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Una nueva visión para una nueva misión (parte II)

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Esta semana, el pastor Miguel Núñez predicó el sermón “Una nueva visión para una nueva misión (parte II)” basado en Hechos 10:24-48, como una continuación a la serie “Hasta los confines de la tierra”.

 

Cuando Pedro finalmente llega a donde Cornelio, él explica como vio un hombre con vestiduras resplandecientes quien le instruyó a buscar a Pedro quien tenía un mensaje que necesitaba escuchar: el evangelio. Hasta ese momento Pedro creía que la salvación pertenecía solamente a los judíos; pero ahora entendía que Dios no hacia acepción de personas. El mensaje que Pedro le predicó giró en torno a la persona de Jesús, exponiendo seis aspectos principales acerca de El:

1. El Señorío de Cristo

El señorío de Cristo implica que Dios Padre ha delegado en el Hijo todos los derechos de propiedad de toda la creación, los derechos de gobierno tanto en el cielo y en la tierra como debajo de la tierra. Como propietario de la creación, Él posee autoridad ilimitada sobre ángeles, potestades, poderes y dominios, caídos y no caídos junto con el poder de juzgar a todas las criaturas. Esto implica que nuestra desobediencia representa un desafío a la autoridad de Aquel que no solo murió por mí para comprar mi libertad, sino de Aquel que tiene completa autoridad para juzgarme hasta el punto de poder ejercer dicha autoridad para salvarme o condenarme.

2. El mensaje del evangelio que termina la enemistad entre Dios y el hombre (v.36)

La palabra de Dios establece que el hombre que no conoce a Cristo está en enemistad contra él (Romanos 5:10) y que el único mensaje que puede poner fin a dicha enemistad es el mensaje del evangelio que trae convicción de pecado al hombre y lo llama arrepentirse y buscar el perdón de Dios. Cuando ese hombre hace eso, él debe entender que al mismo tiempo necesita hacer entrega de su vida al Jesús reconociéndolo como su Salvador y Señor. Ese mensaje que conocemos como el evangelio está directamente relacionado a la vida, crucifixión y resurrección y aún la ascensión de Cristo a los cielos desde donde Él gobierna.

3. La vida de Cristo (v.37-39)

La vida de Jesús es importante para tu salvación y la mía porque para entrar al reino de los cielos es necesario cumplir a cabalidad con la ley de Dios y ninguna persona ha podido hacerlo, excepto Jesús. Es la obediencia de Cristo que es contada a mi favor. Durante Su vida, Jesús cumplió la ley de principio a fin, desde que nació hasta que murió: esto es lo que ha sido llamado la obediencia activa de Jesús.

4. La crucifixión de Cristo (v.39b)

Jesús termina en la cruz porque Él vino a tomar mi lugar; tomó mi lugar cuando vivió la vida de obediencia y tomó mi lugar cuando fue crucificado en un madero. Cuando El obedeció, el Padre contó Su obediencia como si fuera la mía y cuando Jesús murió cruelmente, el Padre contó el juicio que cayó sobre Él como si hubiese caído sobre mí. Esta es la razón por la que entramos al reino de los cielos. Como Jesús ya sufrió en la cruz por mis pecados, ya yo no tengo que sufrir; cada vez que pido perdón al Padre por ellos, soy perdonado.

5. La resurrección de Cristo (v.40-41)

La resurrección de Jesús al tercer día, es la evidencia de que Cristo había cumplido con la ley de Dios a cabalidad y que, por tanto, había complacido al Padre en la misión que se le había encomendado. La resurrección fue el amén del padre a un sacrificio perfecto. Esta confirma que Él es quien dijo que era: Dios encarnado y testifica acerca del hecho que Su sacrificio fue encontrado perfecto y suficiente para perdonar los pecados de aquellos por quienes Él vino a morir. Un Cristo sin resurrección representaría una humanidad sin esperanza. Hubiese debilitado Su mensaje y hubiese desacreditado toda Su vida; pero no fue así.

6. Cristo como juez de los vivos y de los muertos (v.42) 

El hombre tendrá que rendir cuentas ante Jesús al final de sus días en la tierra porque Él ha sido designado como juez de los vivos y de los muertos. Si el señorío de Cristo es completo, Él es juez al final de los tiempos (Juan 5:22-23; 2 Corintios 5:10).

 

Pedro concluye su mensaje de una manera que suena como una invitación a recibir salvación de parte de Jesús (v.43). Todo el que cree en Él, su vida, muerte, resurrección y señorío recibe perdón de pecados.

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