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Invisibles para el mundo, evidentes para Dios

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Aileen: Bienvenidas a Mujer para la gloria de Dios, quien les habla Aileen Pagan de Salcedo, Cathy Scheraldi de Núñez y Mayra Beltrán de Ortiz

¡Les invitamos a suscribirse al canal de YouTube de Integridad y Sabiduría, darle me gusta a este video y compartirlo para que este contenido sea de edificación para muchos! La nueva serie que estamos haciendo es titulada “Escondidas en Cristo”. 

Cathy: ¡Así es! Y esta entrega la hemos titulado “Invisibles para el mundo, evidentes para Dios” Gracias a Dios por bendecirnos con su sintonía y mensajes.  ¡Y con el objetivo de hacer mayor introspección del contenido que compartimos en MPLGDD, en Instagram tenemos algunas preguntas para que ustedes las respondan en la intimidad de su corazón!  

Y como nuestro objetivo es que la verdad de Dios impacte nuestros corazones, necesitamos orar para que nuestro Señor abra nuestros corazones a Su voz, oremos.

Mayra: En el programa anterior vimos como todas nosotras tenemos etapas de la vida o circunstancias en donde nos sentimos invisibles. Anhelamos ser aprobadas por nuestro entorno, y cuando esto no sucede tendemos a creer que estamos perdiendo el tiempo. ¡Y esta percepción  nos incapacita para ver que Dios siempre nos ve, y eso es lo más importante! 

Y a propósito es que hoy queremos estudiar a Hagar, la sirviente de Saraí, madre de Ismael, hijo de Abram. Creo que todos recordamos su historia, Dios prometió a Abram y a Saraí que tendrían un hijo. Pero cuando Saraí (Sara) tenía aproximadamente 63 años, le sugirió a Abram acostarse con su sierva Hagar para que tuvieran un hijo.

Aileen: Todos sabemos que esta fue una propuesta irresistible para Abram, y de este encuentro nació Ismael. Y no entraremos en esta parte de la historia porque nuestro enfoque hoy esta en Hagar.

Hagar era de origen egipcio, posiblemente fue una de las siervas que el faraón le regaló a Abram, en Génesis 12:16, cuando Abraham entregó a Saraí como su hermana.  Por tanto de entrada sabemos que Hagar no llegó a esta familia voluntariamente, ni si ella se acostó con Abraham de común acuerdo. 

Cathy: Hagar era como una persona invisible, usada según los intereses de sus amos. Génesis 16 nos dice que Hagar miraba a Saraí con desprecio y “Y Saraí la trató muy mal y ella huyó de su presencia”. (Génesis 16:6). ¡Esta fue una relación bastante dramática!

En el versículo 7 leemos “Y el ángel del SEÑOR la encontró junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente en el camino de Shur”. ¿Quién buscó a quién?

Mayra: ¡el ángel del SEÑOR buscó a Hagar, quien ante los ojos humanos parecía la sierva Invisible! Y ¿Quién es el ángel del Señor?

Aileen: El mismo Dios, es una teofanía, una representación de Dios mismo.

Mayra: Así es, Dios fue quien la buscó. Y Él le pregunta “Agar, sierva de Saraí, ¿de dónde has venido y a dónde vas?” (16:8) ¿Uds. no creen que Dios sabía la respuesta a esta pregunta?

Cathy: ¡Claro que sí, Dios es omnisciente!  

Mayra: Esta era una forma de Dios llevar a Hagar a reflexionar, y al mismo tiempo ratificar su posición de sierva de Saraí. Creo que Dios quería que Hagar pensara sobre la decisión que acababa de hacer.

Un dato bien interesante, es que esta práctica de hacer preguntas es un método de enseñanza implementado por Sócrates.

Este método basado en preguntas busca llevar a la persona a procesar sus pensamientos para aprender mejor. 

