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Cuando el Evangelio está en juego

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Este domingo, el pastor Miguel Núñez inició la serie “Defendiendo y definiendo el Evangelio” predicando el sermón “Cuando el Evangelio está en juego” basado en Gálatas 1:1-10.

El propósito principal para Pablo escribir la epístola de Gálatas sale a relucir desde el primer capítulo: la defensa del Evangelio en contra de las falsas enseñanzas de los judaizantes (Gálatas 1:6-10). En segundo lugar, Pablo escribe esta carta para defender su apostolado dado por Dios (Gálatas 1:11- 2:10). En tercer lugar, Pablo escribió para enseñar que la salvación es por gracia solamente y no por obras (Gálatas 3-4). Finalmente, en cuarto y último lugar, la carta fue enviada para ayudar a los gálatas a vivir su libertad en Cristo.

Gálatas es la epístola más temprana del apóstol Pablo y, junto con la epístola de Santigo, representa los dos documentos mas tempranos de todo el Nuevo Testamento. No es tan extensa como la carta a los romanos o a los hebreos pero su importancia va más allá de su longitud dada la claridad y vitalidad de su contenido doctrinal, sobre todo en cuanto a la doctrina de la  justificación por la fe.

Quizás el apóstol Pablo se apresuró a escribir a las iglesias de esta región de Galacia debido a que los judaizantes estaban infiltrando la comunidad de creyentes con ideas relacionadas a la necesidad de la circuncisión y y otras prácticas típicas del judaísmo como requisito para la salvación. Es como si los judaizantes estuvieran tratando de definir el evangelio como la obra de Cristo más la ley de Moisés. Sin embargo, la realidad es que el evangelio más cualquier otra cosa no es el evangelio; solo el evangelio define el evangelio. El agregar las obras de la ley como requisito para la salvación representaba una amenaza para el evangelio que Pablo no estaba dispuesto a tolerar.

Más aún, lo que estaba ocurriendo en Galacia indignó a Pablo porque hacía poco tiempo que él había estado entre ellos y le había enseñado todo lo contrario. Por tanto, él se vió en la obligación de escribir esta carta para defender el evangelio y el futuro de los creyentes. Pablo sabía que si negocias el evangelio, se termina el movimiento cristiano y todas las iglesias verdaderas dejan de ser iglesias porque lo que da origen y sostiene a una iglesia verdadera es el evangelio.