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Continúa perseverando en la gracia de Dios

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“Aquí esta la perseverancia de los santos que
guardan los mandamientos de Dios y la Fe de Jesús”
(Apocalípsis 14:12)

Ya sé que se ha hablado mucho en este tiempo de pandemia acerca de nuestro estado de ánimo, pues han sido días difíciles, hemos estado viviendo momentos de comunión, gozo y jubilo, y momentos inciertos y de sequía espiritual en el matrimonio, con nuestros hijos; también en la salud, en lo económico y hasta momentos de duelo y dolor.  Ni siquiera hemos podido congregarnos en la iglesia como cuerpo de Cristo.

¿Cómo crees que todo esto te ha estado afectando? Sólo a través de la Gracia de Dios se puede mantener la paz y el equilibrio que demandan estos tiempos.  Te exhorto a examinar tu corazón y preguntarte si: ¿Has estado perseverando y sientes que cada día tienes más pasión y deseo de crecer y ser transformada, o por el contrario estás desanimada, con dudas, y temores?

Perseverar es como cuando estás en una carrera, y vienen las subidas, las bajadas, los caminos de piedras, hay un sol abrazador que invita a renunciar y darte por vencida, estas agotada y muy cansada, pero el deseo por obtener el premio, de llegar a la meta, te empuja a continuar.

En La Palabra, perseverar se refiere a la paciencia de soportar con fortaleza las dificultades y el sufrimiento; ser constante en la realización de algo, mantener firme una conducta.  

El Señor te ha dado Su Gracia para tiempos de aflicción, prueba o tentación. Cuando te falten las fuerzas, si sientes que tu fe se debilita, o caes en el pecado de amargura, queja y descontento Él, sólo Él es quien te ofrece la Gracia para perseverar. 

La Gracia de Dios es multiforme: tiene poder sobre el mal y el pecado (Romanos 6:10-11). Nos trae bendiciones y promesas. Nos da acceso total a la presencia de Dios. (Efesios 3:11-12) Nos regala Salvación y Vida Eterna (Juan 3:36).

Dios usa Su Palabra y la oración, para advertirnos y enseñarnos. Algunas veces nos habla a través de la predicación y usa a otros para animarte, exhortarte; otras veces obra por circunstancias que te harán perseverar.

La Gracia de Dios siempre está disponible para nosotras. Una de las preguntas por la cual puedes saber si alguien entendió la Gracia es ¿Por qué piensas que eres salva? La respuesta no es: porque creí, o porque decidí levantar la mano y pasar al frente a hacer una oración cuando se hizo un llamado, ni porque hice una oración un día, sino porque sin merecerlo, el Señor murió por mí, y sólo por Su Gracia he sido salvada. Él tomó mi lugar en la cruz (Romanos 3:24).

Si no entiendes lo que es salvación por Gracia habrá un hueco en tu idea de Dios. Sólo por la Gracia de Dios en Cristo, Él te llamó, te buscó, te salvó, te guarda y es Él quien te mantiene perseverando por su obra en la Cruz.  Ahora la pregunta es: ¿Que significa “Perseverar en Gracia”? Como vimos al inicio, es mantenerte firme en La Palabra a pesar de las circunstancias. La salvación en Cristo me hace perseverar. Me guarda de hundirme. Pablo dice que “el pecado no se enseñoreará de vosotros, porque no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Romanos 6:14).

PELIGROS U OBSTACULOS PARA NO PERSEVERAR EN LA GRACIA:

