Tomado de la sesión “Pregúntale a tu pastor – Parte I” impartido el 18 de abril del 2018. Pregunta: “¿Puede un cristiano ser cremado después de muerto?” (1:11:19).
Miguel Núñez: Si la palabra es “puede”, ya ha ocurrido varias veces con los mártires; si la palabra es “debe”, yo estoy profundamente convencido hoy, que eso no debería ocurrir entre cristianos. Las razones son múltiples:
- ¿Qué se hace con la basura en un basurero? La queman. No creo que algo que fue creado por Dios, que sirvió de templo del Espíritu Santo, y que Dios pretende usar en la glorificación, donde va a unir ese cuerpo con mi alma, debiera recibir el mismo trato que la basura recibe en un basurero. No creo que esas dos cosas son comparables.
- Vivimos en una sociedad reduccionista donde le reducimos el valor a todo. En este tiempo decimos que los pantalones cortos y las sandalias no nos hacen más o menos santo—lo cual es cierto—pero eso no significa que un domingo un pastor debería predicar en pantalones cortos con una camiseta. Yo estoy de acuerdo que la ropa no nos hace más santos o menos santos; un saco y corbata no agregan nada a la salvación. Pero cuando uno reduce a la nada lo que son las expresiones visibles que Dios ha usado desde el Antiguo Testamento para transmitir respeto o reverencia, se pierde todo valor de este lado de la gloria. Dios nos ha dejado recordatorios visibles desde el Antiguo Testamento de lo que debe ser reverenciado y respetado para que no terminemos vulgarizando aquello que El considera sagrado. En la antigüedad, la gente enterraba a sus muertos y les daban unas sepulturas honrosas.
- La única razón por la cual la cremación se ha hecho popular es porque es más económico, sobre todo en países como los Estado Unidos. Ahí nos encontramos con un problema de pragmatismo.
Ahora, cuando el fallecido ha expresado que su deseo es ser cremado, y no muere en el Señor, uno no tiene control sobre eso. Pero, como cristianos, no creo que es el mejor camino para expresar respeto hacia lo que es el cuerpo humano que Dios creó, que fue templo del Espíritu y que El pretende glorificar y volver a usar en el día de mañana. ¿Por qué lo voy a quemar si Dios lo quiere usar otra vez? Aunque Dios lo puede usar como quiera, cremar aun le reduce valor al cuerpo que El creó.
Héctor Salcedo: Ahora, si alguien genuinamente cristiano ya fue cremado, eso no tiene impacto en su destino eterno.
Miguel Núñez: Hablar de estas cosas nos ayuda seguir levantando el valor de la vida. Por eso es que hemos llegado al punto de pensar que un feto de 18 semana no es vida, tomamos ese cuerpo y lo tiramos en un bote de basura, dándole el mismo trato que la basura. No hemos aprendido a apreciar aquello que Dios le ha dado valor. Ese feto tiene un alma adentro, y aunque el muerto no tiene un alma, también es creación de Dios como ninguna otra porque lleva la imagen de Dios.