileen: “encerraron una gran cantidad de peces, de modo que sus redes se rompían; entonces hicieron señas a sus compañeros que estaban en la otra barca para que vinieran a ayudarlos. Y vinieron y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían.” (Lucas 5:6-7)

Este es un ejemplo de lo que Pablo nos dijo en Efesios 3:20 “Y a aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros.” Dios fue quien llenó las redes con los peces, sin embargo, fueron los pescadores quienes decidieron someterse, ¡a pesar de las inusuales instrucciones de Jesús!

Cathy: Y en aquella ocasión la respuesta de Pedro fue la apropiada: “Simón Pedro cayó a los pies de Jesús, diciendo: ¡Apártate de mí, Señor, ¡pues soy hombre pecador!” (Lucas 5:8)

Y aunque no sabemos lo que Pedro estaba pensando, sin embargo, por su reacción asumo que no era nada piadoso. Especulo que Pedro probablemente estaba menospreciando la capacidad de este simple carpintero, ¡cuando él si era un experimentado pescador!

Más a medida que estos conocían más y más a Jesús, fueron captando que este no era un hombre como ellos, sino que este era Dios!

Ahora escuchen las palabras misericordiosas que Jesús le dijo a Pedro: “No temas; desde ahora serás pescador de hombres.” (Lucas 5:10)

Mayra: Por generaciones, Dios había sido misericordioso con Su pueblo, pero ellos no lo reconocieron.  Ahora Dios mismo en forma de hombre, a través de Jesús, les enseñó claramente Sus virtudes.

Al Jesús ser crucificado por los pecados de todos, el fuego consumador eliminaría el pecado para que aquellos que reconocieran a Jesús como el Mesías.

Aunque quisiéramos continuar compartiendo, ¡ya hemos llegado al tiempo de terminar por hoy!

Aileen: Mediten esta semana sobre estos conceptos y las implicaciones que tienen en nuestras vidas.

Cathy: No dejen de sintonizarnos en nuestro próximo programa donde aprenderemos aún más sobre nuestro Salvador.  ¡Nuestra motivación y deseo es compartir con otras hermanas en la fe lo que por gracia Dios nos ha ido revelando!

Mayra: Y recuerden siempre que en MPLGDD necesitamos de sus oraciones. No dejen de orar. ¡Necesitamos la protección de nuestro Señor!

Aileen: Les esperamos en nuestro próximo encuentro, en Mujer para la Gloria de Dios.