Inicio Sermones Jesús se revela Jesús se revela a un varón casi perfecto: Su encuentro con el...

Jesús se revela a un varón casi perfecto: Su encuentro con el joven rico

3310
0

Este domingo, el pastor Joan Veloz predicó el sermón “Jesús se revela a un varón casi perfecto: Su encuentro con el joven rico” basado en Marcos 10:17-22 como inicio de la serie “Jesús se revela”.

En el día de hoy estaremos compartiendo sobre un evento donde Jesús se le revelo a un hombre quien probablemente se creía perfecto, pero quien a su vez era un hombre insatisfecho. La historia de este hombre es para muchos una de las historias mas tristes de todo el nuevo testamento. Una historia que parecería comenzar muy bien pero que termina de muy mal. Se encuentra en tres de los cuatro evangelios, Marcos 10:17-22 , Mateo 19:16-23 y Lucas 18:18-23. 

Para entender mejor este texto yo quisiera a que lo pudiéramos abordar desde 3 ángulos diferentes: 

  • Cómo era este hombre a quien Jesús se le revela
  • Qué se revela acerca de Jesús
  • Qué implicaciones esta historia para nosotros 

Cómo era este hombre a quien Jesús se le revela

Si alistáramos las cualidades de este hombre, podríamos decir que él era un joven con muchas posesiones, moralista, de gran reputación, conocedor y obediente de la ley y los mandamientos de Dios. Al mismo tiempo, pudiésemos decir que este joven estaba confundido y desesperado, más era orgulloso y avaro… en fin, era un pecador.

Este joven no era simplemente rico, el era, al parecer, un hombre prominente o gobernador por lo que podemos ver de otros pasajes como en Lucas 18:18. Como gobernador, este vivió una vida privilegiada, no solo a nivel material, sino que también gozaba de prestigio entre los suyos por ser un hombre moral. El hombre vivía una buena vida. La gente de toda esa región probablemente lo admiraba y respetaba. Parecería que este hombre tenía todo lo humanamente requerido para ser feliz.

Sin embargo, él mismo había descubierto que estaba insatisfecho. Sus posesión lo había dejado vacío; su moral, su vida limpia y su actividad religiosa no habían podido satisfacer el más profundo anhelo de su alma: paz con Dios. Todo era vanidad de vanidad. En el momento que el se encuentra con Jesús, él estaba desesperado (v.17).

Este joven va corriendo a Jesús, cae a Sus pies, desesperado, necesitando respuestas y le pregunta, “¿qué haré para heredar la vida eterna?” Es probable que él pensaba que la salvación se podía ganar… Él había sido formado con una mente del “hacer”. Él quiere conseguir su salvación, como ha conseguido todo lo demás en su vida: ganándoselo para sí mismo.

Jesús lo escucha y le responde: ¿Tu quieres la vida eterna? Guarda Sus mandamientos. Él responde que los guarda. Entonces, Jesús responde, “Una cosa te falta: ve y vende cuanto tienes y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; entonces vienes y me sigues.” (v.21)

Al escuchar estas palabras, al joven se le nubló el entendimiento; el optimismo alegre de su estado de ánimo se rompió. La respuesta trajo un dolor real a su corazón y visible en su rostro. Sus esperanzas se vieron frustradas ya que lo único que quería estaba fuera de su alcance. El precio era demasiado alto para pagarlo incluso por la vida eterna. Este joven vino a Jesús en busca de respuestas pero su avaricia y orgullo no le permitieron aceptarlas.

Es fácil inferir que Jesús no está mandando a todo el mundo a vender sus bienes. Este mandato fue dirigido a este joven avaro ya que él había hecho de sus posesiones su gran dios y Dios no esta dispuesto a compartir nuestro corazón con nada ni nadie.

Entonces, este joven, aunque tenía muchas posesiones, poseía gran reputación, era conocedor y obedecía la ley y los mandamientos de Dios, estaba confundido y, debido a su orgullo y avaricia, no pudo abrazar la vida eterna. Fue una vida triste y desperdiciada.

Que se revela acerca de Jesús

Lo primero que yo pudiera destacar de Jesús en estos pasajes es su abundante gracia. Cuando este joven viene a Jesús, aún Él conociendo su corazón y conociendo lo que sucedería al final de la historia, no se rehuso a conversar con él y responder sus preguntas. Jesús se mostró presto a dejar Sus obligaciones y detenerse a responderle a este hombre atribulado. 

También podemos ver cómo Jesús se revela como el Dios bueno (v.18). Cuando el joven se acerca a Jesús le dice “Maestro bueno,” algo muy extraño ya que la tradición judía no se le permitía llamar bueno a nadie ya que este era un atributo de Dios. Es por esto que Jesús le responde en el verso 18, “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino solo uno, Dios.” Es interesante ver aquí que Jesús está usando el comentario de este hombre para dejar claro que si él lo llama bueno es porque él sabe que Cristo es Dios.

Tercero, Jesús revelo Su sabiduría como maestro (v.19-20). Él no responde a las preguntas del joven con literalidad, sino que lo pone a pensar. Él lo acorrala y lo pone a que el mismo pueda darse cuenta de su condición de pecado. Jesús, con gran precisión, expone la codicia en el corazón del hombre que él ni siquiera sospechaba que tenía. Solo Cristo con Su sabiduría como maestro podía confrontar a este joven de una manera tan perfecta. El joven rico se dio cuenta de que no era tan perfecto como pensaba y que necesitaba de un salvador.

Cuarto, Jesús reveló Su amor (v.21). Jesús amó el alma de este hombre aún en medio de su condición caída. Él sintió amor divino por el joven que lo llevo a entristecerse por él. Jesús como Dios es 100% amor, aún cuando juzga, aún cuando condena, lo hace sobre la base de Su amor.

