La ira de Dios no cambia. Es por esto que necesitamos un mediador que pueda interceder por nosotros para siempre; ese mediador y sacerdote inmutable que no cambia, que es el mismo ayer hoy y siempre, se llama Jesús.
A la luz de Hebreos 7:25, el pastor Joan Veloz desglosa tres puntos que resaltan esta realidad:
- Jesús es poderoso para salvar para siempre,
- Esta salvación es para los que se acercan a Dios por medio de Cristo,
- Él vive para interceder por nosotros perpetuamente.