“Dios creó al hombre a imagen Suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Genesis 1:27)
La Biblia nos dice claramente que tanto el varón como la mujer son iguales en dignidad. Así que, entendemos que Dios ve a la mujer como “digna portadora de Su imagen”
Mujer: Creada a imagen de Dios como el varón, es parte integral del ser llamado < hombre> (cfr. Génesis 1:27). Ya desde el mismo principio de la Biblia, la mujer es considerada a la par con el varón como hombre, por lo que ya desde el principio ella recibe toda dignidad como tal. (Nuevo Dicc. Bíblico ilustrado pg.786-87)
-El termino hebreo que se utiliza para mujer es “” Isha””. El ser humano es “Yelud isha”, nacido de mujer (Job 14:1; 15:14; 25:4; Ga..4:4) (Nuevo Dicc. De la Biblia; Alfonso Lockward. Pg.725)
Tanto al varón como a la mujer encargo Dios poblar la tierra. A ambos les dio Dios el mandamiento de sojuzgar la tierra y de señorear sobre los animales en el cielo, en la tierra y en el mar. (Genesis 1:26-28)
Estas dos personas compartían en igualdad la imagen de Dios, y juntos ejercían el dominio sobre la creación. Podemos ver que tanto el uno como el otro eran representantes de Dios en el gobierno sobre la creación- estaban por encima del resto de lo creado. Tú le haces señorear sobre las obras de Tus manos; Todo lo has puesto bajo sus pies: Todas las ovejas y los bueyes, Y también las bestias del campo, Las aves de los cielos y los peces del mar, Cuanto atraviesa las sendas de los mares. (Salmo 8:6-8). Eran por designio divino físicamente diferentes a fin de cumplir el mandamiento de Dios de multiplicarse, es decir, el uno no podría reproducir descendencia sin el otro. Mateo 19:4 Jesús les respondió: «¿No han leído que Aquel que los creó, desde el principio los hizo varón y hembra,
Ante los ojos de Dios las mujeres somos dignas. Es cierto que debido a la caída se establece una modificación en la situación de la mujer, por la que sufre graves consecuencias. Conocerá los dolores de dar a luz y su marido dominará sobre ella (Genesis 3:16; Efesios 5:23-24).
La verdad es que, el pecado introdujo una enorme distorsión en la historia humana; el enseñoramiento del hombre sobre la mujer cambio las estructuras sociales. Y todas las instituciones sociales que se han venido formando desde entonces están matizadas e influenciadas por las consecuencias del pecado hasta hoy. Ya la mujer no gozaba de la misma dignidad que el hombre y se instauro una sociedad patriarcal, la mujer paso a ser una “propiedad” ya sea del padre o del esposo. incluso las mujeres famosas de la época eran nombradas por el nombre del esposo: Débora, mujer de Lapidot, Hulda, mujer de Salum, etc. El hombre podía divorciarse, pero la mujer no (Levítico 21:7,14; Deuteronomio 22:13-21). En asuntos de herencia se daba preferencia a los hijos varones.
No obstante, la posición de la mujer según el AT era muy superior a la que tenían las naciones paganas de los alrededores. Gozaba de mucha más libertad, siendo sus actividades más importantes, y su situación social mucho más elevada y respetada. Los hijos debían honrar al padre y a la madre (Éxodo 20:12). Ya en las familias de los patriarcas, las mujeres como Sara, Rebeca, Raquel jugaban un papel eminente y en ocasiones, preponderante. María, la hermana de Moisés y Débora fueron profetisas y poetisas, y esta ultimo comando un ejército llevándolo a obtener la victoria (Éxodo 15:20-21; Jueces 4-5). Hulda fue una profetisa a la que se le prestaba atención (2R.22:14-17)
Si nos vamos al Proverbio 31:10-31, la mujer es descrita en forma gráfica. Se le describe como sabia (2S.20:16); agraciada (Proverbios 11:16); virtuosa (Proverbios 12:4). Tenían derecho a poseer propiedades, si no había varones que la representaran (Números 27:6-11)
Pero, fue nuestro Señor y salvador Jesucristo, quien en verdad elevo la posición de la mujer. Jesús siempre tuvo gran consideración hacia las mujeres: Martha y María lo recibieron en su casa. Sano a María de Magdala; Juana y Susana lo ayudaron con sus bienes (Lucas 8:2-3; 10:38-39). Perdono y salvo a la pecadora (Lucas 7:37-50). Hubo un grupo de mujeres que le servían y que le acompañaron hasta el calvario (Mateo 27:55-56). El Señor resucitado se apareció a las mujeres primero, y tuvieron ellas la primicia y el honor de proclamar Su Victoria (Mat.28:9-10; Luc.24:9-11).
Y en la iglesia, vemos que las mujeres se distinguen por su piedad y buenas obras: Dorcas (Hch.9:36); María la madre de Juan Marcos (Hch.12:12); Lidia (16:14); Priscila (18:26). Pablo menciona a mujeres que han sido de ayuda y sus colaboradoras en la obra de Dios (Rom.16:2-4,6; Fil.4:3)
Y Con respecto a la salvación y a nuestra posición en Cristo, leemos en Gálatas 3:28b no hay hombre ni[a] mujer, porque todos son uno en Cristo Jesús.
Somos dignas ante los ojos de nuestro Dios, y junto con los varones formamos el cuerpo de Cristo, que es Su iglesia. Nuestra dignidad nos hace responsables, ante Dios, del rol que como mujer jugamos espiritual y físicamente. No debemos imitar ni adaptarnos a las corrientes de este mundo; debemos defender nuestra femineidad de manera bíblica, porque el ser femenina es un regalo de Dios. Debemos volver al diseño original y a la definición divina de la mujer. Abrazar y experimentar el gozo de Sus bendiciones.
Me encanto esta porción del libro “La Resolución para Mujeres” de Priscilla Shirer:
“Como mujer, el diseño que nos dio Dios es para que seamos a la vez fuertes y vulnerables. Poderosas, al mismo tiempo tiernas. Mas que capaces, pero dispuestas a ceder. Somos inteligentes, sabias, capaces, igual en valor y segura de nosotras mismas al relacionarnos con los demás, y a la vez contentas con la función que Dios nos ha dado”
Así que, Como “digna portadora de Su imagen”:
No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta. Romanos 12:2NTV
Hermana, amiga, si entregaste tu vida a Jesucristo, ya no te perteneces a ti misma, le perteneces al Rey de reyes y Señor de señores:
¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en ustedes, el cual tienen de Dios, y que ustedes no se pertenecen a sí mismos? 20 Porque han sido comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen a Dios en su cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios. 1Corintios 6:19-20
¡Meditemos en esto! ¡Dios las bendiga!