Inicio Artículos ¿Cómo discernir la voluntad de Dios?

¿Cómo discernir la voluntad de Dios?

1562
0

En la biblia la palabra discernir tiene un significado más allá de lo que se entiende a simple vista. El discernimiento es un conjunto de acciones de pensar, examinar, y buscar consejo, implica procesos tanto al interior como al exterior del individuo y un tiempo necesario para llegar a una decisión. Muchos hemos escuchado que no tomar una decisión es en efecto, tomarla.  Un ejemplo de estos son los procesos electorales. Muchas elecciones no han sido determinadas en muchas ocasiones por el número de votos de las partes sino por el número significativo de abstención de un grupo de votantes electores que no emitieron voto. Al final, esto también aporta a la decisión y el pensar que esa abstención no influyó. Por tanto, el no tomar decisiones de nuestra parte es una forma de tomar una decisión. Por eso cuando somos negligentes en someternos a la Palabra de Dios, es decir a Su voluntad ya claramente revelada, nos estamos rebelando y desafiando a Dios mismo.

John MacArthur dice: “Todos los eventos en los cuales te encuentras y te has encontrado son parte de la voluntad de Dios.” La voluntad de Dios puede definirse como atributo de nuestro Dios por medio del cual Él orquesta, aprueba y determina cada evento que ha de acontecer. La voluntad de Dios nunca contradecirá otros aspectos de su carácter. Esta es una de las razones de la cruz. Dios iba a rescatar al hombre, pero no a consecuencias de no satisfacer su propia justicia. Por eso Cristo tuvo que pagar por nuestros pecados.

Algunos principios que podemos aprender del podcast del pastor Miguel Núñez:

  • Dios tiene una sola voluntad, pero su aplicación para el entendimiento desde la perspectiva humana la necesitamos entender y hemos asignado definiciones a distintas aplicaciones de la voluntad de Dios. Es por esto que se habla de la voluntad “permisiva de Dios”. Dios no se interpone. Por ejemplo, no es el deseo de Dios la maldad o que se cumplan cosas malas, Dios la permite porque al final es su voluntad directa juzgar el pueblo y a los hombres, dejándonos tener nuestros propios deseos. Esta es una forma del juicio de Dios. Sin ser autor de pecado, Dios permite que el hombre peque y sufra las consecuencias del pecado. Dios no es entonces autor de pecado, pero no se interpone y permite que el hombre coseche las consecuencias de su pecado como forma de juicio. Al final del camino, no es la voluntad “permisiva” sino su voluntad directa juzgando el pecado sin ser autor de pecado. (podcast 319). La negligencia de discernir y pensar en la voluntad de Dios se convierte entonces en sí misma en una forma de juicio. No porque Dios niegue darnos el discernimiento, sino porque el ser humano se niega a considerar a Dios en su camino, y esto se convierte en sí mismo en una forma de juicio.
    • Isaías 27:11 Cuando su ramaje está seco, es quebrado, vienen las mujeres y le prenden fuego. Porque no es pueblo de discernimiento, por tanto, su Hacedor no le tendrá compasión, y su Creador no tendrá piedad de él.
  • Dios quiere darnos discernimiento y sabiduría para caminar en el cumplimiento de su voluntad como es revelado en su Palabra. Muchos pensamos que Dios está ocultando su voluntad y que el discernimiento de la misma es un proceso para cristianos especiales. La voluntad de Dios está claramente revelada en su palabra. Es necesario saber que la diferencia en ocasiones no es el conocimiento de la voluntad de Dios sino su aplicación en la vida diaria.
    • En la narrativa bíblica Dios siempre ha revelado su voluntad, dando discernimiento en abundancia para ponerla en práctica. 1 Reyes 4:29 Dios dio a Salomón sabiduría, gran discernimiento y amplitud de corazón como la arena que está a la orilla del mar.
  • La palabra de Dios y la meditación dedicada en ella nos ayuda en adquirir discernimiento y entender cómo se aplica la voluntad de Dios, no solo de manera corporativa, sino de forma individual. El discernimiento de la voluntad de Dios en todas las áreas del quehacer humano es un mandato bíblico.
    • Salmos 2:10 “Ahora pues, oh reyes, mostrad discernimiento; recibid amonestación, oh jueces de la tierra.”
    • Salmos 119:99 “Tengo más discernimiento que todos mis maestros, porque tus testimonios son mi meditación”.
    • Proverbios 12:8 “El hombre será alabado conforme a su discernimiento, pero el perverso de corazón será despreciado.”
  • La oración no es en esencia un ejercicio para devengar beneficios. Este no es el propósito número uno de la oración. El propósito número uno de la oración es intimar con Dios. El problema es que oramos con motivaciones egoístas. La oración es para alinear nuestros corazones al propósito de Dios y entrar en este. Que se haga su voluntad, según enseñó Cristo a sus discípulos no sólo en la oración del Padre Nuestro, sino horas antes de la cruz. Siempre que se haga la voluntad del Padre y no la suya. El ha sido nuestro ejemplo y debemos dejar a un lado el entendimiento de que la oración es para que Dios nos conceda cosas, por el contrario es saber que la oración es para que nosotros nos alineemos a su voluntad revelada primera, y muy claramente en su Palabra.
  • Efesios 1:8 “que ha hecho abundar para con nosotros. En toda sabiduría y discernimiento”
  • Filipenses 1:9 “Y esto pido en oración: que vuestro amor abunde aún más y más en conocimiento verdadero y en todo discernimiento,”

