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Iniciando el nuevo año Ancladas en Su Palabra

2002
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Estamos finalizando un año donde hemos aprendido y hemos caminado en gratitud.  Dios nos exhorta a dar gracias en Cristo Jesús en todo, porque esta es Su voluntad para nosotras (1 Tes 5:18), sin embargo, esto no es nuestra naturaleza y entonces por eso fuimos intencionales en aprender y aplicar Su Palabra a nuestras vidas. 

Sabemos que los acontecimientos no siempre fueron lo que queríamos ni lo que esperábamos, sin embargo, podemos estar seguras de que fueron precisamente lo que Dios quiso y que 

Él tiene propósito en cada uno de ellos.  Y aun mejor sabemos que todas las cosas cooperan para bien para los que le aman y que son llamados conforme a su propósito (Romanos 8:28) Y ¡Estas somos nosotras! 

Dios sabe mejor que nosotras lo que necesitamos para que nos parezcamos más a la imagen de Cristo, y al hacerlo, testificar a un mundo ciego, la belleza y la realidad de nuestro Dios. Como Satanás ha cegado los ojos espirituales (2 Corintios 4:4), es imposible que otros vean a un Dios invisible, sin embargo, al ver nuestras vidas, el Espíritu Santo puede quitar las escamas de sus ojos utilizándonos para traerles la luz de la verdad. Como Cristo es la luz del mundo (Juan 8:12)c, cuando nos parecemos a Él, brillamos con Su luz, para que otros vean nuestras buenas acciones y glorifiquen a nuestro Padre que está en los cielos (Mateo 5:16)

Aunque la pandemia no se ha terminado, ya nos hemos acostumbrado y realmente se ha tranquilizado al punto de que no nos asusta tanto, pero Dios en Su sabiduría ha utilizado estos 3 años para llamar la atención a muchos para que estén listos para escuchar sobre el único que puede darles la seguridad y la paz que necesitan. Nadie esperaba esta pandemia y pocos esperaban que durara tanto tiempo, pero nosotras sabemos que durara el tiempo necesario para que Dios cumpla Su propósito en nosotras. Hay muchos alrededor que son Sus hijos que todavía no han escuchado de Él, y los acontecimientos nos han dado una oportunidad para dar a conocer a Su nombre.

Otra razón de gratitud fue el éxito de nuestra primera conferencia Mujeres Por Su Causa “El gozo del Señor es mi fortaleza”. Al momento de entrar en el Templo, aun antes de comenzar, se sentía el ambiente electrizante y la presencia del Señor fue palpable antes y durante toda la conferencia.  Vimos que el gozo se aprende cuando nos fijamos en Jesús y se aprende y se manifiesta más en las tribulaciones. 

Aquí algunos de los comentarios de las participantes:

Noelia de Leites nos dijo que “¡Fue una conferencia inolvidable!  ¡Fui confrontada y animada a la vez con cada enseñanza! Ver el gozo desde una perspectiva bíblica, resulta en abrazar la providencia de Dios y su voluntad para mí, aun en los momentos más oscuros de nuestra historia de este lado de la gloria, sabiendo que la obra de Cristo en la Cruz a mi favor, ¡es el más alto y sublime acto de amor y rendición que garantizó mi salvación por la eternidad!”

Natalia Bernal nos relató que “Fue un regalo del Señor para mi corazón confundido y centrado en mí y mis emociones; fue la oportunidad perfecta para ver a Cristo brillar, reenfocar mi identidad en Él, y poder disfrutar del gozo de mi salvación al recordar quién es mi redentor y el propósito de mi vida al traer Gloria a Su nombre.” 

Y Karina Carrión comentó “Dios en Su inmensa misericordia nos concedió un espacio donde pudimos abrir nuestro corazón, mostrar nuestras heridas y dejar que El, las sanara. Entendí que solo es posible experimentar gozo ancladas a Él.”

Damos gracias a Dios porque sabemos esto no vino de nosotras sino de Dios obrando a través de nosotras. ¡Que privilegio, El infinito Dios, creador y sustentador del universo, ¡se complació en usar sus siervas pequeñas y finitas en preparar a Su pueblo en cómo vivir para traerle la gloria!

Por eso, en el próximo año 2003 nuestro lema será “Ancladas en Su Palabra”. Noten que no dice arraigadas sino ancladas. Las dos son necesarias; arraigadas es sembrada con raíces profundas que es necesaria para ser ancladas. Necesitamos ser ancladas cuando estamos viviendo bajo tormentas. Un barco bien anclado no se pierde porque está anclado en algo que lo sostiene. Jesucristo es nuestra ancla y no nos perdemos porque El Padre nos dio a Jesús, y Él es mayor que todos, y nadie nos puede arrebatar de la mano del Padre (Juan 10:29). ¡Qué seguridad que nos da! No importa lo que ocurra en este mundo, llegaremos a nuestro eterno hogar porque somos sellados con El Espíritu Santo (Efesios 1:13-14).

En República Dominicana vivimos con una paz, aunque sabemos que es relativa, porque vivimos en un mundo caído dirigido por Satanás (Efesios 2:2). No estamos en guerra como en Ucrania, no tenemos un gobierno de izquierda con intenciones de imponer sus ideologías sobre el pueblo, sin embargo, hay fuerzas externas que quisieran y sabemos que vendrán días difíciles para los cristianos. Tenemos la libertad para hablar ahora, pero las redes nos demuestran que todo lo que es necesario para controlarnos y perseguirnos está arreglado y listo para activarse tan pronto que ellos quisieran. No sabemos cuando el hijo de la perdición se presentará sin embargo necesitamos estar listas (2 Tesalonisenses 2) porque pudiera ocurrir durante el tiempo de nuestras vidas. 

¡Aun en tiempos difíciles viviríamos ancladas a Cristo con gozo porque Él es nuestro gozo y Él mora en nosotras y ha garantizado nuestro llegar! 

Y como recordamos en MPSC, cuando sentimos que estamos encerradas en un lugar sin salida, recuerden que Él todavía divide los mares, y cuando estamos ahogándonos en dificultades, sabemos que Él puede tranquilizar la tormenta, y cuando el problema es tan grande que sentimos que el calor de las circunstancias casi nos derrite, recordemos que hay uno más entre las llamas. Porque “Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos”.(Hebreos 13:8) 

Esperamos que aprenderemos a mostrar nuestro gozo mientras los vientos soplan porque Él es quien controla los vientos y cuando estamos arraigadas y ancladas “para que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error; sino que, hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.” (Efesios 4:14-15)

¡Felicidades y bendiciones!