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Fe para perseverar

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“Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella recibieron aprobación los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue preparado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve no fue hecho de cosas visibles. Por la fe Abel ofreció a Dios un mejor sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó el testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y por la fe, estando muerto, todavía habla. Por la fe Enoc fue trasladado al cielo para que no viera muerte; Y NO FUE HALLADO PORQUE DIOS LO TRASLADO; porque antes de ser trasladado recibió testimonio de haber agradado a Dios. Y sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que Él existe, y que es remunerador de los que le buscan.”
(Hebreos 11:1-6)

La palabra perseverar se define como:

“Mantenerse constante en un proyecto ya comenzado, una actitud o una opinión, aun cuando las circunstancias sean adversas o los objetivos no puedan ser cumplidos.

La perseverancia se reconoce como un valor, porque generalmente ese fin, meta que alguien se propone es arduo de conseguir, ya sea por complicado per se o por el tiempo que puede tomarle a la persona lograrlo. Perseverar es aguantar, esperar, repetir, insistir, aplicarse y resistir.

Siendo completamente honesta debo reconocer que el solo hecho de escuchar la palabra perseverar produce en mí una sensación de agotamiento, pues esta hace referencia a que debo hacer un esfuerzo mayor y no soy de las que aman los retos. Aun así, debo también reconocer que en los últimos años he aprendido a ver los desafíos como oportunidades en las cuales Dios se manifiesta a través de mi debilidad y eso me ha ayudado a crecer en fe. “No sean perezosos; más bien, imiten a quienes por su fe y paciencia heredan las promesas.” Hebreos 6:12

Como hijas de Dios necesitamos tener claro que Dios nos manada a perseverar, no es una sugerencia u opción, es un mandato que se repite en diferentes lugares de las Escrituras, de hecho, la perseverancia en la vida piadosa y el creer la verdad, son un fruto inconfundible de la conversión genuina. (Juan 8:31)

Pero algo que me motiva con gozo a la perseverancia es ver que el mismo Jesús la modeló en su tiempo en la tierra: “Que el Señor los lleve a amar como Dios ama, y a perseverar como Cristo perseveró.” 2 Tesalonicenses 3:5

Ahora bien, ¿en qué específicamente somos llamadas a perseverar?

Ante todo, el llamado de Dios es a perseverar en la fe, pues esta es el sostén de todo lo demás. Para lograrlo necesito tener claro qué es la fe y en Hebreos 11:1 se nos explica claramente: “Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”

En este versículo encontramos dos palabras claves: certeza y convicción. Y como en Dios no hay casualidades justo en estas semanas en nuestra iglesia se ha estado impartiendo un estudio bíblico sobre la fe, en el cual se nos explicaba con claridad que certeza es la seguridad de que Dios obrará conforme lo ha prometido y que solo es cuestión de tiempo para que lo veamos. Mientras que la palabra convicción hace referencia a una fuerza que me motiva o mueve aun cuando no vea el obrar de Dios en ese momento.

La fe se sostiene en dos columnas o verdades firmes, ambas indispensables. Las cuales están claramente señaladas en Hebreos 1:6: “Y sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que Él existe, y que es remunerador de los que le buscan”.

  • Dios EXISTE, es real, Él gobierna y en mi vida solo acontece lo que Él permite y punto.
  • Dios es REMUNERADOR, es saber que Dios es bueno, siempre, siempre y siempre. Que Él conoce el final de tu historia, la cual aún no ha terminado.

El pastor que impartió esa clase concluía diciendo: “La fe verdadera nos ayuda a interpretar las circunstancias de nuestras vidas, no por como nos sentimos en el momento o por como lucen las circunstancias, sino por quien Dios es”. Ps. Luis Méndez

Intuyo que a esta altura te preguntarás cómo puedes cultivar esa clase de fe, y es exactamente lo que quiero mencionarte.

El fundamento clave de una fe firme es la Palabra de Dios.

“Así que la fe viene por el oír, y el oír, por la palabra de Cristo.” (Romanos 10:17)

Lo principal para perseverar en la fe es conocer la Palabra, estudiarla, escudriñarla, aplicarla y permanecer en ella. “Pero el que mira atentamente a la ley perfecta, la ley de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz, éste será bienaventurado en lo que hace.” Santiago 1:25

Ahora bien, no es menos cierto que también somos llamadas a perseverar en las demás disciplinas espirituales: la oración tanto privada como en comunidad, adoración, la comunión con los hermanos, participar de la cena del Señor, el ayuno, etc., teniendo presente que estas son un medio de gracia que necesitamos incluir de manera natural y constante en nuestro caminar con Cristo y no como actos independientes que asumimos en momentos específicos. Cuanto más constantes seamos en las disciplinas espirituales, más veremos a Dios obrar en nosotros y a través de nosotros, lo que nos permitirá seguir creyendo, confiando y perseverando.

No debemos dejar de destacar que el perseverar en la fe también nos dará la victoria sobre las tentaciones y en medio de las pruebas que amenacen con desanimarnos, pues es con ella que podremos vencer el ataque del enemigo. “En todo, tomando el escudo de la fe con el que podréis apagar todos los dardos encendidos del maligno.” Efesios 6:16

Si podemos destacar un gran ejemplo de perseverancia es Pablo, quien, a pesar de enfrentar múltiples obstáculos, naufragios, cárceles, castigos físicos y peligros constantes, el apóstol nunca se rindió (2 Co 11.23-28). Pablo tenía un objetivo claro, glorificar a Dios con su vida y llevar el evangelio a todo el que pudiera alcanzar. ¿Y tú, tienes un objetivo? ¿Como mujer, en la etapa de vida en la que hoy te encuentras, qué es lo que realmente te motiva?

No quiero cerrar este escrito sin compartir un poco de mi propia experiencia en aprender la importancia de perseverar en la fe. He sido creyente desde niña y debo reconocer que me fue “fácil perseverar” mientras las repuestas a mis oraciones iban de la mano con lo que mi corazón pedía, aun fueran “deseos piadosos”, como la sanidad de un familiar en cama, obtener la victoria en medio de un conflicto matrimonial, poder tener hijos, etc. Pero en el momento en que algunas de esas peticiones fueron respondidas conforme al plan de Dios y no al mío, debo reconocer que mi fe se tambaleo y lentamente fui entrando en un periodo de aridez espiritual.

En su infinito amor y cuidado Dios se valió de diversas pruebas para mostrarme lo engañoso de mi corazón y la fragilidad de mi fe por el desconocimiento de Su Palabra. Fue así como inició un dulce caminar, en el cual he podido perseverar aun en medio de situaciones dolorosas y desalentadoras, alguna mucho más larga de lo que me creía capaz de resistir. ¡Si yo he podido perseverar, tú también podrás! Te vas a maravillar al ver como tu fe crece y cómo aumenta la certeza de que Dios es bueno y da cosas buenas a sus hijos, aun cuando lleguen envueltas en un papel diferente al esperado. Es por fe que vivimos y resistimos. “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe; como está escrito: MAS EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ.” Romanos 1:17

“Aferra la promesa de Cristo delante de tus ojos. Mantenla ¡Mantenla!¡No dejes que se escape!¡Sigue sosteniéndola! ¿Cuánto tiempo? tanto tiempo como sea necesario. ¡Lucha! Por amor a Cristo, ¡lucha hasta que venzas!”
-John Piper-