El pastor Miguel Núñez retoma su serie Poder En La Debilidad sobre la segunda carta del apóstol Pablo a los Corintios. Hoy el mensaje está basado en el capítulo 6, versículos del 14 al 18, y el versículo 1 del capítulo 7, titulando dicho mensaje La Santidad Implica Separación.
En estos versículos el apóstol Pablo hace la exhortación y advertencia a no unirse en yugo desigual. Los efectos fatales de rechazar los preceptos de las Escrituras acerca de los matrimonios, de amistad y de negocios, se notan claramente. Cuando los creyentes establecen estas relaciones contrarias a las expresas advertencias de la palabra de Dios, deben esperar mucha angustia.
La cautela se extiende también a la conversación corriente. Aunque no podemos evitar por completo ver y oír opiniones desagradables, debemos hacer el esfuerzo de evitar esas amistades. No debemos corrompernos juntándonos con quienes se contaminan a sí mismos con pecado.
Las promesas de Dios son razones fuertes para que nosotros busquemos la santidad alejándonos, separándonos de los hacedores de maldad. Debemos limpiarnos de toda inmundicia de carne y espíritu. Si esperamos en Dios como Padre nuestro, debemos procurar ser santos como Él es santo.
Tanto los mandatos negativos como los imperativos positivos, son claros llamados para que el creyente se separe de la forma de vida mundana, de sus pecados, y que vivamos en santidad.
El pueblo de Dios históricamente ha tenido una gran resistencia en escuchar la voz de Dios. Desde la creación el hombre ha hecho caso a voces extrañas a la de Dios, y por eso ha tenido grandes tristezas. En esta época tenemos innumerables ejemplos de creyentes que luchan con las tentaciones de convivir con incrédulos, tanto en matrimonios como en sociedades comerciales.
El texto no dice que no debemos tener ningún tipo de asociación con incrédulos del mundo, porque tendríamos que salir de este mundo, se refiere a personas que dicen ser creyentes pero viven de una manera desordenada y en pecado, con doble vida.
Debemos entender estos conceptos y aplicarlos a nuestras vidas, debemos tener cuidado, ser cautelosos en no entrar en relaciones formales con personas de este tipo. Los conceptos y comportamientos sobre los preceptos de Dios son muy diferentes, los no creyentes pudieran ser idólatras, infieles, evasores de impuestos, etc., y estos temas pecaminosos no son congruentes con nuestros principios. Nosotros somos el templo de Dios, el templo del Espíritu Santo, el pueblo escogido de Dios, Su pueblo santo, y por eso debemos tener un comportamiento diferente.
Por lo tanto, de este lado de la gloria no tendremos la santidad perfecta, pero debemos hacer todo el esfuerzo y el sacrificio necesarios para alcanzar esa santidad, incluyendo la separación de personas, negocios, trabajos o situaciones que son piedra de tropiezos o tentaciones para nuestras vidas, debemos separarnos de todo lo que no se parece al carácter de Cristo. Debemos ser ejemplos para esas personas.
A manera de aplicación, debemos hacernos la siguiente pregunta: ¿ mi manera de actuar, tanto en público como en privado, está reflejando el carácter de Cristo?
Padre celestial, Tú que pones el querer como el hacer, te pedimos que aumentes nuestra fe en Cristo y pongas la fortaleza necesaria para apartarnos de personas, lugares y situaciones que representen tentaciones. Que diariamente podamos reflejar el carácter de Cristo en nuestro comportamiento. Bendiciones.