Nuestro problema generalmente no es el entendimiento de su voluntad sino nuestra disposición a la obediencia. Los hijos de Dios no debemos temer, jugar, trivializar ni rebelarnos en contra de la voluntad de Dios. Nuestras rebeliones, ingratitud, insatisfacción y quejas no van a cambiar la voluntad buena agradable y perfecta de nuestro Dios para conmigo.

Hace poco tuve una estudiante en el instituto. Una señora que ha sido cristiana por más de 30 años, casada con hijos adultos y nietos. Durante nuestro estudio bíblico Dios continuó enfatizando un área en la cual ella necesitaba obedecer: su reconciliación con su marido con el cual había tenido una separación, pero seguían de cierta manera juntos, desde hace más de 7 años. Al final de una de las clases me confesó que todo este tiempo había estado luchando con Dios porque, aunque sabía lo que tenía que hacer, no quería hacerlo y sabía que se estaba rebelando contra la voluntad de Dios. Después del estudio he sido testigo del esfuerzo de esta preciosa hermana en perdonar, reconciliarse y enmendar su relación matrimonial. No ha sido fácil, pero ella ha sido obediente al Padre y la revelación de la voluntad de Dios en su Palabra. Dios da la gracia para obedecer y someternos a su palabra.

¿Estás tú dispuesta a obedecerle hoy? ¿Nos someteremos a los claramente revelado en su palabra en este día?

Adaptado del Podcast del Pastor Miguel Núñez en Integridad & Sabiduría.

Artículo anteriorNuestro Dios es sabio
Artículo siguienteLa clave para terminar bien
Es misionera y apasionada por hacer discípulos de Cristo, de todas las naciones, a través de la enseñanza bíblica. Tiene una Maestría en Artes en Estudios Teológicos y Liderazgo Intercultural por el Seminario Bautista del Sur (SBTS) y especialista en Ingeniería Sanitaria y Ambiental. Sirvió como misionera transcultural, con enfoque en enseñanza bíblica, entrenamiento misionero y discipulado, en el Sur y el Este de Asia por casi 9 años. Es enviada por la Iglesia Bautista Internacional (IBI), en la República Dominicana. Le gusta cocinar, la música y conocer personas de distintas culturas, apreciando la multiforme gracia. De vez en cuando recuerda detenerse y oler las flores.