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¿Qué quiere Dios para Navidad?

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¡Ah, Navidad!… intercambio de regalos en los trabajos, escuelas, reuniones familiares… la emoción por lo que está detrás del papel de colores, por las carcajadas, por la comida exquisita, el calor de la familia… cada uno pide a su gusto.

A la hora de llevar un agrado o presente a alguien, ¿te esmeras?… si es alguien que realmente te importa, ¿tu presente o detalle lo muestra?… si una amiga te invita a su cena de Navidad, te dedicas a buscar ese regalo que llevarás? ¡Qué grato es dar y recibir un regalo que realmente te gusta!

Será que el Dios que sustenta todo lo anterior… el creador de todo lo que existe, de tu corazón y el mío, ¿pediría algo para Navidad? ¿O para los días dados por gracia?…

¿Por qué y para quién celebro la navidad?… ¿celebró a Dios, celebro a Cristo?… si mi respuesta es Si!, entonces sería muy importante dar un vistazo a Miqueas en su capítulo 6 y saber qué quiere El Creador de mí para Él: NBLA:

Lo que pide Jehová:

¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año? ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma? Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios. (NBLA)

¿Quiero agradecer al Señor por todo lo que ha hecho?… pues me presentaré a Él con mi bandeja de regalos ostentosos, como nos gustaría a todos, con las grandes cantidades como muestra Miqueas (millares de carneros, 10 mil arroyos de aceite), y como si fuera poco, ¡le agrego el sacrificio de mi propio hijo si es necesario! … con eso agradaré al Señor y me ganaré los puntos en el cielo… NOOOOOOO!!!, NOOOOOOOO Y NOOOOOO!!!

¡DIOS NO ES COMO NOSOTRAS! Amadas hermanas, Dios no requiere de nosotras la presentación de nuestros grandes sacrificios en la casa, en nuestro matrimonio, en nuestra crianza, en nuestras áreas de desarrollo… no requiere horas interminables y sobre esfuerzos para ganar puntos ante Él para pago de nuestro pendiente, nos recuerda: Eso es insostenible para nosotras, YA CRISTO LO HIZO!!!

Amadas … el amoroso, bondadoso, misericordioso y todopoderoso Dios, sólo pide:

1. Hacer justicia

2. Amar misericordia

3. Humillarte

Mira cómo en la Nueva Traducción Viviente luce más práctico para nosotras…

NTV:

“Oh pueblo, el Señor te ha dicho lo que es bueno, y lo que él exige de ti: que hagas lo que es correcto, que ames la compasión y que camines humildemente con tu Dios.”

1. Primer regalo de Navidad: Hacer lo correcto. Mi corazón en su condición cambiante y pecadora no puede saber lo que es correcto, pero Toda La Palabra es Útil para instruir en Justicia (2 Timoteo 3:16-17), para sí dictarme los parámetros de qué es correcto y qué no. Así que nuestro primer regalo de navidad y siempre al Señor es acercarnos a La Palabra y aprender los estándares De Dios para hacer las cosas como Él demanda.

2. Segundo regalo: Amar la compasión. Si te fijas no es que des limosna, ni que sólo entregues para que te vean, ni dar a quien te devolverá. El acto de movernos a suplir una necesidad del prójimo ya sea material, espiritual, física …tiempo, dinero, oración, consejo, esfuerzo… debe ser hecho con la motivación correcta, desde el amor. Cual Cristo en su caminar era movido por el amor y dolido genuino a suplir las necesidades de los menos favorecidos en cualquier ámbito de la vida; así nosotras!

3. Tercer regalo: camina humilde ante el Señor. Un corazón altivo Dios lo aborrece (proverbios 16:5), donde mi ídolo soy yo misma; más a un corazón contrito y humillado (salmo 51:17) no lo desprecia, ¡no reconozco a nadie y a Él lo reconozco como todo! Cuando en nuestro caminar por esta tierra, mantenemos la perspectiva correcta de que de Él, y por Él, y para Él, son todas las cosas (Romanos 11:36), la humildad es nuestra vestimenta de regalo ante El Todopoderoso.

Así que nos animó, mis amadas hermanas, a llevar ante los pies, de aquella vez el niño en pesebre, más hoy el Glorioso y triunfante Cristo nuestra vida como el mayor regalo con las envolturas que a Él le agradan, y nos hacen lucir como Cristo: hacer lo correcto, amar la compasión y andar en humildad.

Ahora sí, ¡muy Feliz Navidad en Cristo!