Inicio Podcasts Mujer Para la Gloria de Dios Anhelando lo malo e ignorando lo bueno

Anhelando lo malo e ignorando lo bueno

15
0

Aileen: Bienvenidas a Mujer para la gloria de Dios, quien les habla Aileen Pagan de Salcedo, Cathy Scheraldi de Núñez y Mayra Beltrán.

MPLGDD es una producción del Ministerio de mujeres Ezer, de la IBI, bajo la sombrilla del Ministerio de Integridad & Sabiduría. 

Y este es el segundo programa de esta nueva serie, “La codicia oculta en el corazón” y lo hemos titulado “Anhelando lo malo e ignorando lo bueno”.

Cathy: Es una bendición poder compartir con ustedes. 

Esperamos que durante el programa podamos reflexionar sobre la respuesta a esta pregunta ¿Me alegro cuando otras personas reciben lo que yo anhelo?

¡Vamos a orar, porque no podemos hacer nada sin Dios!

Mayra: En nuestro encuentro anterior hicimos una revisión de cómo la codicia nos lleva a muchos otros pecados.  ¡Es tan fácil caer en la codicia! ¡¡Creo que esta es la razón por la que Tomas Watson dijo que el codiciar es la madre del pecado!! 

Aileen: ¡¡Si!! La codicia nos lleva a odiar o despreciar a nuestro prójimo, en lugar de amarlo y nos esclaviza robando nuestra alegría y paz. Y hasta subconscientemente, nos lleva a despreciar a Dios, porque creemos que nos ha privado de lo que realmente deseamos.

Hoy queremos indagar más en este pecado dando algunos ejemplos de personajes bíblicos.

La semana pasada mencionamos 4 puntos a partir de los cuales evaluar nuestro corazón con respecto a la codicia. 

Cathy: Si, el primer punto era si el objeto de nuestro deseo es incorrecto. ¿Uds. pueden pensar en un personaje bíblico que codició algo prohibido por Dios?

Mayra: ¡¡Claro, hay varios y la más evidente y que suele ser la primera en venir a nuestra mente es Eva!!

Cathy: ¡Ella es un excelente ejemplo! ¡¡La codicia la llevó a desobedecer al Señor y a cambiar el rumbo del mundo!! ¡¡Y en verdad no fue hasta ahora que, al pensar en Eva, y a la luz de revisar el pecado de la codicia, que caigo en cuenta que fue su deseo por algo prohibido por Dios, lo que la llevo a pecar!!

Mayra: Déjenme leer Génesis 3:6 “Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido que estaba con ella, y él comió. La serpiente supo engañar a Eva, insinuando que Dios no era tan bueno como ellos pensaban. Entonces codiciaron la fruta, y cayeron. 

Ahora hay otro versículo que necesitamos leer y compararlo, 1 Juan 2:16 “Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida no proviene del Padre, sino del mundo.” ¿Notan la conexión?

Aileen: Eva vio que el árbol era bueno para comer, esta es la pasión de la carne. Vio que la fruta era agradable a los ojos, y esto es lo que Juan dice que es la pasión de los ojos. Eva pensó que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, y esta es la arrogancia de la vida. 

Y ¿qué hicieron Adán y Eva después de pecar? …se escondieron.

Cathy: El segundo principio que mencionamos la semana pasada es 

cuando la manera en que estamos tratando 

de satisfacer un deseo correcto, 

pero de una forma equivocada. 

¿Pueden pensar en un personaje bíblico que hizo esto?

Aileen: Como Mayra mencionó, hay muchos, y Sara es un ejemplo fácil de identificar. Dios prometió a Abraham y Sara que tendrían un hijo, el hijo de la promesa, sin embargo, ¿por cuántos años esperaron antes que Dios cumpliera la promesa?

Mayra: ¡¡¡25 años!!!

Aileen: Para entonces ¿cuántos años tenía Sara, cuando Isaac nació?

Mayra: ¡¡90 años!!  Todos sabemos lo que Sara hizo en el ínterin mientras esperaba…dio a su criada Agar a su esposo para poder tener un hijo a través de ella. Sé que esta costumbre suena extraña para nosotras, sin embargo, era una práctica común en aquella época. Sería el equivalente a lo que hoy en día es una matriz alquilada. El anhelo de Sara era bueno, era lo que Dios le había prometido. ¡Y dada su edad, es entendible que Sara no comprendiera cómo era que Dios iba a cumplir su promesa!

