Inicio Artículos Estén siempre gozosos

Estén siempre gozosos

1314
0

“Estén siempre gozosos” (1 Tesalonicenses 5:16) 

Tristeza puede esconder la risa, soledad en medio de la multitud, vacío en medio de la abundancia, pues ninguna cosa o persona de este mundo puede llenar el corazón que ha sido creado para ser saciado solo por Dios. 

Algo que es muy obvio, es que este mundo está cada vez de mal en peor, la maldad abunda, pandemias, guerras, decadencia moral, hambrunas, este mundo está en crisis y los que amamos a Dios no estamos exentos de ninguna de estas cosas, enfermamos igual que los demás, tenemos pérdidas, sufrimos por causa del pecado, así que parece chocante este mandato de 1ra de Tes. 5:16, que nos dice que estemos siempre gozosos. 

¿Cómo tener gozo en momentos que no parecen haber razones? 

Podemos tener gozo aún medio del dolor, porque el gozo que Dios ofrece no depende de las circunstancias cambiantes de nuestras vidas, este gozo está arraigado en nuestra relación con Dios, en el entendimiento de que Él es bueno, aun si nos toca atravesar el valle de sombra de muerte, porque aún en medio de lo que consideramos lo peor, Dios estará usando cada circunstancia que nos ocurre, para nuestro bien mayor que es, el ser más semejante a Cristo, ( Romanos 8:28 ).

Aunque atravesemos pruebas difíciles, podemos tener gran gozo al reconocer que estamos bajo el cuidado de un Dios que nos ama. 

Podemos confiar en Sus promesas, las cuales son verdaderas, Él se fue a prepararnos un lugar, para que vivamos por la eternidad junto a Él, y saber esto, hace que todo lo que este mundo ofrece se vea como algo sin valor, en comparación al tesoro que es Cristo, recordarle a mi alma Sus promesas, me fortalece y ofrece resistencia para aguantar y perseverar. 

Hace una semana pudimos tomarnos unos días de vacaciones en familia, y sentíamos que habíamos tenido unos meses intensos de mucho trabajo ministerial, estábamos cansados y me daba aliento el saber que pronto tendría unas vacaciones, porque sabía que habría un respiro, imagínate el recordar en medio de los afanes y rutinas del día a día, que ahora es el tiempo de esforzarnos, de trabajar para el Señor, porque un día que no está muy lejano, nuestro Dios nos dará descanso, pero para eso, tenemos que a veces parar, y recordar que las aflicciones de este tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros se ha de manifestar. ( Romanos 8:18 ).

Es posible que en algunas ocasiones nos toque llorar y nos duela el alma, pero Cristo sanará todas nuestras heridas y enjugará toda lágrima de nuestros ojos, Apoc 21:4, así que a pesar de que nos toque ganar o perder de este lado de la gloria, de que estemos en salud o enfermos, pobres o ricos, podemos mirar el futuro con esperanza porque sabemos que estamos en el equipo que al final ganará. 

He decidido cada día ofrecer sacrificios de alabanza a Aquel que es digno, a pesar de las circunstancias y te motivo a hacer lo mismo. ¿Te unes?