Cathy: Cuando simplemente compartimos alguna información con alguien, la persona puede memorizarla y recordarla. Sin embargo, cuando inducimos a la persona a hacer introspección, y que por sí misma esta encuentre la respuesta a su interrogante, entonces es mayor la probabilidad de que la persona más que recordar, adquiera un nuevo conocimiento. Además de que este método de enseñanza basado en preguntas promueve el pensamiento, calculó, la deducción.  Ejercita a la persona en la sabiduría. 

Aileen: En aquel tiempo, la sociedad era comunal y familiar. Y una mujer embarazada y sola no tendría cómo proveer para ella y para su hijo. Ni tampoco tendría protección contra los hombres que encontrara en el camino. Y aunque su situación con sus amos era difícil, la elección que estaba haciendo era peor. 

Y volviendo a la pregunta que le hiciera el ángel a Hagar, ¿qué le dijo este también?

Cathy: El ángel la llamo por su nombre y posición: “¡Agar, sierva de Saraí!”. Hagar no era la reina de esta área, sino que era una sierva. Sin embargo, Dios la eligió para tener un rol importante en Su historia. Escuchemos lo que Dios dice a través de Isaías en 49:17 “Gritad de júbilo, cielos, y regocíjate, tierra. Prorrumpid, montes, en gritos de alegría, porque el SEÑOR ha consolado a su pueblo, y de sus afligidos tendrá compasión.” Hagar reconoció que fue El Señor quien habló con ella y le dijo “tu eres El Roi, el Dios que ve” (16:13)

Mayra: Y la segunda pregunta fue “¿y a dónde vas?”  ¡Esta pegunta me llama mucho la atención porque evidentemente Hagar no tenía a dónde ir, lo que hacía evidente su necesidad de Dios!  ¡Y realmente, el único lugar seguro al que cualquiera de nosotras tenemos es donde Dios! 

¡O sea que obviamente las 2 preguntas que le hizo el ángel eran para revelar la situación de Hagar, y también su corazón!

Aun cuando Hagar parecía no tener mucho valor para nadie en este mundo, siempre debemos recordar que la economía de Dios es opuesta a la del mundo. Nuestra invisibilidad aquí no determina nuestro destino. Por tanto, al evaluar mejor la situación de Hagar, el mejor lugar para ella era…

Aileen: …Regresar a la casa de Saraí y Abram. Y apreciemos la bondad de Dios, quien en aquel momento le dijo a Hagar que tendría un hijo, y que este engendraría a doce príncipes, de quien saldría una gran nación (17:20).  ¿No les suena esto familiar? ¿Igual a lo que Dios le dijo a Abram y Saraí?  ¡Aunque había una gran diferencia: la personalidad de su hijo Ismael! 

Leamos en 17:12 “Y él será hombre indómito como asno montés; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y habitará al oriente de todos sus hermanos”.

Cathy: Dios le estaba advirtiendo a Hagar que aunque ella era una sierva, su hijo sería un gran hombre. Entonces al escuchar al ángel ¿qué hace Hagar? Lo obedece. 

Y no quiero pasar por alto que el nombre Ismael significa Dios escucha. ¡¡¡O sea que Dios no solo escuchó su llanto y clamor, sino que también se comunicó con ella y la cuido!!!

Mayra: Y al continuar revisando la historia de Hagar, vemos que Dios se le presentó de nuevo al salir del hogar. Cuando Hagar fue despedida por Saraí porque esta no quería compartir la herencia de Isaac con Ismael. Abram obviamente estaba muy angustiado por su hijo, y Dios se le presentó y le instruyó lo que debía hacer.  Dios le anunció a Abraham lo mismo que ya le había anunciado a Hagar, que la descendencia de Ismael sería una nación grande.

Aileen: En esta ocasión, Hagar y su hijo salieron al desierto y cuando se les acabó el agua de tomar, comenzaron a llorar. Entonces, el ángel los oyó desde el cielo y le preguntó: “¿Qué tienes, Agar?” (21:17) Noten que de nuevo el ángel la llamó por su nombre, y le dijo que no temiera. Dios los dirigió a un pozo de agua y esta le dio de beber al muchacho. ¡Hagar sabía que Dios proveería para su hijo!

