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Introducción al tema del 2020: La perseverancia, ¿Por qué elegimos este tema?

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Anualmente nuestro ministerio elige un tema en el cual nos enfocamos durante todo el año y en este año 2020, elegimos la perseverancia.

Como la perseverancia implica seguir adelante a pesar de la resistencia, tribulaciones o problemas, pudiéramos preguntarnos ¿porqué este tema?  ¿No sería mas edificante enfocarnos en algo más positivo como: el amor de Dios, como Él nos fortalece o nos da la victoria?  La realidad es que si nos enfocamos en la perseverancia todos estos otros atributos saldrán porque veremos como ¡Él obra en nuestras debilidades e incapacidades! 

Mientras mas vivimos, mas nos damos cuenta de que el mundo es mas grande que nosotras y es imposible tener la victoria caminado solas. No podemos ignorar las advertencias de la Palabra “En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 13:33) A través de Su obrar en nuestras vidas cuando atravesamos las dificultades, veremos todas Sus bondades tales como Su poder, Su misericordia, Su gracia, Su justicia y Su sabiduría y aun mejor experimentaremos Su cercanía en las tribulaciones. Nada es tan dulce como sentir el cuidado del Todopoderoso caminando con nosotras, llenándonos de paz y confianza al reconocer que Él controla todo (Proverbios 19:21) y que Él está por nosotras (Romanos 8:31).

Al escuchar las noticias pensamos en Lucas 21:9-11: Israel fue atacado por sus vecinos y EEUU asesinó a un alto oficial iraní en Bagdad porque estaba tramando ataques terroristas internacionales (guerras y rumores de guerras, nación contra nación, y reino contra reino Lucas 21:9); vemos huracanes destruyendo islas enteras y terremotos destruyendo economías (grandes terremotos, plagas y hambre en diversos lugares (Lucas 21:11); leemos sobre la persecución de cristianos en Asia y África (os perseguirán Lucas 21:12) sin embargo, Mateo 24:8 nos recuerda que  esto realmente es “solo el comienzo de dolores”. Entonces debemos prepararnos para lo que viene. Como un día es como mil años para el Señor (2 Pedro 3:8), no sabemos cuando el final vendrá, pero reconocemos que cada día que pasa estamos mas cerca. Sin embargo, quiero hacer énfasis en Mateo 24:13 “Pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo.”

Antes de ir a una guerra, los soldados deben entrenarse, incluyendo mejorar su estado físico, aprender como utilizar las armas y estudiar al enemigo.  No es diferente en nuestra preparación para la guerra espiritual en que nos encontramos. Nuestros músculos espirituales deben ser fortalecidos con una buena dieta de las Escrituras y el ejercicio de aplicar lo que hemos aprendido en nuestro caminar. Tenemos que aprender a usar bien nuestras poderosas armas para quedarnos firmes contra las insidias del diablo (Efesios 6:11). Y el ultimo paso es aprender sobre las maquinaciones de nuestro enemigo (2 Corintios 2:11) para evitar caer y sufrir heridas. Para tener un buen plan de batalla, debemos conocer nuestras debilidades y fortalezas, las tentaciones que son mas difíciles para vencer y confiar en el poder de aquel que mora en nosotras.

Evaluando la guerra en que hemos sido sumergidas en los últimos años, al ver la protección soberana que hemos recibido, mi corazón se regocija y la confianza en el Señor se ha multiplicado a tal punto que no importa lo que ocurra, Su amor, bondad y sabiduría han echado fuera el temor (1 Juan 4:18).

Entonces, ¿que debemos hacer? Correr de tal modo que ganemos (1 Corintios 9:24). Su plan está garantizado, porque nadie puede frustrar los planes del Señor de los Ejércitos (Isaías 14:27). Nosotras queremos humildemente caminar sobre Sus huellas, siendo obedientes a nuestro Capitán, batallando en Su poder, morir a nuestros deseos, enfocándonos en la meta… en que Él y solamente Él será glorificado.

Nuestras vidas deben ser gastadas para que Jesús brille y en imitarle, caminado de una forma irreprensible y sencilla, seremos luz en un mundo de tinieblas, en medio de una generación torcida y perversa, y resplandeceremos como luminares en el mundo (Filipenses 2:15).

Y a pesar de todo, recordemos que Él ha vencido el mundo y que nosotros, los salvos, perseveraremos hasta que lo veamos a Él en Su gloria.