En la IBI predicó hoy el pastor Luis Méndez con el mensaje titulado Desafiados A Una Mejor Vida ( Primera Parte ), basado en los versículos 5 y 6 del capítulo 13 de la carta a los Hebreos.
Hebreos está dirigida a creyentes judíos que conociendo las Escrituras, estaban sometidos a persecución y manifestaciones de intolerancia entre quienes les rodeaban. El tema principal del libro es la superioridad de Cristo y del cristianismo sobre la religión judía. Se dirigió, como ya anotamos, a personas que tenían conocimiento de la Ley. Algunos estaban tentados a volver atrás, pero el autor sale al paso para alentarlos al resaltar la obra de Jesucristo que les salva, restablece la relación con el Padre y vela por Su pueblo.
El inicio de cada año es tiempo de establecer propósitos de vida, pero lo más importante es tener a Dios presente siempre, a fin de que si no se cumplen esos propósitos o deseos, no se origine una situación perjudicial, que sea dañina para nuestras vidas, y evitar que haya incertidumbre, amargura o frustración. Por lo tanto, como cristianos debemos aprender a poner todas nuestras aspiraciones en completa alineación con las promesas de Dios.
Estos versículos muestran exhortaciones a diversos deberes cristianos y a estar contentos con lo que asigna la providencia. Los cristianos tienen razón para estar contentos con su situación actual. Esta promesa contiene la suma y la sustancia de todas las promesas: No te desampararé ni te dejaré. En el lenguaje original hay no menos de cinco negativas juntas para confirmar la promesa: el creyente verdadero tendrá la presencia bondadosa de Dios consigo en la vida, en la muerte, y por siempre. Los hombres no pueden hacer nada contra Dios, y Dios puede hacer que resulte para bien todo lo que los hombres hacen contra su pueblo.
La dinámica de una vida excelente debe ser vivir bien ahora disfrutando de lo que Dios nos ha dado y deseando aún más lo que Dios nos ha prometido. Ese es el desafío. De ahí es el título de este mensaje ( Desafiados A Una Mejor Vida ). Debemos aprender a estar satisfechos y confiados en Dios. Es la mayor exhortación. Sea nuestro carácter sin avaricia.
Esta exhortación está dirigida a nuestro carácter, está dirigida a nuestra forma de vivir, a nuestra vida completa, a nuestro estilo de vida. Que no estemos controlados por un deseo fuerte de acumular cosas materiales que Dios no nos ha dado, deseando cosas de otras personas. La avaricia es un gran mal. Nos gobierna y afecta nuestra vida.
Para ver el gran mal que es la avaricia podemos traer tres (3) ilustraciones bíblicas:
1.- En 2 Reyes 5 encontramos la historia de Naamán, quien siendo un capitán del ejército muy querido y popular por las grandes batallas que había ganado, enfermó de lepra, por lo que le recomendaron ir al profeta Eliseo para que lo curara. Al llegar donde Eliseo, se sintió rechazado, ya que éste no lo había tratado con la importancia que pensaba de sí mismo y trató de marcharse, pero uno de sus ayudantes lo convenció de que hiciera lo que Eliseo le había dicho. Lo hizo y fue curado de la lepra. Inmediatamente fue donde Eliseo a entregarle regalos y ofrendas, pero el profeta lo rechazó. Para él no era tiempo de aceptar dinero. Pero Giezi, criado de Eliseo, pensaba diferente y cuando Naamán salió, inmediatamente Giezi le fue detrás para pedirle la ofrenda.
Al regresar le mintió a Eliseo y éste lo maldijo diciéndole que la lepra de Naamán se le pegaría a él y su descendencia para siempre.
La codicia de Giezi fue capaz de cambiar las bendiciones de Dios viviendo al lado de Eliseo, por el dinero que Eliseo había rechazado.
2.- En Mateo 26 y 27 vemos la narración de lo sucedido a Judas, quien llevaba las finanzas del grupo de los discípulos de Cristo, un discípulo muy querido. Su avaricia vendió a Jesús, luego su arrepentimiento lo llevó al suicidio ahorcándose.
La codicia fue tan fuerte en el corazón de Judas que fue capaz de vender al hombre que más lo había bendecido.
3.- En Hechos 5 tenemos la narración de lo sucedido con Ananías y Safira, quienes ayudaban en la formación de la iglesia de Cristo, y mintieron al Espíritu Santo para no entregar el producto de la venta de una propiedad.
La avaricia los llevó a quedarse con esa porción y cuando fueron confrontados murieron.
El efecto más dañino que tiene el mal de la avaricia es que apaga el temor de Dios. En vez de vivir deleitándonos en sus promesas, vivimos provocando sus juicios. Por eso debemos combatirla, enfría nuestro deleite en Dios.
La avaricia nos hace miserables. Por eso el autor de Hebreos nos exhorta a tener un carácter sin avaricia. Es importante señalar que el tener dinero no es pecado, el pecado es amar el dinero sobre todas las cosas. Lo importante es hallar un balance en nuestra vida entre la satisfacción y agradecimiento con lo que Dios nos ha dado, y nuestros deseos y aspiraciones.
El contentamiento es el antídoto contra la avaricia. Contentamiento con lo que Dios nos ha dado ahora. Tener a Jesús en el corazón es el verdadero gozo, es la fuente del contentamiento, es todo lo que necesitamos.
De estos pasajes podemos aprender a llevar nuestras aspiraciones y deseos a la palabra de Dios. Estar seguros que nuestros deseos y aspiraciones traerán satisfacciones espirituales más que materiales. Aprendamos a confiar más en
Dios. Él nos llama a una vida diferente.
Padre celestial, fortalece nuestra fe. Ayúdanos con Tu gracia a poder responder cuando nos llames a otra vida. Queremos crecer con el gozo de Tu presencia, y no con las cosas materiales de este mundo. Bendiciones.