Cathy: Y sabemos que ella sabía que era Dios porque le pregunta “¿Estoy todavía con vida después de verle? (16:13) Sabemos que años después Dios dijo a Moisés en Éxodo 33:20 “No puedes ver mi rostro; porque nadie puede verme, y vivir”.

Este era el segundo encuentro que Hagar tenía con El Señor, quien no solo la veía, sino que también la escuchaba. ¡Y ambos encuentros fueron iniciados por Dios! 

Mayra: Y sabemos también que era Dios porque Salmo 140:12 dice “Yo sé que el SEÑOR sostendrá la causa del afligido, y el derecho de los pobres”.  Y ¿Por qué? “El SEÑOR es bueno para con todos, y su compasión, sobre todas sus obras”. (Salmo 145:9)

Y otro ángulo importante a considerar aquí también es ¿Cómo fueron las reacciones de Saraí? No estoy tratando de justificar sus acciones, pero Saraí probablemente también se sintió invisible. 

Aileen: A Saraí o Sara también le tocó dejar a su familia atrás, al salir de su país, Ur de los Caldeos, un pueblo que tenía sus raíces en la antigua Babilonia, lo que hoy es Irak. Su nombre significa mujer importante o princesa, y aunque no está claro, pero por el significado de su nombre especulamos que probablemente la familia de Saraí era adinerada porque en esta época, las mujeres no eran consideradas como importantes. 

Saraí se casa con Abram, y por el resto de su vida le toca deambular por el desierto, sin saber dónde iban.  ¡Y sin poder obtener su único anhelo, a pesar de que Dios le prometió un hijo! 

Cathy: ¡De hecho, en aquella época, el valor de una mujer era relativo a su fertilidad, ¿imagine pues que tan poco valiosa debió sentirse Sara?! 

Sara, como todas nosotras era una obra en progreso con altas y bajas.  Y esta llegó al salón de la fama de la fe por la misma bondad, misericordia, perdón y compasión que Dios tiene para con nosotras. Leamos en Hebreos capítulo 11:11 “Por la fe Sara misma recibió fuerza para concebir, aun pasada ya la edad propicia, pues consideró fiel al que lo había prometido”. 

Si bien Saraí no siempre fue un ejemplo de buen testimonio, esta permaneció firme en su fe en Dios.  Y Dios continúo obrando en ella porque “el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús”. (Filipenses 1:6) 

Mayra: Y la Biblia nos relata las caídas de estos hombres y mujeres de fe, no para alentarnos a pecar, sino para enseñarnos y estimularnos en pos de Cristo. 

En verdad es importante enfatizar que en la Biblia realmente solo hay un héroe… ¡y este es Dios! 

¡Es decir que tanto en la vida de Hagar como en la de Saraí, así como en la vida de todo personaje de la Biblia, podemos ver la mano de Dios!

Aileen: El amor de Dios es un amor que rescata, un amor que nos sana, un amor que nos libera y un amor que nos cambia y nos santifica para amar a otros como Él nos ha amado. Demostrando cómo nuestro Dios es distinto a cualquier otro dios de las demás religiones. 

Nosotros no necesitamos hacer nada para recibir la salvación, porque Dios lo ha hecho todo, como vimos con Abraham, Saraí y Hagar. 

¡Sin embargo, una vez somos salvos el llamado a vivir en santidad es alto y solas no podemos! Pero si nos refugiamos en nuestro Dios, los tesoros escondidos en Él se nos harán evidentes y desarrollaremos un verdadero deleite en Sus mandamientos. 

Cathy: Que buen punto para terminar el programa de hoy. ¡Esta semana meditemos sobre los paradigmas que tenemos sobre lo que es invisible ante el mundo, pero muy visible para Dios!

Para Dios nunca somos invisibles, Él siempre está formando nuestro carácter, y meditemos sobre esto.

Mayra: Por el amor que Él nos ha demostrado, debemos amarle a Él, amando a otros como Él nos amó. ¿Qué nos impide amar más a Dios para parecernos más a Él?

Aileen: ¡Y no olviden orar por nosotras, les esperamos en nuestro próximo encuentro aquí en Integridad y Sabiduría!