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¿Unir o dividir? ¿De qué lado estoy?

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“…haced completo mi gozo, siendo del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito”. (Filipenses 2:2). (LBLA)

Las actitudes pecaminosas muchas veces vienen por la facilidad en que queremos lograr las cosas.

Para muchas personas es más fácil sentarse en una silla, cruzar los brazos y criticar al liderazgo que está trabajando. Para esas personas es más fácil dividir, más fácil destruir y más fácil excluir y todo esto es pecado.

“…Conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no se mantendrá en pie”. (Mateo 12:25).

Tristemente en nuestras congregaciones hay personas que viven con sentimientos y actitudes pecaminosas que dividen el cuerpo de Cristo (la iglesia), incluyendo el liderazgo. Utilizando también sus dones para esos fines.

¿Cómo podemos tener a Jesús en nuestros corazones y servir a Dios y al mismo tiempo dividir a la iglesia con actitudes mundanas?

Recordemos que Jesús vino a “unirnos” con el Padre, a reconciliarnos con Él. Jesús es nuestro mayor ejemplo de unidad.

Con cada actitud de crítica y murmuración que divide a las personas en nuestras congregaciones, estamos restando importancia a la unidad de la cual Dios nos habla en Su Palabra.

Somos un cuerpo, el cuerpo de Cristo, y como cuerpo no podemos estar en desunión.

“Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un miembro de él”.

(1 Corintios 12:27).

Jesús vino para unirnos en la fe y por lo tanto nuestros corazones deben latir ardientemente por la unidad.

Miren cuán bueno y agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía”. (Salmos133:1).

No olvidemos que nuestro enemigo Satanás es quien provoca división. De él procede todo lo que es pecado, por ejemplo, la mentira, el orgullo, el chisme, la envidia, la crítica, la murmuración, el desprecio, la burla, Etc.

“Pues, donde hay envidias y ambiciones egoístas, también habrá desorden y toda clase de maldad”. (Santiago 3:16).  (NTV)

Por lo tanto, pensemos que cada vez que tenemos estas actitudes en las congregaciones con el liderazgo o con cualquiera que esté colaborando o sirviendo, no estamos contribuyendo a la obra de Cristo, si no, que estamos impidiendo su avance. Tales cosas causan conflictos, disensiones, divisiones, Etc.  Y esto es reprobado por Dios y acarrea una disciplina severa al que incurre en ello. Ejemplo tenemos en Números 12: 1-2, 4-15. Miriam incitó a Aarón, cuestionando el liderazgo de su hermano Moisés con críticas, queja y murmuración. Dios oyó todo, tomándolo contra sí mismo; los confrontó duramente e impartió su castigo, quedando Miriam leprosa por siete días y apartada del campamento. Esto también trajo como consecuencia que el campamento se detuviera. El pecado paraliza a la iglesia. Esta mujer que era líder de alabanza y profetisa, cayó tristemente de su posición por murmurar.  

Como cuerpo de Cristo no debemos enfocarnos en nuestras propias ambiciones, deseos, necesidades, Etc. Ni tampoco en los errores y defectos de nuestros líderes.

No olvidemos que de la unidad dentro del cuerpo de Cristo podemos disfrutar de muchas bendiciones, como, por ejemplo:

  • De glorificar a Dios
    “para que unánimes, a una voz, glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”. (Romanos 15:6).
  • De paz.
    “Hagan todo lo posible por mantenerse unidos en el Espíritu y enlazados mediante la paz”. (Efesios 4:3).
  • De diversidad de dones. 
    “Él hace que todo el cuerpo encaje perfectamente. Y cada parte, al cumplir con su función específica, ayuda a que las demás se desarrollen, y entonces todo el cuerpo crece y está sano y lleno de amor”. (Efesios 4:16). (NTV).
  • De fraternidad.
    “Si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; y si un miembro es honrado, todos los miembros se regocijan con él”. (1 Corintios 12:26).
  • De peticiones respondidas.
    “Además les digo, que, si dos de ustedes se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por Mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en Mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos»”. (Mateo 18:19-20).
  • De crecimiento espiritual.
    “Más bien, al hablar la verdad en amor, creceremos en todos los aspectos en Aquel que es la cabeza, es decir, Cristo…” (Efesios 4:15).
    También como cuerpo de Cristo, tenemos muchas cosas a considerar para mantener la unidad de la cual leemos en la Palabra de Dios, aquí algunas de ellas:
  1. Soportarnos en amor, unos a otros
    Que vivan con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándose unos a otros en amor…” (Efesios 4:2).
  • Perdonándonos unos a otros
    Sean más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, así como también Dios los[a] perdonó en Cristo”. (Efesios 4:32).
  • Estimar a otros como superiores a nosotros mismos
    “…con actitud humilde cada uno de ustedes considere al otro como más importante que a sí mismo…”. (Filipenses 2:3).

¿Qué podemos hacer para no ser causantes de división en nuestras congregaciones?

¡ORAR! Aquí hay diez motivos para hacerlo.

Por:

1.  Amor por el cuerpo de Cristo.

2.  Un corazón humilde.

3.  Un carácter manso.

4. Madurez espiritual.

5. Amar las diferencias. 

6. Aceptar los dones que cada quien posee.

7. Apoyo a los que están en liderazgo.

8. Un corazón de servicio.

9. Obediencia.

10. El fruto de la paciencia.

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Yicell de Ortiz dirige el blog yicelldeortizblog.com en donde tiene como propósito encaminar a las mujeres a Jesucristo y que ellas tengan vidas, matrimonios y familias fundamentadas en Él, proveyéndoles recursos bíblicos diversos y compartiendo también en las redes sociales. Es esposa y madre. Es miembro junto a su familia de la Iglesia Bautista Internacional (IBI), en donde junto a su esposo colabora en el ministerio de jóvenes Adultos M-AQUI."