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Despedida de 2019 – Bienvenida 2020

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Ya se acerca el final de este año 2019 y, como mujeres cristianas, es necesario y muy sano evaluar las áreas en las que Dios ha estado trabajando alrededor nuestro, o sea, en nuestro entorno, en la iglesia y en cada una de nosotras individualmente.

¿Sentimos que hemos crecido espiritualmente?  ¿Nos parecemos más a Jesús este año comparado con el anterior? ¿Hemos visto la mano del Señor en los acontecimientos en que hemos vivido?

Dios siempre está obrando en cada momento de nuestras vidas, sin embargo, si no pausamos para evaluar, nos arriesgamos a no aprender la lección que Él ha querido enseñarnos.

¿Y Cómo podemos hacer esa evaluación? Si nos acercarnos a Dios y pasamos tiempo a solas con Él podremos escucharlo y buscar Su rostro. Esto lo aprendemos al leer Éxodo 3:3-4, donde vemos que Dios habló con Moisés sólo después de que él se acercó a la zarza en llamas para evaluarla, y en 1 Reyes 19 vemos también que Dios habló con Elías cuando estaba aislado, y con una voz que era un susurro.

El tema para desarrollar en nuestro Ministerio Ezer durante todo este año fue “VIVIENDO CON SABIDURÍA”, por tanto, debemos preguntarnos: ¿hemos crecido en ella? La sabiduría nos lleva a ser observadoras y nos enseña a evaluar la obra de Dios tanto en los grandes acontecimientos como en los pequeños.

Para mencionar algunos de los grandes acontecimientos, nuestro país está localizado en un área del mundo donde es frecuente el paso de huracanes. El año pasado vimos cómo, el mismo huracán María que causó destrucción impresionante en Puerto Rico, se dirigía hacia nosotros y en el último momento giró, evitando la entrada a nuestro territorio. Lo mismo ocurrió este año con Dorian, otro huracán, que al dar un giro hacia el norte nos salvó de la destrucción que ocurrió en las Bahamas.  ¿Coincidencias?, no!!!! tenemos que llamarlas “Diosidencias”, reconociendo que es Dios quien controla todo el universo (Salmo 89:9). Él constantemente está demostrando Su bondad y nunca debemos cansarnos de alabarle, dándole la gloria que Él merece.

En este caminar en la sabiduría, debemos observar también el gran crecimiento espiritual que está ocurriendo entre los miembros de nuestra iglesia, la cual, a pesar de las dificultades, ha crecido en comunidad y amor el uno para el otro.

No podemos dejar de mencionar también, el crecimiento que ha tenido el ministerio de las mujeres, donde los grupos pequeños han aumentado, así también, la pasión y el compromiso de nuestras hermanas por enseñar y otras por aprender cómo vivir La Palabra de Dios.

Gloria a Él, porque “porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito.” (Filipenses 2:13).

Pero, de manera personal, las siguientes preguntas nos ayudarán a evaluarnos y a reconocer si hemos crecido en sabiduría en diferentes áreas de nuestras vidas.   

1- ¿Cómo manejamos las criticas? ¿Estamos siempre a la defensiva, y contraatacamos a la persona que nos dice algo? O ¿evaluamos lo que han dicho, buscando si hay algo de verdad escondida en lo que dice?

2- ¿Cómo respondemos al sufrimiento? ¿Nos quejamos deseando que éste acabe y cuestionamos a Dios?  ¿O confiamos en la providencia y bondad de un Dios bueno?

Y cuando otros sufren, ¿los evitamos porque no sabemos que decir y no tenemos tiempo para acercarnos a ellos? ¿O nos llenamos de compasión y buscamos la forma de ayudarles?

3- ¿Estamos creciendo en el fruto del Espíritu?   Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, y dominio propio.

4- ¿Nuestro deseo de obedecer a Cristo y de parecernos más a Él está aumentando?

5- ¿Se nos hace difícil admitir nuestras faltas y pecados? ¿O pedimos perdón inmediatamente?

Rogamos a nuestro Señor que este caminar no termine este año, sino que podamos seguir   aprendiendo con anhelo y pasión hasta que lleguemos a Su presencia, pues en el próximo año 2020, vamos a trabajar para desarrollar nuestra ‘PERSEVERANCIA”.

Tenemos que reconocer que somos mujeres de la Palabra, que debemos vivir en ella y por ella, siempre creciendo en sabiduría. En el año venidero, vamos a aumentar nuestra Fe, perseverando con gozo y confianza en Dios, a pesar de cualquier circunstancia por la que estemos pasando. En Juan 16:33 leemos, “En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Recordemos que, porque Él ha vencido, nosotras podemos seguir.

Nada de lo que ocurre es ajeno a Dios y Él utilizará todo para nuestro bien (Romanos 8:28). Es a través de las tribulaciones que Dios nos forma en Su imagen y luego recibiremos “la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que le aman.” (Santiago 1:12)

Esperamos que en este próximo año sigamos creciendo en amor y nunca nos cansemos de hacer el bien (2 Tesalonicenses 3:13).

¡Bendiciones y feliz año nuevo!