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No llores… Jesús te quiere consolar

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“Cuando el Señor la vio, su corazón rebosó de compasión. «No llores», le dijo” (Lucas 7:11-13) 

Nuestro Señor Jesús en Juan 17:9-12 ora por nosotras, las que estamos en el mundo aunque ya no somos del mundo; El y nosotras sabemos que en el mundo tendremos tribulación, pruebas, perdidas irreparables pero también tenemos a Aquel que es el Dios de TODA consolación (2 Corintios 1:3-4 ) y El esta presto para levantarnos en medio de cualquier necesidad. 

En ocasiones  he visto personas que experimentando las profundidades del sufrimiento y el dolor se resisten a ser consoladas.  Es tanto el dolor emocional que suelen enfocarse en el sufrimiento y piensan que nada puede aliviar lo que sienten en ese momento, convencidos que su herida es demasiado grande para ser sanada y que nadie comprende la profundidad de su dolor.   

Encontramos al salmista expresando en el salmo 77:2  “En el día de mi angustia busqué al Señor; En la noche mi mano se extendía sin cansarse; Mi alma rehusaba ser consolada”.  O vemos a  Job rechazando inicialmente las palabras de sus amigos que querían consolarlo (Job 6:26-30) 

Resistirse al consuelo es humano y muchas veces parte del proceso del sufrimiento y del duelo.  Sin embargo, el consuelo divino y el apoyo de nuestra comunidad de Fe son medios de gracia para sanar nuestras heridas.  

Pero…conocemos de otros, como esta mujer, con la que Jesus se encuentra dirigiéndose a la ciudad de Naín en el Evangelio de Lucas 7:11-17.  Esta mujer se encuentra en una situación desesperada, llevando a enterrar a su único hijo y además era viuda, no solo siente el dolor de la pérdida sino que está delante de un futuro incierto ya que dependia social y económicamente de los hombres de su familia que ya no estaban. 

Esta mujer no pidió nada!, el relato no dice que alzó su voz pidiendo ayuda como el ciego Bartimeo, ni que tocó su manto como la mujer del flujo de sangre, quizas ni lo habia visto pero Jesus la vio y  sabía de su profunda tristeza y desgarrador dolor. 

Dios puede consolar porque su naturaleza, atributos y carácter lo capacitan para ser EL PERFECTO CONSOLADOR. 

  • Él es Compasivo y Misericordioso.  No solo ve el sufrimiento sino que lo comprende profundamente (Hebreos 4:15).  Ver nuestras luchas y compadeciéndose trae alivio, pero.. Conozco yo al consolador y confío en que El entiende mi sufrimiento. 
  • El es Omnisciente y Omnipotente.  El conoce cada detalle de nuestra situación, Salmos 139:4,  y tiene el poder para intervenir y restaurar.  Si Jesús puede vencer a la muerte, podemos confiar en Él para resucitar áreas muertas en nuestras vidas (esperanzas, relaciones y sueños). 
  • Su amor es incondicional y eterno.  Nos consuela porque nos ama con un amor eterno que no cambia independientemente de mis emociones o circunstancias. 

Además recordemos que: 

  1. Se nos ha dado al Espíritu Santo, como consolador, el Paráclito: aquel que ayuda,  consuela y que está con nosotros SIEMPRE ( Juan 14:16).   Vive en nosotras y nos consuela desde dentro, guiándonos, recordándonos las promesas de Dios y dándonos fortaleza. 
  1. Se nos ha dejado Su Palabra como una fuente de Esperanza, guía y consuelo y ellas nos recordarán Su Fidelidad y Su amor constante e inagotable (Salmo 119:50).   Leer y meditar  en ella puede llenar de esperanza al corazón abatido.  
  1. La Gracia de Dios puede alcanzar incluso a quienes se sienten indignos de consuelo y se resisten a él. Reconocer nuestra necesidad de ayuda y consuelo es un acto de humildad y apertura a la restauración divina. 

Dios quiere, al igual que a esa  mujer, decirte “No llores mas”.  Él quiere abrir tus ojos, no a lo que ellos pueden de manera distorsionada ver a través de tus lágrimas, sino a lo que Él está haciendo y lo que está sucediendo espiritualmente en tu entorno. 

  • Cuando el resucita al hijo de esta viuda está devolviendo la esperanza a esta mujer y está mostrando compasión y autoridad.  No solo se muestra como un gran profeta sino que este milagro apunta al Mesías, quien tiene poder sobre la vida y la muerte.  
  • Dios no solo nos consuela sino que da sentido y propósito a nuestro sufrimiento y lo usa para nuestra madurez espiritual y para bendecir a otros (Romanos 8:28). 
  • Este consuelo no es temporal, igual que Su Paz trasciende lo que esté sucediendo, es una fuente de Paz Verdadera (Filipenses 4:7). 
  • Dios es glorificado en Sus Obras. La reacción de la multitud fue glorificar a Dios. 

Amada, puedes estar en un momento donde las lágrimas parecen no tener fin, pero Dios está contigo, sosteniendote con Su amor infinito.  El ve cada lágrima que derramas y las recoge como perlas preciosas, promete que un día las enjugará todas(Apocalipsis 21:4) Él tiene un propósito incluso en medio de tu dolor. Permite que Su Paz inunde tu corazón.  Confía en Su Poder, abraza Su consuelo y deja que Su paz te envuelva ahora mismo.  En Cristo está nuestra fortaleza y esperanza.    

!Dios te bendiga y guarde, alce su rostro a ti y ponga en ti Paz!