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Cristo nos espera

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Hemos leído esta historia tantas veces que prácticamente la conocemos de memoria y esto es bueno, sin embargo, hay un peligro en la familiaridad y es que no pausamos y meditamos sobre lo que dice. 

Cuando hablamos de Belén, la primera cosa en la cual pensamos es en el nacimiento de Jesús, sin embargo, hay mucha más historia generacional que apuntaba y culminaba en este nacimiento. Miqueas 5:2 nos informó 500 años antes del acontecimiento, sin embargo, la historia comienza aún más temprano que esto. 

¿Recuerdan a Jacob y sus dos esposas Raquel, la amada y a su hermana Lea? Ellos vivieron más de 1500 años antes. Y ¿cuál es la conexión con Jacob y Jesús? Sus hijos formaron las 12 tribus una de las cuales, la tribu de Judá daría origen al Mesías. Uno de los hijos de Lea, la no amada, la rechazada por quien debía amarla, daría a luz a Aquel quien sería rechazado por aquellos que deberían amarlo.

Y la historia sigue con una pareja Elimelec y Noemí, salieron de Belén por Moab por una hambruna. Noemí, perdió su esposo y ambos hijos y regresa a Belén con una de sus nueras Rut, una moabita convertida al Dios verdadero, quien se casaría con el pariente redentor de Elimelec, Booz y daría a luz a un hijo de cuyo linaje vendría el pariente redentor del mundo.

Y después leemos de David, un joven que se convertiría en un hombre conforme al corazón de Dios (1 Sam 13:14) y quien sería el rey más grande y conocido de Israel y que nació 1000 años antes de que naciera Jesús, también nació en Belén (1 Sam. 16:1) y donde también fue ungido como rey. Él era bisnieto, de Obed, hijo de Rut y Booz, linaje de quien El Rey de reyes nacería en el mismo pueblo.

Y finalmente vemos a una pareja joven y humilde, José y María, que, aunque vivieron en Nazaret, ambas familias venían del mismo pueblo, Belén cuyo nombre significa casa de pan. Dios eligió que esta sierva María, una virgen, milagrosamente saldría embarazada por el poder del Espíritu Santo y daría a luz a Aquel quien es El Rey de reyes y sería nuestro Pariente Redentor, Jesucristo. Aquel que voluntariamente ofreció dar Su vida por aquellos que no podían ser salvados de ninguna otra forma. Belén, un pueblo en las colinas que era tan pequeño que posiblemente tenía apenas como 100 personas que vivían ahí en este momento es donde Dios apuntaba, planeando y orquestando todo, y por generaciones, para que naciera lo más grande que nunca hubiésemos podido tener, nuestro Pan de Vida. Aquel que ocupa cada espacio y quién creó y gobierna todo, eligió venir a un pueblito humilde para hacer la obra que cambiaría todo para siempre. Aquel que vino para curar nuestra hambre Espiritual para que nunca más tuviéramos hambre (Juan 6:35).

Debemos pausar y preguntarnos ¿Estamos evaluando e interpretando la vida como Dios lo hace? ¿Estamos estudiando la Biblia para sacar el mejor provecho de lo que está escrito? ¿Estamos devaluando lo que Dios considera importante? ¿Estamos preparadas para cambiar nuestro sistema de valores para alinearlo con Él? ¡Cristo nos espera, manos a la obra!

¡Feliz Navidad!

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Es la esposa del pastor Miguel Núñez. Cathy es doctora en medicina, con especialidad en endocrinología. Es miembro, diaconisa y directora del ministerio de mujeres Ezer de la Iglesia Bautista Internacional (IBI). Conduce el programa Mujer para la gloria de Dios, que se transmite por el canal de YouTube del Ministerio Integridad & Sabiduría.