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Jesús, el Mesías ungido

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Aileen: Bienvenidas a Mujer para la gloria de Dios, quien les habla Aileen Pagan de Salcedo, Cathy Scheraldi de Núñez y Mayra Beltrán de Ortiz.

MPLGDD es una producción del Ministerio de mujeres Ezer, de la IBI, bajo la sombrilla del Ministerio de Integridad & Sabiduría.

Mayra: ¡Gracias por sintonizarnos!

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Cathy: El programa de hoy lo hemos titulado “Jesús, el Mesías Ungido”.  Y la pregunta que queremos hacernos hoy para introspección es “¿Qué tanto influye la cultura en tu concepción sobre Jesús?”

Y para iniciar, vamos a orar…

Aileen: ¡En el primer programa de esta serie sobre “Jesús, una vida única”, vimos cómo hasta los discípulos se preguntaron “¿Quién es este hombre que hasta los vientos y el mar le obedecen?”!

Mayra: Y una reacción similar también ocurrió cuando Jesús entró y comenzó a enseñar en la sinagoga de Su pueblo en Nazaret, el lugar donde se crio.  La gente allí preguntaba “¿Dónde obtuvo éste tal sabiduría? ¿Cómo hace tales milagros? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, y hermano de Jacobo, José, Judas y Simón? Y se escandalizaban a causa de Él.”

Cathy: ¡Y en vez de enorgullecerse porque uno de los suyos tenía tanta sabiduría, le insultaban! Sin embargo, Lucas 2:52 nos dice que Jesús se ganó el respeto del pueblo creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia. El versículo 47 del mismo capitulo describe su extraordinaria capacidad de entender y exponer las Escrituras, dejando a todos asombrados dado Su entendimiento y sus respuestas.

Aileen: Imagino que mucho de los allí presentes habían compartido con Jesús mientras este crecía. Sabían que este no había recibido ninguna preparación por parte de ningún rabí, el equivalente a una maestría en nuestros días. Él fue un simple carpintero de una familia humilde. 

¡Mas de repente con toda autoridad, gran sabiduría salió de Su boca!

Mayra: Después que Jesús partió de Su pueblo, comenzaron a difundirse los milagros y enseñanzas que compartió donde quiera que fuera. 

Y especulo que estos también dudaron y se preguntaron “¿quién es este hombre?  ¿Cómo se transformó de un niño común y corriente a este genio? Como conocían a Jesús desde niño, estaban sesgados. ¡Aun cuando todo el pueblo judío, había esperado por generaciones al Mesías, dado sus prejuicios, no le creyeron!

Cathy: ¡Que lamentable! Tener a Dios mismo caminando, enseñando y mostrando Su deidad entre ellos, ¡y por sus prejuicios no creerle!

Es importante recordar que las profecías fueron reveladas progresivamente, y los judíos esperaban a un tipo de Mesías que tuviera poder político como para liberarles del yugo de los Romanos.  No esperaban a un Mesías pobre y humilde, para liberarles de sí mismos, y de su esclavitud al pecado.

Aileen: Hoy nosotros actuamos con la misma incredulidad. Porque, aunque la historia bíblica y hasta la secular nos prueba que Jesús murió, resucitó y ascendió a los cielos, la mayoría del mundo tampoco cree. ¡Mas por Su gracia, el Señor ha iluminado a algunos para que podamos ver la deidad de Jesús!

No sé cuántas veces he escuchado a algunos cuestionar la existencia de Dios, basados en sus propios estereotipos, ¡y queriendo encajar en un abordaje humanista a un Dios infinito!  Como bien nos dice Efesios 4:18, ¡la mente del hombre esta entenebrecida!

Mayra: Sin embargo, ¡a lo largo de la historia, hemos visto personas que no se dejaron sesgar por los prejuicios, y profundizaron en su conocimiento de Dios hasta aceptar a Jesús como Salvador! Una de estas personas fue Nicodemo, un fariseo y miembro del Sanedrín en los tiempos de Jesús.

Antes de abundar sobre este personaje, debemos entender qué era un fariseo, y luego un miembro del sanedrín.

Cathy: Los fariseos fueron un movimiento social, político y filosófico.  Con una escuela de pensamiento que creía que la tradición oral era tan importante como la Torá, y abogaban por la estricta adherencia a la ley del AT. Se dedicaban a estudiar la Torá para conocer bien la ley y aplicarla celosamente.

El sanedrín por otro lado, eran ancianos del templo, nombrados para sentarse en el tribunal civil, religioso y criminal en cada ciudad. Eran jueces, con el sumo sacerdote como su cabeza.

