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Centrada en el prójimo para servir

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Aileen: Que bueno es encontrarnos de nuevo en este espacio de Mujer para la gloria de Dios, quien les habla Aileen Pagan de Salcedo, Cathy Scheraldi de Núñez y Mayra Beltrán de Ortiz.

MPLGDD es una producción del Ministerio de mujeres Ezer, de la IBI, bajo la sombrilla del Ministerio de Integridad & Sabiduría.

Este es nuestro segundo programa de esta nueva serie, sobre la comparación.

Cathy:  Este programa lo hemos titulado “Centrada en el prójimo para servir”.  Gracias por acompañarnos, siempre es una bendición poder compartir con ustedes.

Vamos a orar para pedirle a Dios que nos guie al seguir introduciendo este tema de la comparación!

Mayra: La semana pasada vimos claramente como al compararnos con otras personas, podemos hasta caer en pecado porque nos desenfocamos de Dios.  Cuando al compararnos Jesús debiera ser nuestra única referencia al momento de compararnos! Y por esto creo es bueno seguir estudiando este tema.

Aileen: Espero hayan meditado sobre lo que estudiamos la semana pasada acerca de la comparación.  La comparación es un pecado tan frecuente como el control.

El Señor nos diseñó como “Ezeres,” como seres relacionales. El problema está en que el pecado ha trastornado nuestra forma de relacionarnos.

Cathy: Uno de los presidentes de EU, Theodore Roosevelt dijo en una ocasión “La comparación es el ladrón del gozo.” ¡¡Y cuanta verdad hay en esta declaración!!

Si pensáramos como ciudadanas del reino de Dios, la comparación NO nos robaría el gozo.  Sin embargo, vivimos en un reino terrenal en donde Satanás ha cegado el entendimiento de los no creyentes (2 Cor. 4:4)…

Mayra: … ¡y como ninguna de nosotras hemos nacido siendo creyentes en Cristo, para cuando venimos a conocer y aceptar el evangelio, ya hemos abrazada muchas de las mentiras del mundo!

¡Por eso Pablo, en Romanos 12:2, nos manda a transformar nuestra mente, para así alinearla con Dios!  ¡Y para que verifiquemos cual es la voluntad de Dios y andemos en ella!Aileen: Porque definitivamente nuestra manera de pensar natural no suele ser buena.  De entrada, el ser humano está dispuesto a pagar un alto precio con tal de ser reconocido por algo en este mundo. ¿Y qué dice Dios?

Cathy: “Así, los últimos serán los primeros, y los primeros serán los últimos.” (Mateo 20:16)

Aileen: Y en 1 Cor. 12:22-23 leemos “la verdad es que los miembros del cuerpo que parecen ser los más débiles, son los más necesarios; y las partes del cuerpo que estimamos menos honrosas, a estas las vestimos con más honra; de manera que las partes que consideramos más íntimas reciben un trato más honroso.”Cathy: La realidad es que las leyes espirituales son opuestas a este mundo. Por otro lado, el ser humano quiere recibir honor delante del mundo, y para esto se esfuerza en ascender la escalera del éxito. Cuando Hebreos 2:9 nos dice que “Pero vemos a aquel que fue hecho un poco inferior a los ángeles, es decir, a Jesús, coronado de gloria y honor a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios probara la muerte por todos.” ¿Creen que cuando Jesús caminó en el mundo, fue reconocido como alguien honorable? Mayra: ¡Claro que no!, “Jesús mismo dio testimonio de que a un profeta no se le honra en su propia tierra.” (Juan 4:44). Otro anhelo que alberga el corazón pecador del ser humano es el ser el más importante. ¡Demostrar que tienes más y eres más! Hay un refrán en ingles que dice “el que muere con más juguetes es el que gana”. Y ¿que nos dice el Señor en la Biblia sobre el acumular bienes materiales?

Aileen: “No os acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran y roban; sino acumulaos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde ladrones no penetran ni roban; porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.” (Mateo 6:19-21)

Mayra: ¿Notan que las “motivaciones” que mueven al mundo son opuestas a lo que Dios piensa?

