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Principios de sabiduría en el ejercicio de la libertad cristiana

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Este es el último artículo acerca del correcto uso de la libertad cristiana. Ya hemos discutido sobre las áreas grises, sobre el concepto mismo de la libertad cristiana y de la diferencia entre santificación y legalismo. 

Los límites de la participación del cristiano en las actividades de su mundo no siempre están claramente definidos; sobre todo a la hora de decidir si participamos o no en ciertas ocasiones donde la Biblia no nos provee claras directrices, y donde no todo cristiano está de acuerdo. A continuación, una serie de preguntas y principios de aplicación.

1) No tome una decisión sin preguntarse de qué manera puede eso glorificar a Dios. ¿Dónde está Dios o su diseño en esto?, sería una buena pregunta. Si Dios, su diseño, su verdad, su propósito no pueden ser visto con claridad, ¿por qué quiero participar?

2) Considere siempre quién saldrá edificado o fortalecido en lo que vaya a hacer: ¿Yo? ¿Mi hermano? ¿Mi iglesia? ¿Mi carne?

3) Al iniciar una nueva actividad, piense si esta nueva tarea tiene el potencial de esclavizarme. Este es el caso del cigarrillo, el alcohol en cualquier cantidad que propicie el perder la inhibición, juegos de azar, ciertos juegos de computadoras, apuestas, el uso de tranquilizantes más allá de la prescripción médica o cualquier otra cosa o actividad. El apóstol Pablo, decía “Todas las cosas me son lícitas, pero no todas son de provecho. Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna” (1 Corintios 6:14).

4) ¿Hay algún elemento de inmoralidad involucrado en esto? Como muchas veces se suscitan discusiones en torno a lo que es moralmente aceptable, pregúntese si otros supieran en su iglesia que usted participa en este tipo de actividad, ¿cuál sería su reacción? ¿Tendrían ellos confianza en usted como líder?

5) Si una gran cantidad de personas de su iglesia participara de esta actividad, ¿cuál sería el testimonio de la iglesia frente al mundo o a otros hermanos? Esto puede ayudarle a decidir.

6) ¿Cual es la asociación de este evento con la cultura de pecado de nuestros días? Muchos conciertos seculares de música popular en nuestros días tienen una alta asociación con la cultura de pecado, y por tanto deben ser evitados. Sin embargo, ese no es el caso con los conciertos de ópera, y una gran cantidad de las obras de teatro, por ejemplo.

7) ¿Cual es el testimonio de vida del artista(s) o del grupo musical que me gustaría ir a ver? Si se identifica como cristiano, ¿es su testimonio y sus creencias doctrinales consistentes con el estándar bíblico?

8) Películas de cine, series de televisión, obras de teatro, dibujos animados, videojuegos y demás, con contenido de violencia, de sensualidad, con vocabulario obsceno y que usted no vería en presencia de Cristo o de sus líderes cristianos, no deben ser parte de la vida del creyente. Efesios 5:3-4 habla acerca de esto, “3 Pero que la inmoralidad, y toda impureza o avaricia, ni siquiera se mencionen entre vosotros, como corresponde a los santos; 4 ni obscenidades, ni necedades, ni groserías, que no son apropiadas, sino más bien acciones de gracias”.

9) ¿Pudiera mi participación en esta actividad ser de mal testimonio para otros, y ser yo de piedra de tropiezo para una o más personas?

Todo creyente, pero sobre todo el liderazgo de la iglesia, no debe tomar decisiones en las llamadas áreas grises, sin preguntarse, ¿cuál es la posición de mi iglesia y del liderazgo de mi iglesia? A ellos les debo respeto, lealtad y consideración. Mi participación en eventos no debe violar las normas establecidas por mi iglesia, ya que mi pacto de compromiso me lleva a apoyar las normas de la iglesia a la que asisto. De estar en desacuerdo, el sentido común, el respeto, el amor y la consideración por mis líderes debe llevarme a conversar con ellos antes de participar en algo contrario a los lineamientos de la iglesia.

En los casos donde quizás la Biblia no dicta la conducta a seguir, y donde tampoco me puedo poner de acuerdo con mis líderes, la Biblia no nos deja en silencio. Hebreos 13:17, nos advierte: “Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta. Permitidles que lo hagan con alegría y no quejándose, porque eso no sería provechoso para vosotros”. Como podemos ver, la Biblia no nos da todos los lineamientos necesarios para cada situación en particular, pero tampoco nos deja sin directrices para saber que hacer.

Esperamos haber contribuido a su discernimiento para vivir una vida que agrade a Dios.