Nicodemo fue un erudito, conocedor de las Escrituras y de las leyes adicionales que los fariseos impusieron al pueblo.

Aileen: Nicodemo probablemente fue una de las autoridades presentes cuando Jesús azotó y echó a todos fuera del templo, junto con las ovejas y bueyes; desparramando las monedas de los cambistas, al volcar las mesas; y dijo a los que vendían palomas: “Quitad esto de aquí; no hagáis de la casa de mi Padre una casa de comercio.” (Juan 2).

Al ver esto las autoridades del templo le preguntaron en el versículo 18: “Ya que haces estas cosas, ¿qué señal nos muestras?” y “Jesús respondió… Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.” Salió del templo y siguió Su ministerio publico enseñando y haciendo milagros de sanación y el versículo 23 nos dice: “muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía.”

Mayra: Especulo que al ver esto las autoridades del templo, de nuevo cuestionaron quién era este hombre que se creía tener tal derecho hasta en el templo, donde los fariseos eran los encargados. ¡Imagínense aquella escena!

Cathy: ¡Muy probablemente nosotros pensaríamos que este era un loco! Jesús rompió todas las leyes religiosas y culturales de la época. Y, ¿por qué concluir que era un loco?

Aileen: Porque solemos evaluar todas las circunstancias a partir de nuestra propia cosmovisión plagada de prejuicios e ideas culturales preconcebidas, ¡la cual siempre asumimos como que es la correcta!

Mayra: ¡Ouch! En vez de los fariseos descartar a Jesús de una vez por loco, la forma más inteligente de abordar esta circunstancia sería evaluar todo antes de actuar.

Cathy: Esto es justamente lo que Nicodemo hizo. Además de prestar atención a sus predicas, Nicodemo observo los milagros que Jesús hacía, dar vista a ciegos, sanar leprosos, y otros más. Milagros que Jesús hacia a personas bien conocidas del pueblo. El pueblo llamó a Jesús “El Mesías” y esto aumentó aún más la curiosidad de Nicodemo. Imagino que por el tipo de milagros que Jesús hizo, Nicodemo se dio cuenta de que este Jesús, si bien todavía no lo reconocía como Dios mismo, definitivamente si era un enviado de Dios porque solo Dios podía realizar estos milagros.

El libro de Juan 3:1 nos informa que Nicodemo no fue solamente un fariseo más, sino que fue un prominente maestro entre los judíos, parte de la elite del templo. Y por esta razón es que muy probablemente Nicodemo visitó a Jesús en medio de la noche.

Aileen: Nicodemo era bien conocido por el pueblo, y, por tanto, no quería que nadie lo viera, y así evitar que los demás fariseos se enteraran de aquella visita.  Él sabía muy bien el rechazo de los fariseos hacia Jesús.

Nicodemo reconoce ante Jesús que al menos de que Dios estuviera de Su parte, nadie podía hacer los milagros y señales que Jesús hacía. Jesús, al ver en este un genuino deseo por conocer la verdad, le respondió que él tenía que nacer de nuevo. Lógicamente, Nicodemo no entendió lo que Jesús le estaba diciendo y continuó cuestionándole, y Jesús le respondió, “Tú eres maestro de Israel, ¿y no entiendes estas cosas?” (3:10). La palabra en el original que uso Jesús aquí no fue maestro, sino “didaskalos” que significa el maestro de la ley.  Nicodemo fue un maestro muy respetado, al parecer con gran habilidad para explicar la ley.  Más, aun así, no dominaba toda la verdad.  

Nicodemo fue diligente en conocer toda la verdad, aun cuando tuvo que arriesgarse y hasta admitir estar equivocado.   Las acciones de Jesús contradecían muchas creencias y leyes judías, sin embargo, Nicodemo no pudo ignorar las señales que Jesús mostraba.

Mayra: Jesús no fue un hombre ordinario, sino uno extraordinario en todo lo que hacía. Nicodemo supo reconocer la singularidad de Jesús y decidió conocer más de este.

Muchas personas que definen tener mentes “modernas” creen que los milagros no existen, y que por tanto lo que está escrito en la Biblia son fabulas, o interpretaciones equivocadas de personas primitivas, no educadas. ¡Esto así porque es la única forma en que la Biblia concuerda con su cosmovisión moderna!

La realidad es que, al venir a Cristo, todos tenemos que cambiar nuestra cosmovisión porque esta no concuerda con la Palabra de Dios.  A menos de que estemos abiertos y dispuestos a reconocer a Jesús como Dios, no encontraremos la verdad.