Cathy: Sin embargo, sabemos que Dios no miente, 

todas sus promesas son si en Jesucristo (2 Corintios 1:20). 

¡Es obvio que Sara dudó de la bondad y del poder de Dios! 

Si Dios creó todo a partir de una palabra, 

¡¿acaso hay algo que pueda ser difícil para Él?!

Mayra: ¡Cuando lo pones así claro que no!

Cathy: Precisamente, así es como la codicia nos ciega. 

¡Aunque Sara conocía a “Yahweh” y Su promesa, perdió la confianza en Su bondad y comenzó a maquinar y manipular 

a partir de su propia sabiduría caída! 

Mayra: ¡Tenemos que repetirnos una y otra vez que la mujer que confía en El Señor espera en Él aun cuando no entienda lo que Él está haciendo! Leamos Salmos 46:10 “Estad quietos, y sabed que yo soy Dios; exaltado seré entre las naciones, exaltado seré en la tierra.” ¿No creen que Dios fue más exaltado al Sara dar a luz a sus 90 años? ¿En vez de sus 20 años? 

Aileen: Claro, por eso Prov. 3:5-6 nos enseña “Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócele en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas.” 

El tercer punto a partir del cual evaluar nuestro corazón con respecto a la codicia es cuando tenemos una motivación equivocada por un deseo. Esto sucede frecuentemente cuando somos esclavizadas por el pecado de la comparación. Cuando nuestra motivación por obtener algo, es incentivada por lo que otros tienen, de nuevo estamos dudando de la bondad de Dios.

 ¿A cuál personaje bíblico podemos usar como ejemplo? 

Cathy: Al escuchar este punto, más que un individuo, 

quien viene a mi mente es el pueblo de Israel. Ellos siempre codiciaron lo que los paganos tenían. ¿Cuántas veces Dios les advirtió que no hicieran alianza con los pueblos paganos?  

¿Ni que se unieran en matrimonio con ellos?

Incluso Jehová Dios hasta les dijo el por qué NO: 

“Porque ellos les apartarán de seguirle y servirán a otros dioses.

¿Y que hizo el pueblo judío? Se casaron con ellos. ¿Recuerden lo que ocurrió cuando el rey judío Acab, que se casó con Jezabel, la hija del rey de Tiro?

Mayra: ¡Si! ¡¡¡Aparte de que el pueblo entero adoró a los dioses Baal y Asera, Jezabel mandó a matar a los profetas de Yahweh!! ¡¡¡Los resultados de sus acciones produjeron precisamente lo que Dios les advirtió!!! 

El pueblo judío anhelaba tener lo que los paganos tenían.  ¡Por eso ignoraron el mandamiento del Señor!

¡Otro acontecimiento que demuestra este mismo punto sobre la codicia es cuando el pueblo pidió a Dios que le diera un rey y eligieron a Saúl!

Aileen: Leamos 1 Sam 8:5 “Mira, has envejecido y tus hijos no andan en tus caminos. Ahora pues, danos un rey para que nos juzgue, como todas las naciones.”¡¡Y el que los hijos no anden en los caminos de Dios, confirma que Dios tenía razón en por que no debían casarse con los paganos!!

Cathy: Otra vez, como su objeto anhelado era ser como los otros pueblos, los judíos insistieron en tener un rey, a pesar de que Dios les advirtiera que un rey tomaría a sus hijos como siervos 

e incluso a ellos mismos. ¡Y también les quitaría la mejor parte de sus campos y sus cultivos!

La codicia suele ser motivada por nuestro egoísmo y nos ciega. 

¡¡Por eso es necesario evaluar nuestras motivaciones 

antes de obrar para revelar si tenemos un corazón codicioso!!

Mayra: El cuarto principio que mencionamos la semana pasada fue el evaluar nuestra actitud, mientras esperamos la respuesta del Señor. Y esto también lo podemos ver claramente en el pueblo judío mientras estaban en el desierto. Ellos fueron testigos oculares de cómo fueron salvos sobrenaturalmente, de las 10 plagas que destruyeron a los egipcios.  

Aileen: Luego de salir al desierto, el pueblo judío llegó a Mara, donde el agua era amarga y ¿qué hizo el pueblo? Murmuró contra Moisés, lo cual realmente era murmurar contra Dios y preguntaron ¿Qué hemos de beber? (Éxodo 15:22) ¿No creen que ya para este momento los judíos tenían ya suficiente evidencia de que Dios controlaba a los ríos?, ¿que Dios estaba de su lado, protegiéndolos?

