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Dando gracias a Dios por Su Palabra

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“Que la palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes, con toda sabiduría enseñándose y amonestándose unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en sus corazones” (Colosenses 3:16) 

La primera vez que me preguntaron, ¿Cuál era la razón principal por la cual le daba gracias a Dios? Recuerdo mi rápida respuesta: “por Jesucristo”; Aquel que me ha dado salvación Juan 3:16, perdón de mis pecados Efesios 1:7, vida en abundancia Juan 10:10; comunión con Dios, ya que a través de Él puedo tener una relación personal e íntima con el Padre y no solo novedad de vida terrenal sino que me ha dado vida eterna, Juan 3:36.   

Mi respuesta no ha variado pero los años han permitido que el amor por Su Palabra crezca de día en día entendiendo que la Palabra de Dios es Jesucristo hecho hombre para la redención de la humanidad, Juan 1:14 “El Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”.   

Cuando inicie esta relación personal con Jesús era poco lo que conocía de Él y del Plan perfecto que Él tenía para mi vida, pero Él está activamente involucrado en la vida y el destino de cada una de sus hijas y ha dispuesto de un regalo adicional, un tesoro, Su Palabra, la Biblia, de tal manera de que Sus hijas lo puedan conocer más profundamente, mostrándonos el camino por el cual debemos andar, siguiendo sus huellas.  

Como recién nacida en la fe, La Palabra de Dios fue el preciado alimento que permitió crecimiento y el desarrollo de los músculos de la Fe y de la perseverancia, ejercitando los sentidos para discernir entre el bien y el mal, Hebreos 5:14. Andar esta carrera puestos los ojos en Jesús, en sus pisadas, en el ejemplo de cómo vivió su vida terrenal, transmitiendo allí sus enseñanzas y leyes como un medio de guía espiritual y moral. 

Su Palabra ha tenido tal impacto en mi vida que ha sido un instrumento para la transformación y renovación de mi mente, mi voluntad, mis deseos, brindándome dirección, guianza, sabiduría y consuelo.  

Permíteme compartir contigo algunas razones por las que puedo dar gracias a Dios por Su Palabra: 

  • Me guía y da dirección. Salmo 119:105 
  • Me consuela y me da fortaleza.  Salmo 119:50, 76 
  • Vivifica, renueva y transforma mi corazón. 119:25,40 
  • Me protege contra el pecado. Salmo 119:11,133 
  • Sus Promesas me dan esperanza y confianza en el futuro. Salmo 119:49,114 
  • Me da entendimiento y sabiduría.  Salmo 119:98-99 

El apóstol Pablo en su carta a los Colosenses en el Capítulo 3 versículo 16, les exhorta a, Que la palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes, con toda sabiduría enseñándose y amonestándose unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en sus corazones”.  Necesitamos estar saturadas, llenas de Su Palabra para que no solo podamos ser recordadas de sus promesas que son fieles y verdaderas, no solo conocer sus obras que son las mismas ayer, hoy y por la eternidad sino también para que podamos, como embajadoras de Cristo, presentar Su Evangelio; las enseñanzas, el mensaje y la obra de Jesús de acuerdo con lo que está revelado en La Biblia, sin contaminación y con fidelidad.  

Recordando que es el acto de amor y compasión más grande que podemos recibir.  Con el más profundo y genuino deseo de ofrecer lo que sólo Jesús puede dar; la salvación.  La esperanza de la seguridad eterna, de la cual brota a raudales la gratitud por lo que Dios ha provisto para sus hijas, cambiando la perspectiva de cómo vivimos lo terrenal, anhelando la eternidad.