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Liderazgo femenino basado en el carácter de Cristo 

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Es interesante comparar lo que el mundo resalta como liderazgo femenino con lo que Cristo mostró. Las 6 características que el mundo resalta son: 

  1. Empatía e inteligencia emocional, lo que ellos definen como la habilidad de entender y conectar con otros.  
  1. El enfoque colaborativo o la preferencia para trabajar y tomar decisiones en equipo.  
  1. Fuertes habilidades de comunicación, siendo abiertas, honestas y oyentes activas  
  1. Adaptabilidad para navegar en los cambios y en la incertidumbre.  
  1. Valorando las conexiones interpersonales en el equipo e impulsada a las metas, pero trabajando con valores éticos.  

¿Crees que estas características son anti-cristianas? Por supuesto que no, sin embargo, son basadas en efectividad y no en principios bíblicos, haciéndolos superficiales y con metas y propósitos diferentes.   

El liderazgo de Jesús era compasivo porque amaba a aquellos alrededor de Él. Cristo también tenía una preferencia por el trabajo en equipo, por lo tanto, nos regaló una familia eclesiástica pero siempre tomó sus decisiones basándose en lo que Su Padre ordenaba y no el equipo.  

Aunque buscar consejería de personas maduras en la fe es recomendable en la duda (Prov.11:14), la obediencia es al Señor y a lo que Él nos está pidiendo. Cristo fue experto en tener el balance entre convicción y compasión, y convicción y obediencia. Él no cedía ante las masas porque estaban en la mayoría, sino que tenía el valor de obedecer a pesar de las consecuencias que esto traería. Cristo tenía fuertes habilidades de comunicación y fue honesto, además de que activamente escuchaba a las personas, sin embargo, su lenguaje no siempre era claro. Cuando los apóstoles le preguntaban porque hablaba en parábolas, su respuesta siempre fue “Porque a vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido”. (Mateo 13:11)  

Aunque Sus respuestas siempre eran honestas, solo aquellos que querían conocer la verdad buscarían el significado de las parábolas. Él sabía cuándo y cómo hablar y cuándo quedarse callado. Jesucristo no era solo honesto, sino que integro y santo. Él no solo enseñaba la verdad, sino que vivía lo que predicaba.  Jesús era capaz de navegar en los cambios y en la incertidumbre, sin embargo, los resultados esperados no fueron lo que el mundo espera: el éxito, la fama, o el dinero, sino ir a la cruz. Lo que nunca es mencionado en el mundo, pero que caracterizaba a Jesús, era su humildad y servicio. Aunque él era el único que la merecía, su propósito era servir a otros y no perseguir la gloria personal. Él priorizó las necesidades de los demás y demostró un deseo de ayudarlos a crecer y prosperar. Él valoró las conexiones personales y eligió un equipo de 12 para hacer el trabajo con otros después de su muerte y les enseñó a enseñar lo mismo a las próximas generaciones (Mateo 28:19-20). De nuevo, no por el “éxito” y tener menos problemas, sino para evangelizar al mundo a pesar de las tribulaciones. Esto nos lleva a la sexta característica, Él fue impulsado a la meta, pero no trabajando con valores éticos sino valores santos. Su meta no era lo nuestro; Su meta fue llegar a la cruz para pagar la deuda que no podíamos saldar. Su propósito era salvarnos. Él se mantuvo dedicado y perseveraba a pesar de la oposición. De hecho, la oposición era parte del plan desde el principio y, a pesar de esto, Él persistió hacia la meta.  

Aunque las características del liderazgo en el mundo son parecidas a las nuestras, hay grandes y profundas diferencias. El liderazgo de Jesús combinaba servicio y compasión basados en el amor y esto es la gran diferencia. Por amor, Él humildemente priorizó las necesidades de otros por encima de las suyas para que nosotras tuviéramos salvación. Una vida enfocada siempre en el otro y no en lo que yo puedo hacer u obtener. Él es el modelo que debemos seguir: negarnos a nuestros deseos y derechos tomando nuestra cruz y seguir a Su ejemplo (Mateo 16:24). Él es nuestro modelo supremo.