Cathy: ¡Más que suficiente! Sin embargo, cuando tenemos corazones codiciosos, somos infelices y estamos inconformes con las bendiciones que Dios tiene para nosotras. Volviendo a los judíos, ¿Los israelitas habían hecho algo para merecer el amor de Dios?

Mayra: No, NADA.

Cathy: ¡Igual que nosotras! ¡Lo que pasa es que un corazón codicioso cree que se merece todo lo que desea! 

De hecho, esto me da una buena idea: ¿cuándo nos encontremos quejándonos, evaluemos la razón por la que estamos descontentos? 

¡¡¡Muchas veces esta respuesta pondrá en evidencia 

que el anhelo de mi corazón no es bueno!!! 

Aileen: ¡La Palabra de Dios es bien clara sobre esto! Dado el poder del ES, podemos erradicar de nuestro corazón todo deseo NO piadoso, aun si se han convertido en fortalezas.  Pongamos todo pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo (2 Corintios 10:5).  Es importante que entendamos que nuestros deseos no solo se deben al pecado de la codicia, sino también a que no creemos en lo que Dios nos ha dicho y nos ha enseñado. Si Cristo fue capaz de bajar y despojarse de Su gloria para morir por nosotras, ¿No creen que Él proveerá para todas nuestras necesidades? ¡Y como bien nos dice Filipenses 4:19 “conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”!

Cathy: ¡¡Por eso para destruir la codicia escondida en nuestros corazones, necesitamos erradicar nuestros malos deseos, 

sobre todo, redimiendo nuestro corazón con Su verdad!! 

Uno de nuestros problemas es que no confiamos en el carácter de Dios. 

¡Si confesamos que Dios es soberano, que Dios es bueno, y que “somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas,” entonces el codiciar es rechazar el plan de Dios y Sus propósitos para nuestras vidas!  ¡Rechazarlo a Dios es rebeldía!

Mayra: ¡El corazón del problema entonces no es la codicia, esto es solo la manifestación externa, el problema mayor es la incredulidad! ¡¡Aun después que Cristo ha hecho tanto por nosotras!! ¡¡Es hasta ofensivo!! Nosotras criticamos a los judíos por adorar a ídolos paganos.  Sin embargo, cuando estoy codiciando algo que Dios no me ha dado ¿esto no es idolatría también?

Aileen: Claro, en vez de glorificar a Dios con lo que ya tenemos y lo que Él nos ha dado.  Cuando anhelamos otra cosa diferente, caemos en idolatría.  No nos comportamos diferentes al pueblo judío. ¡¡El corazón realmente es… engañoso y muy engañoso!!

Cathy: Al final creo que nosotras somo peores que el pueblo judío porque sabemos mucho más de lo que los judíos sabían, 

tenemos la historia de la Biblia completa, y sabemos que Cristo venció. 

Cuando nuestro corazón codicia algo que no tiene, 

demuestra que nuestro enfoque está en lo terrenal, 

que nuestra ciudanía está aquí, y no en el cielo.

¿Acaso Dios puede ser incoherente en lo que nos pide? 

¿O actuar injustamente?

Mayra: El problema está en que equiparamos la bondad de Dios a si Él nos da lo que queremos. Y yo tengo otra pregunta ¿quién es el Dios de mi vida? ¿Jesucristo mi salvador o yo misma?

Aileen: ¡¡Tremenda pregunta que debemos hacernos para doblegar nuestro ego!! 

Mayra: Filipenses 4:19 nos dice que recibiremos todo lo que necesitamos, más NO lo que queremos. ¡Y así es como debe ser, porque nuestra carne es insaciable!

Aileen: ¡La única y real satisfacción para nuestros corazones la encontramos en Cristo! ¡Nada más que agregar, terminamos por hoy! Solo queda exhortarles a que mediten sobre lo que hemos hablado mientras estudian Su palabra. Y también que

recuerden que necesitamos sus oraciones para sacarle el mejor provecho a lo que estamos estudiando.

Cathy:  Ya saben que pueden seguirnos en Twitter e Instagram escribiendo a @MPLGDD y en Facebook Mujer para la 

gloria de Dios. Les esperamos en nuestro 

próximo encuentro, ¡Dios delante!

Mayra: Bendiciones.