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Examinaos a vosotros mismos para ver si estáis en la Fe.

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Dentro de la serie Poder en la debilidad que sigue el pastor Miguel Núñez sobre la segunda carta del apóstol Pablo a los Corintios, el mensaje de hoy está basado en el capitulo 13, versículos del 1 al 10, al cual puso como titulo: Examinaos a vosotros mismos para ver si estáis sn la Fe.


Unas semanas anteriores el mensaje trató sobre las preocupaciones o temores que le llegan a un buen ministro del evangelio de Cristo. Los temores de Pablo mencionados fueron

1.- Ser mal interpretado.

2.- Que los Corintios pensaran que los trataban de manera inferior con relación a los demás.

3.- Que Pablo se estuviera aprovechando de ellos económicamente.

4.- El no llenar las expectativas de la congregación.

5.- Falta de crecimiento de las ovejas.

6.- Ver las consecuencias del pecado no arrepentido.

 

Además de esta introducción, el pastor hizo un recuento completo para contextualizarnos sobre la situación que vivía la iglesia de Corintios.

Estos temores surgían en Pablo mientras exponía la defensa de su apostolado, que era con la intensión de edificar al pueblo de Corinto. Insiste en la veracidad de su mensaje y las señales y prodigios que Dios hizo a través de él, que no lo tengan al menos porque no era inferior a los demás, aunque no se considera superior a los demás. Siempre mantenía una gran humildad, contrario a los falsos maestros que ellos mismos se alaban.

Debido a que los Corintios no tenían la misma percepción de Pablo respecto de su defensa, el pastor concluyó diciendo que lo que imposibilita ver las buenas acciones de los demás es mi propia condición, mis propios deseos contrarios. Mi naturaleza caída que distorsiona las acciones de los demás. El problema está en mi interior. Es obvio que estos mismos problemas continuaban en el ambiente de la iglesia de Corintios, y Pablo esta alarmado con la aceptación e indulgencia de estos pecados.

Comenzando el cierre de esta serie con el capítulo 13, que es el último de esta segunda carta a los Corintios, observamos que Pablo advierte a los Corintios que cuando vaya obrará con severidad, ya que muchos se habían apartado del camino de la verdad y la justicia de Cristo, convirtiéndose en ofensores obstinados. Sin embargo, aún disgustado, les muestra misericordia y compasión al orar por su reforma.

Además de las reprensiones que hace, el apóstol les muestra su amor, expresando que no solo desea que sean guardados del pecado, pero que también crezcan en gracia y santidad. Nos deja el legado de que debemos orar fervientemente a Dios por aquellos que amonestamos para que dejen de hacer el mal y aprendan hacer el bien; debemos alegrarnos por los otros que son fuertes en la gracia de Cristo, aunque puedan ser el medio de demostrarnos nuestra propia debilidad, y también debemos orar para que podamos usar adecuadamente todos nuestros talentos. En estas advertencias Pablo les dice que se revisen a si mismos con sinceridad, para que puedan darse cuenta sí realmente son cristianos, sí Cristo mora en ellos, siendo la parte central de este mensaje.

Pablo esta siendo severo porque los Corintios mantenían los mismos pecados y problemas de inmoralidad por lo que anteriormente les había llamado la atención. Pero les dice que esa no es su verdadera intención, que sus deseos son de edificación primero y que ellos puedan tener convicción de pecado y arrepentimiento. Los Corintios reclamaban de Pablo mayor fortaleza y autoridad, sin embargo Pablo les dice que es imitador de Cristo, quien fue crucificado por debilidad, que no protestó, no se quejó, fue manso humilde, y así quiere ser Pablo. Y esa es su demostración de que Cristo vive en él. Entonces, Pablo cambia la tonalidad y los cuestiona, ahora no está a la defensiva. Les pide examinarse internamente, a ellos mismos, para ver si verdaderamente Cristo vive en ellos. Que su respuesta dará veracidad del mensaje de Pablo. Si son verdaderamente creyentes, entonces en Pablo verdaderamente vive Cristo.

También nosotros podemos hacernos esta prueba. Podemos investigarnos a nosotros mismos, haciéndonos las siguientes preguntas: ciertamente amo al Señor o las bendiciones materiales que me da?, amo a los hermanos de la congregación?, amo a la iglesia?, mi vida personal proyecta la imagen de Cristo?, tengo gozo en medio de las circunstancias adversas y tengo esperanza de que Dios tiene el control? Las respuestas a estas preguntas nos dará la certeza de nuestra conversión.

La pasión de Pablo por la verdad de Cristo es que lo lleva a amar a los Corintios, pero también a reprenderlos. Su deseo y oración es que ellos sean fuertes para él continuar siendo humilde, siendo débil en Cristo. Al revisarnos debemos ver si algunos temas permanecen en mí que demuestran mi inmadurez emocional, por los cuales debemos trabajar para su eliminación, temas como: necesidad sobre medida de aprobación, perfeccionismo, resentimientos, dificultad de apreciar los talentos de otros, dificultad de guardar mi lengua, necesidad de que las cosas siempre se hagan a mi manera, etc.  Pablo está orando para que los Corintios lleguen a ser maduros. Aunque esta carta les parece severa, su deseo es que a través de la reflexión pueden llegar a la convicción de pecado, al arrepentimiento y la madurez. Finalmente Pablo les instruye para que continúen su crecimiento espiritual y puedan eliminar ese comportamiento pecaminoso que mantenían.

Padre celestial, fortalece nuestra fe. Que nuestra fe abra nuestros ojos y oídos espirituales para que podamos reflexionar de manera sincera sobre nuestras actuaciones y darnos cuenta si en nuestro carácter tenemos estos temas que demuestran inmadurez emocional y poco crecimiento espiritual. Que podamos hacer el esfuerzo de cambiar, primero reconociéndolo y luego arrepintiéndonos. Bendiciones.

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