Aileen: ¡En otras palabras, son mentiras! ¡Y es importante que las reconozcamos como tales, porque conocemos la verdad de Dios!

Cathy: ¡Como dijimos la semana pasada, todo esto viene de Satanás, el enemigo de Dios!  Y existe otro enemigo que se opone a la verdad de Dios, y debemos reconocerle.  ¡Me refiero a nosotras mismas, cuando creemos y vivimos estas mentiras, por encima de lo que Dios nos enseña en la Biblia! Debemos entrenarnos en conocer la verdad de la Biblia para así reconocer las mentiras.  Especialmente aquellas que ya hemos asumido como verdad (¡por decir un ejemplo “que siempre debemos ser felices!”). 

¡Como embajadoras de Cristo que somos aquellas que nos profesamos cristianas, entonces debemos vivir en la verdad y no en la mentira! (2 Cor. 5:20).

Mayra: Filipenses 2:15-16 nos manda a ser “irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo, sosteniendo firmemente la palabra de vida.” Porque en verdad si nos comportamos igual que el resto del mundo ¿cómo podremos ser luminarias?

Aileen: Y la única manera en que podemos caminar imitando a Cristo es conociendo Su voz, porque aquellos que somos suyos, reconocemos su voz (Juan 10:4).

Pero para reconocer su voz necesitamos aprender a hacerlo ¿Y cómo aprendemos?

Primero conociendo bien lo que nos enseña la Biblia. Porque hay muchos falsos maestros que mezclan verdades bíblicas con mentira.

¡A menos de que conozcamos bien lo que la Palabra nos dice, fácilmente nos confundimos!

Cathy: ¿Recuerdan qué utilizó Satanás cuando tentó a Jesús en el desierto?

Mayra: ¡Satanás le cito la misma Palabra, pero de manera distorsionada!

Cathy: Y es importante reconocer que cuando nos comparamos también solemos distorsionar la verdad de Dios, porque al hacerlo ¿en quién nos enfocamos?

Aileen: ¡En nosotras mismas! Dejamos de lado al Dios creador, como punto de referencia

Cathy: Y ¿cómo nos enfocamos en Dios como nuestro parámetro de comparación?

Mayra: Procurando imitar a Jesús, Dios hecho hombre.

Cathy: Según Mateo 20:28 “el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.” Entonces ¿cómo debemos vivir?

Mayra: Como siervas. Y pudiéramos preguntarnos ¿qué tiene que ver el servicio con la comparación? Además de que Jesús, el cual es nuestro estándar, nos modelo la importancia del servicio, cuando nuestro enfoque está más bien en ¿cómo puedo servirles a los que me rodean? Entonces la comparación deja de ser importante.  Y se hace realidad lo que Gálatas 2:20 me enseña “Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”

Aileen: Jesús nos exhorta a vivir como siervas, porque esto glorifica a Dios, y a la vez nos protege contra la esclavitud de la comparación. Desafortunadamente, la práctica de la comparación comienza desde muy temprana edad. ¡Ya sea con los hermanos en la casa, los compañeros del curso, o los personajes de los muñequitos!

Cathy: Quizás uno de tus hermanos era más alto, o tus calificaciones escolares no eran las mejores, o no eras de las primeras elegidas por los equipos deportivos, etc. ¡Y si eres una de las pocas que lograste evitar la comparación  en los primeros años de tu niñez, seguramente en la adolescencia sí que comenzaste a compararte con los demás a tu alrededor!

Siempre había alguien más bonita, o con ropas más lindas, o más graciosa o con el pelo más bonito etc. etc.  

Mayra: ¡En esta etapa, cuando el sentirse inseguro es la norma, dado el proceso de transición del cuerpo, las hormonas, y hasta la identidad porque ya no es un niño, ni tampoco un adulto!  ¡Y boom, se instala la inseguridad!