Jesús pasó 3 años dejando que las personas a Su paso cuestionaran quien era Él.  Sin embargo, la respuesta que cada persona de a esta pregunta tiene un significado trascendental y eterno.  Por eso cada una de nosotras necesitamos responderla.

Cathy: Por esto, al final de Su vida, leemos en Mateo 16 cuando Jesús mismo preguntó a sus discípulos: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Y ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; pero otros, Jeremías o uno de los profetas. Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” Jesús ya les había demostrado a los discípulos quien realmente era Él.  Pero ahora, a modo de establecer un claro entendimiento de Su persona los cuestionó directamente.  A lo que Simón Pedro, en su típica manera respondió: ¡Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente!

Esta palabra Cristo en griego es “christos”, y en hebreo es “mashiach” que significa “El Mesías”. Ambas palabras también significan el ungido. Es importante también que entendamos que implicaciones tiene esta frase “el ungido”, en el tiempo que vivió Jesús.

Aileen: Cuando el pueblo judío quería reconocer a una persona, se hacía una ceremonia en donde se vertían una pequeña cantidad de aceite sobre la cabeza de esta persona. Este era un acto de honra hacia la persona reconocida, y se hacía por diferentes razones, como un héroe que regresaba de la guerra, un militar que ha obtenido una victoria en una batalla, o para comisionar a un nuevo líder.

En Israel, cuando un hombre era llamado el ungido del Señor apuntaba a que este sería rey. Recordemos que, por generaciones, los judíos habían esperado y anhelado la llegada del Mesías.  Aquel Mesías que Dios había prometido a través de los profetas que vendría, y quien superaría a todos los ungidos del pasado. Por siglos ellos esperaron por aquel que marcaría el comienzo de una nueva forma de relacionarse con Dios.  Quien establecería un tiempo sin precedentes de paz y prosperidad, y reinaría sobre el mundo entero desde Israel.

Mayra: Isaías 9:6 nos enseña que este será el Príncipe de Paz.  Mientras que Jeremías 31:31 declara que El SEÑOR hará un nuevo pacto, un pacto eterno con Israel y Judá. Y para que este pacto fuera eterno, no podía ser establecido en base a cualquier mortal, sino a partir del Cristo. La respuesta que Pedro dio a Jesús afirmó esta verdad, pero también añadió que Jesús era El Hijo del Dios viviente (Mateo 16:16) De nuevo la costumbre de la cultura judía era que el hijo compartía todas las cualidades y heredaba los privilegios y poder del padre. Nadie se atrevería a decir que era el Hijo de Dios porque sería blasfemia. Cuando Pedro le reconoció como tal, notemos que Jesús no se opuso. Solamente alguien que poseyera las cualidades, los poderes divinos, y la autoridad divina, era alguien digno de ser llamado el hijo de Dios.  Con su afirmación, Pedro estaba diciendo además que Jesús era digno de adoración; Jesús la aceptó, y hasta pronunció una bendición sobre Pedro.

Cathy: Leamos la respuesta de Jesús a Pedro en Mateo 16:17: “Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.” Aun cuando Jesús progresivamente fue revelándose a sus discípulos, ¡tal nivel de entendimiento acerca de la persona de Jesús solo fue posible dada la intervención divina!  Recordemos que los discípulos no tuvieron acceso a la revelación completa dada en la Biblia, como nosotros que sí la tenemos hoy.

Jesús enseñó a los discípulos a caminar por fe y no por vista, así como también Él quiere que caminemos nosotras también! Dios hace crecer nuestra fe, ¡así como lo hizo con los discípulos, y como lo ha hecho a través de todas las generaciones!

Terminamos este programa con esta verdad retumbando en nuestras mentes: Dios está formándonos a Su imagen. ¡Jesús es tan asombroso que pudiéramos seguir hablando el resto del día sobre todas las cualidades que lo hacen único!

Por eso no nos conformemos con solamente leer la Biblia sino también estudiemos su contenido, y luego apliquemos lo que de ella hemos aprendido. Al profundizar en las enseñanzas de la Biblia, ¡¡siempre encontraremos mucho más de lo que inicialmente pensamos!! 

Aileen: No duden en escribirnos si tienen preguntas sobre los temas que estamos tratando, peticiones de oración o una consulta puntual.

Y recuerden siempre orar por el programa Mujer Para la Gloria de Dios. ¡Necesitamos la protección de nuestro Señor!

Cathy: Les esperamos en nuestro próximo encuentro, ¡Dios delante!