Quinto, Jesús revelo la exclusividad de Su llamado (v.21). Jesús le hace un llamado exclusivo. Le dice, “¿Quieres la vida eterna? Pues tienes que seguirme a mí.” Seguir es un mandamiento en imperativo presente que nos llama a seguir Sus pasos para que estos sean nuestro estilo de vida.

El mandato al joven de vender sus bienes y darlos a los pobres era un llamado para revelar lo que había en el corazón del joven rico. Más aún, el llamado a ir y seguirle era un llamado para dejar claro que solo a través de Jesús se puede hallar la vida eterna. Solo despojándonos de nuestras ropas sucias, podremos ser revestidos con la justicia perfecta de Cristo Y SOLO ALLÍ ESTA LA VIDA ETERNA. 

Finalmente, Jesús revelo que Él es la vida eterna y nuestro tesoro en la tierra y en el cielo. El joven quería hallar la vida eterna y la tuvo todo el tiempo frente a él pero no podía verlo.

Que implicaciones tiene esta historia para nosotros

1. Reflexionemos. Lo primero que hace este pasaje es llamarme a la reflexión. Solo puedo pensar en una cosa peor que ir al infierno: ir al infierno con el cielo en tu mente. Este joven es un ejemplo de los muchos hombres que estuvieron en medio de nosotros y que disfrutaron del don celestial pero se apartaron. No imagino una agonía mayor que la que Judas debió y debe estar viviendo. Él estaba con Cristo, él era uno de Sus discípulos mas cercanos, él fue instruido por el y tuvo la vida eterna delante de sus ojos pero no pudo verla.

2. Cuidemonos de la idolatría. Este hombre había hecho de sus posiciones su ídolo; eran sus tesoros mas preciados. Debemos ser muy cuidadosos con esto ya que Dios es claro que Él no comparte Su gloria con nadie. Isaias 42:8 dice, “Yo soy el Señor, ese es Mi nombre; Mi gloria a otro no daré, Ni Mi alabanza a imágenes talladas.”

3. Recordemos que nuestras buenas obras no nos salvarán. La historia del joven rico deja claro que la salvación es solo por fe. Todas sus obras no le ganaron el favor de Dios ni la vida eterna. Incluso, él podía vender todos sus bienes y dárselo a los pobres y aún así no iba a alcanzar la vida eterna, porque todavía le iba a faltar algo: SEGUIR A JESÚS.

La vida eterna solo se encuentra por fe al seguir a Jesús. Eso era lo que Jesús le estaba pidiendo a este joven, que tuviera fe que al vender todo lo que tenía y dándoselo a los pobres para así poder seguirlo libremente.

4. Sigamos Jesús, no solo a las leyes y mandatos. Él es el Camino, Él es la verdad, Él es la vida. Los mandamientos de Dios revelan Su carácter y quien Él es. El Joven Rico fue instruido por maestros que le enseñaron que para hallar la vida eterna solo debía cumplir los mandamientos. Pero la vida eterna no se trata de mandamientos, se trata de una relación con Jesús. 

5. Debemos conocer al Dios detrás de cada pasaje de las Escrituras. No podemos limitarnos a conocer solamente a la letra de ley o la doctrina. Debemos buscar ver a Dios detrás de cada linea. Al estudiar la Palabra, debemos poder deleitarnos en conocer al Dios que revelo esta escritura. La Biblia no es un libro de reglas o comandados, es un libro vivo donde podemos conocer el carácter y el corazón de Dios.

Conclusión

La historia del joven rico es un ejemplo de la condición de la mayoría de las iglesias en el el día de hoy. La triste realidad de la iglesia cristiana es que muchos han formalizado su membresía pero nunca se han unido realmente a Jesús, la cabeza de la Iglesia. Muchos tienen una religión pero carecen de relación. Muchos tienen conocimiento mental sin cambio de corazón. Muchas de nuestras iglesias están repletas de inconversos bautizados. Por lo tanto, aunque la iglesia pueda que parezca que esta llena, se siente y esta vacía porque muchos han seguido a sus ídolos y no a Cristo.

La vida se trata de Jesús, de conocerle a Él y traer gloria a Su nombre. Se trata de tener las manos abiertas y la mochila en la espalda para hacer todo cuando Él nos lo demande. ¿Qué es la vida eterna? Juan 17:3 dice, “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.”

Artículo anteriorVolviendo a la armonía
Artículo siguienteDía 1: A la espera del Salvador como Job
Conoció la gracia de Dios y fue llamado a salvación en la IBI en el año 2005. Desde su conversión sintió un profundo deseo de servir al Señor impactando e instruyendo a los jóvenes y las familias de la iglesia. Actualmente se desempeña como Coordinador de los Grupos Pequeños de la IBI e iniciativas de discipulado y membresía. Su pasión es dar a conocer al Señor Jesucristo y ver crecer la Iglesia para la gloria de Dios. Él es graduado en Derecho y tiene una Maestría en Gerencia y Productividad con Especialidad en Alta Gestión Empresarial. En la actualidad tiene un cargo directivo en una empresa farmacéutica. Joan es graduado de la primera promoción del Instituto Integridad & Sabiduría. Recientemente tuvo el privilegio de graduarse y completar una Maestría en Estudios Teológicos (MATS) en el Seminario Teológico Bautista del Sur y una Maestría en Divinidad (MDiv) en la misma institución. Está casado desde el 2009 con Michelle Suzaña y juntos tienen tres hijos: Daniella, Camila y Miguel Andrés.