¡Y si no tenemos a alguien para ayudarnos, la comparación y la insatisfacción se instalan para guiarnos!

Por eso en la etapa de la adolescencia, en que somos más vulnerables, Satanás ataca ferozmente.  ¡Porque El busca siempre a los más débiles!

Aileen: Vamos a estudiar lo que Pablo dijo cuando fue criticado. En 2 Cor. 10, Pablo fue acusado de que aunque su presencia física era poco impresionante, sus cartas eran severas y duras.  Y que su manera de hablar era menospreciable. ¡Pablo reconocía de donde venían estas palabras y cómo combatirlas!

Y ¿cómo? “las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas;” (2 Cor.10:4)

Cathy: ¿Notan que Pablo no se enfoca en las personas que hablaron, sino en quién estaba detrás de sus palabras? Y escuchemos el versículo 12 “no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos y comparándose consigo mismos, carecen de entendimiento.”

Mayra: ¡No creo que ninguna de nosotras queramos ser instrumentos en las manos de Satanás!

Por eso debemos conocer bien al Señor, Su carácter, Sus atributos y todo lo que Él es.   ¡Y al mismo tiempo, nuestro corazón, que es pecador y engañoso!

La semana pasada mencionamos cuando Lucifer fue expulsado del cielo, y enviado a la tierra. ¿Recuerdan por qué? Satanás quería ser “semejante al Altísimo” (Isaías 14:14).

¿Acaso esto no fue el resultado de Satanás compararse con Dios? ¡Satanás es astuto pero no muy creativo!

Aileen: La tendencia a compararnos los unos con los otros es algo que está en nosotros.  Entonces ¿qué debemos hacer para evitar la comparación? ¡Primero reconocer cuando me estoy comparando, y segundo cambiar mi enfoque!

¡Debemos recordar que la vida cristiana no se trata de mí, sino de Dios! Y la forma de servir a Dios es al servir a otros. ¿Cuáles son alguna preguntas que podemos hacernos para ayudarnos a enfocarnos en Dios?

Cathy: ¿A quién yo puedo servir? ¿En cuáles necesidades puedo ayudar a quienes me rodean? ¿Qué puedo ofrecer? Y aunque todas estas preguntas giran en torno a mí, buscan ayudarme a ser libre del enfoque sobre mí. ¡Con este tipo de preguntas, estamos promoviendo el amor al prójimo sobre el amor propio!

 Cuando nos hacemos esclavas de la comparación, nunca llenamos el vacío en nuestro corazón.  Sin embargo, cuando nos invertimos en llenar las necesidades de otros, cumplimos con nuestro propósito de vida, porque Dios nos llena.Mayra: Escuchemos lo que Proverbios 11:25 nos enseña “El alma generosa será prosperada, y el que riega será también regado.”  Y ¿cómo sucede esto? ¡Pues porque el vacío que siempre hemos tenido es llenado por el único que puede llenarlo! Como Blaise Pascal dijo “Hay un vacío en forma de Dios en el corazón de cada [persona] que no puede ser llenado por ninguna cosa creada, sino sólo por Dios el Creador, dado a conocer a través de Jesucristo”.

 Aileen: Y Jesucristo nos dijo en Juan 14:21 “El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él.” ¡Esta es la llenura que nuestro corazón anhela, la satisfacción que el alma solo experimenta ante la presencia de nuestro Salvador!

¡Que buen punto para terminar hoy! Meditemos sobre lo que hemos hablado hoy, mientras oramos y estudiamos Su Palabra para evaluar cómo anda mi vida con respecto a este tema de la comparación

Cathy:  ¡Recuerden que necesitamos que siempre que nos lleven en sus oraciones, para que el Programa de Mujer Para la Gloria de Dios pueda persistir levantando la verdad de Dios, mientras edifica a las mujeres!

Mayra: Ya saben que pueden seguirnos en Instagram escribiendo a @MPLGDD y en Facebook Mujer para la gloria de Dios. Les esperamos en nuestro próximo encuentro,

¡Dios delante!

Bendiciones