El pastor Miguel Núñez de la IBI, ha decidido predicar una de las cinco Solas antes de comenzar su próxima serie, por tratarse de estar en el año que se cumplen los 500 años de la Reforma de Martin Lutero. En tal sentido ha predicado sobre Juan 14:6, cuyo texto dice: Jesús le dijo: Yo soy el Camino, y la Verdad, y la Vida; nadie viene al Padre sino por mí. Por lo que ha titulado el mensaje de hoy: Solo Cristo.
Lo que comenzó con una simple protesta de parte de Martín Lutero, en contra de una serie de prácticas religiosas de parte de la iglesia de Roma, culminó siendo un movimiento transformador de la Iglesia y de toda la sociedad, al cual se le denominó La Reforma, y las cinco Solas de sus 95 tesis resumieron la teología propulsada por esta Reforma. Las cinco Solas son: Sola Escritura, Solo Cristo, Solo Gracia, Solo Fe y Solo Dios. Un par de semanas atrás el pastor invitado Sugel Michelén de IBSJ predicó sobre la primera, Solo Escritura.
En este pasaje Cristo consuela a sus discípulos. Esta respuesta la ofrece Cristo a Tomás quien le pregunta cual camino seguirán. Cristo es el camino al Padre que los pecadores tienen en su persona como Dios manifestado en carne, en su sacrificio expiatorio, y como nuestro Abogado. Él es la Verdad, que cumple todas las profecías del Salvador; creyendo eso los pecadores van por Él, el Camino. Él es la Vida, por Su Espíritu vivificador reciben vida los muertos en pecado. Nadie que no sea vivificado por Él, la Vida, y enseñado por Él, la Verdad, puede acercarse a Dios como Padre por Él, el Camino. Por Cristo, el Camino, nuestras oraciones van a Dios y sus bendiciones vienen a nosotros; este es el Camino que lleva al reposo, el buen Camino antiguo. Él es la Resurrección y la Vida.
Este versículo es la narración de una parte de la conversación entre Jesús y sus discípulos en el aposento alto la noche antes de ser crucificado que viene del capítulo 13, donde Cristo les está diciendo que se queda un poco de tiempo con ellos pero que no los pueden acompañar a donde Él va. Jesús ya venía diciéndoles de vez en cuando quien era Él, y el texto de hoy es el sexto Yo Soy de Jesús. Esto demuestra que Cristo tiene su propia autoridad y su propia concepción de quien es. El sabe perfectamente quien es, cual es su origen y hacia dónde va, cumpliendo el propósito para el cual fue enviado. Esta frase de Yo soy el Camino, Yo soy la Vida y yo soy la Verdad, define a Cristo y su misión. Se refiere a que la persona de Jesús es el modelo de persona que debemos ser nosotros algún día, convertirnos en alguien como Él, seguir interiormente el camino que Él recorrió y nos mostró, para llegar a ser como Él y llegar de esa forma al Padre, a la vida eterna.
Jesús relacionó estas tres palabras, Camino, Verdad y Vida. Ya que Cristo es la persona que nos guía al pasar de la esclavitud a la libertad. Todos perdimos el camino y Cristo lo ha proporcionado de nuevo. Es el camino que esta siempre delante de los hombres. Es la Verdad. La Verdad no es un concepto, es una persona. Adán cayó porque cambió la verdad por la mentira y adoró la creatura en vez del Creador. Perdió la habilidad de discernir la verdad del error. La esencia de la verdad es el Ser más maravilloso que existe: La Verdad es Dios. La verdad es que toda la manera de vivir de Jesús expresa que es verdad. La verdad no es la enseñanza sobre Dios transmitida por Jesús, es la misma realidad de Dios revelándose a sí mismo y ocurriendo en Jesús. La verdad es lo que permite entender la moralidad. La Vida. Cristo dice Yo soy el Pan de Vida, sin embargo no lo comemos, queremos nuestro propio alimento espiritual. Y Cristo es quien llena nuestro espíritu.
Nadie ha dicho cosas como estas, son frases exclusivistas. La verdad es exclusiva y el cristianismo es exclusivo. Cristo, comparado con otros líderes de otras religiones, es totalmente diferente y mucho más grandioso, y sólo Él pudo en sus tres años de enseñanzas ser el de mayor influencia en la historia de la humanidad, dividió la historia en antes y después de Cristo. Esto sucedió porque es el Camino, la Verdad y la Vida.
Y esto lo podemos obtener reconociendo que Cristo es tú Señor y Salvador. La fe cristiana es la única que consiste en transformar la persona, en transformarla en otro Cristo siguiendo interiormente el camino que Él nos mostró con su vida, hasta llegar a experimentar en nosotros su muerte en la Cruz y su resurrección. Por eso dijo Pablo: Con Cristo estoy crucificado, y ya no vivo yo sino que es Cristo quien vive en mí.
Padre celestial, fortalece nuestra fe. Ayúdanos a reconocer a Cristo como nuestro único Señor y Salvador. Que podamos seguir Su Camino, escuchar Su Verdad y tener Vida en Él.