  • Falta de Obediencia: Sutil e imperceptiblemente el mundo y sus actitudes van ahogando la Palabra con preocupaciones. Cuando despreciamos ese don y no buscamos avanzar en obediencia, no estoy perseverando en la Gracia.
  • No evidencia de transformación: Cuando pasa el tiempo, y mis   antiguos hábitos pecaminosos no cambian, eso evidencia que mi corazón no se ha ido transformando poco a poco a la imagen de Cristo; por tanto, mi vida no muestra que he sido redimida y lavada por la sangre preciosa de nuestro Señor. No estoy creciendo espiritualmente. No estoy perseverando.
  • Cuando nos acomodamos al pecado: a esto llamamos endurecimiento, frialdad, superficialidad, sequía espiritual, distanciamiento. Nos acostumbramos a decir que hemos recibido al Señor, pero con nuestro estilo de vida, la forma en que hablamos, los lugares donde vamos o las cosas que vemos, caemos en lo que se llama la hipergracia (no hay preocupación por el pecado, o el arrepentimiento).  Tampoco vivo el proceso de santificación y sigo viviendo con mi vieja naturaleza, sin cambio en mi carácter, vivo como se me antoja, no en obediencia.
    Si es así, debemos venir a la reflexión y al auto-examen, pedir al Señor en oración que me revele si en verdad soy creyente, pedir perdón con arrepentimiento genuino y que nos ayude a perseverar en Su Gracia. En Hechos 13:43, Pablo y Bernabé les recordaban a los seguidores de Cristo a Perseverar en la Gracia de Dios. 

¿Qué tan importante es perseverar en la Gracia de Dios? Nunca debemos renunciar a Cristo, ni endurecer nuestro corazón; si nos desviamos y apartamos Él nos da la salida para regresar.

Perseverancia no significa perfección, hay luchas e incredulidades. Pero por fe debemos obedecer, pues es una evidencia interna de un nuevo y genuino nacimiento, la fe es necesaria para salvación y el creyente no pierde su salvación, pero tampoco se puede perder de conocer y entender que la verdadera fe nos lleva a obedecer. 

Una persona que dice ser creyente puede caer o fallar, pero si no vuelve en arrepentimiento, es muestra que su fe no era genuina y que no había nacido de nuevo (1 Juan 2:19).

“El perseverar no es como una vacuna, sino como una terapia que nos acompaña todo el tiempo hasta lleguemos al cielo.” (John Piper)

COMO PERSEVERAR EN LA GRACIA:

  1. Asegúrate de que verdaderamente crees en Jesús, que es tu Señor y Salvador, quien resucitó de los muertos. Hay personas que piensan que son salvas y se engañan a sí mismas. Mi intención no es que dudes de tu Fe, pero si la examinas a la luz de las escrituras, ¿realmente sientes que has tenido un genuino arrepentimiento?
  2. Debes confesar a Cristo. Una fe secreta es una fe superficial.
  3. Intencionalmente debo buscar a Dios a través de la oración y de Su Palabra y predicarme el evangelio a mí misma cada día.
  4. Debo estar atenta a la voz del Espíritu Santo, ser sensible cuando me mueve a orar
  5. Reflexionar constantemente y hacer un autoexamen a mi alma pidiendo a Dios como el salmista: “No me dejes desviar de tus mandamientos” (Salmos 119:10)
  6. Cuidar mi alma del deterioro que produce la sequía espiritual, la frialdad en la fe y el endurecimiento de mi corazón. 

DIRECCIONES PARA PERSEVERAR:

  1. Cree, no te avergüences, recibe instrucción, busca ser discipulada
  2. No temas burladores, opositores, perseguidores que no creen o perseveran (Mateo 5:11).
  3. Perseverar es un proyecto de comunidad, hay hermanas que pueden ayudarte a crecer en fe, en conocimiento, perseverar es examinarte como vas creciendo:  perseverar es no pelear la batalla sola, otros te acompañan a luchar (1 Tesaloniceses 5:11).
  4. Aunque tu cuerpo sufra y tu mente te diga “detente”, persevera. La Gracia de Cristo está disponible para todos.
  5. Cuando vengan las dificultades, corre más rápido… Mantente cerca de La Palabra. Ella te sustenta.

Cuando mi fe es superficial vivo de lo banal, cuando no hablo de cosas profundas, hago a Dios pequeño.

¿Está Dios en medio de mis conversaciones, de los lugares a los que asisto?  ¿Me pregunto a menudo: qué haría Dios en esta situación?  ¿Le agrada a Dios esta compañía? Recuerda que Dios siempre está contigo (Isaías 41:10). La gracia de Dios es tierna y te ayuda a Perseverar.