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Ama a Dios en las decepciones de la vida 

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Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos 

(Romanos 8:28 NTV) 

En medio del dolor hay triunfo no hay derrota, porque ese dolor te hace más fuerte, te prepara para el camino que está por delante. El Señor Jesús cargó su cruz, su dolor, y encontró la victoria, la resurrección en su ascensión al cielo volvió a su plenitud de Dios. Nosotras en nuestra humanidad, en medio de esas carencias que tenemos, si nos humillamos ante el Padre seremos guiadas, y fortalecidas.   Jesús ve cada lágrima, cada paso que damos, así como el escuchó el corazón de Ana y le respondió (1 Samuel 2); así como extendió el cetro de gracia a Ester (Ester 5:3) con un propósito más allá de lo que ellas pudieron entender en ese momento, así Él nos cubre con su gracia y con su misericordia.  

Muchas veces no tenemos conciencia de lo que Dios puede forjar en nosotras en medio del sufrimiento o de la injusticia que pudiéramos estar pasando. Una advertencia, nunca dejemos de pensar que Él es Dios soberano que está en su trono y que nosotras somos pequeñas hacedoras y forjadoras aquí en la tierra de su reino. Miremos la cruz, –dolor y victoria de nuestro Señor Jesucristo–, para que podamos remontarnos a las alturas y no quedarnos tiradas en el suelo amargadas pensando en lo que no fue y temiendo lo que será, sino que cada día de una manera triunfante porque Él está con nosotras podamos dar pasos que reflejen victoria. Él ha vencido al mundo y él está con nosotras en el día más oscuro.  

Muchas veces podríamos pensar que el señor nos ha abandonado y hasta llegar a pecar envidiando la vida de algunas que al parecer todo le ha salido perfecto, que se ven en victoria, pero es un engaño tan grande del enemigo para desenfocarnos y apartar nuestra mirada del Rey de Reyes, para que no podamos cumplir el propósito que él ha puesto para nosotras. El camino que debo transitar no es el camino que María debe transitar –por poner un ejemplo– el camino qué Ana transitó no fue el camino que Abigail transitó y así cada una tiene un propósito distinto dentro de este plan soberano de Dios; más sin embargo todas estamos llamadas a ser valientes y decir: voy a tomar mi antorcha y voy a seguir, voy a luchar, a pelear hasta que nuestro Señor diga buena sierva fiel ven entra en el gozo de tu Señor. Así que pidamos fuerzas al Señor todos los días para continuar esta batalla que tenemos por delante (Efesios 6:12), porque vivimos en un mundo caído, no vivimos en el paraíso ni hemos entrado a la gloria. Cada día recibimos dardos de fuego del enemigo, muchos nos alcanzan y otros tantos se caen por la mano milagrosa de Dios que está ahí por nosotras, él dijo que estaría con nosotras hasta el fin del mundo y Él no puede negarse a sí mismo. Aférrate a la palabra de Dios, no te llenes de autocompasión porque no es nuestro llamado y no le hace bien a nuestra alma. (Salmo 73:26) 

Si sientes en estos momentos que tu vida le falta aire, que necesitas una mano que te sostenga, recuerda que el mayor samaritano murió por ti en una Cruz y está sentado en gloria intercediendo por ti ante el Padre. ¡Con todo esto que estoy diciendo no significa para nada que no podamos ir delante de él en lamento a derramar nuestro corazón, hazlo! Nadie mejor que El entenderá por lo que pasas. Derramemos nuestra vida entera delante de nuestro Dios, pero hagámoslo con la certeza de que Él nos oye y que Él es un padre compasivo que a su tiempo obrará. Que podamos nosotras transitar bajo el guion de Dios y no bajo nuestro propio guion. Creamos esta palabra: “Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos” (Romanos 8:28 NTV) aunque no entendamos absolutamente nada, aunque estemos llenas de – ¿por qué a mí? – recuerda que sus pensamientos son más altos que los nuestros y que el trabaja para santificarnos y pulirnos como el oro.  

Avancemos hacia la meta, perfeccionando nuestra fe con la oración y la lectura de su Palabra. Y no ignoremos que tenemos una lucha contra huestes de maldad que solo bajo el manto del que Vive y es Santo, Santo, Santo, podremos estar seguras. Aférrate a Jesús y que él sea tu fuerza y única esperanza en el transitar de la vida. Amalo en las decepciones de la vida, ¡ámalo siempre! ¿Te abandonaron? ¿te traicionaron? ¿no te amaron? ¿perdiste a quien terrenalmente más amabas? ¿Sabes qué? “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente” (Mateo 22:37 -NVI ) 

El dio todo por ti, él no te ha fallado ni te fallará jamás. Demos nosotras todo por él, entreguemos todo en sus manos, nuestros sueños, nuestras alegrías, nuestras metas, carencias, tristezas, familia, a sabiendas de que el Mayor bien ya lo hemos recibido. 

Aquí te dejo algunos consejos para amar a Dios en las decepciones de la vida: 

  • Ora para que puedas glorificar su nombre en medio de la prueba.  

             Salmo 86:12 “Te alabaré, oh, Jehová Dios mío, con todo mi corazón, 

            Y glorificaré tu nombre para siempre.”  (RVR 1960) 

  • Clama al Señor como el siervo clama por las corrientes de agua. 

Salmo 42:1 “Como el ciervo anhela las corrientes de las aguas, así te anhela, oh, Dios, el                        alma mía.” 

  • Que tu esperanza esté en el Señor, no en el hombre 

Salmo 91:2 “Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.” (RVR 1960) 

  • Que el mundo no sea tu guía ni tu refugio. 

1 de Juan 2:15 «No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. (RVR 1960) 

  • De ser necesario busca una terapeuta cristiana. 
  • Busca ayuda de una hermana madura en la fe para su consejo pero que a la vez 

se duela contigo. (Salmo 133) 

  • ¡Perdona!  

Efesios 4:32 Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.” 

  • ¡No te rindas! El mayor está contigo.  

Santiago 1:12 “Dichoso el que haya resistido la tentación, porque al salir aprobado, recibirá la corona de la vida, que Dios ha prometido a los que le aman.