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¡Acércate a Dios!

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Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.” (Santiago 4:8) Reina Valera 1960.

Nuestras decisiones, lo que hemos vivido, podemos estar seguras de que Dios lo ha permitido con un propósito. El pueblo de Israel no imaginó que atravesando el desierto Dios los estaba preparando no solo para entregarle la tierra prometida, sino también para tratar con sus corazones, para santificarlos y quitar de su vida todo vestigio de idolatría que quedara en su corazón. Este pueblo en el momento no entendió que estaban llenos de inconformidad en vez de agradecimiento por la gran liberación del pueblo de Egipto. ¿Cuántas veces tenemos esa misma actitud? No imaginamos como el Señor usa cada situación que nos preocupa para dejarnos ver lo que mora en nosotras y para mostrarnos que tan grande es nuestra confianza en Él. Dios siempre obra para el bien de sus hijos e hijas, Él va a usar todo con un propósito eterno, pero si caemos en la inconformidad y la queja, podemos tornar nuestro corazón hacia la amargura y la falta de agradecimiento frente a cada situación de la vida.

El pueblo de Israel no estuvo contento con el trato de Dios con ellos; sin embargo, Dios estaba purificando sus corazones, pero ellos, al contrario, se llenaron de queja y murmuración; preferían volver a su estado de esclavitud. Muchas veces no queremos pagar el precio que tenemos que pagar para llevar una vida santa, preferimos la comodidad de lo pasajero y de lo “bueno”, que la negación a nuestro “yo” y a nuestra autocomplacencia. 

Y es que desarraigar todo esto no es tarea fácil en un mundo que nos insta a complacernos sin medir consecuencias. Vivir la vida que el Señor quiere que vivamos va a demandar oración, entendimiento de su Palabra y un caminar santo, para poder combatir no solo con el mundo, sino con nuestra carne que no ama las cosas divinas. En nuestro andar cristiano nos encontramos con pruebas, que si no fuera por la mano bondadosa de Dios, no nos mantendríamos firmes. Tenemos, muchas veces, vivencias que desgarran el alma, pero no dudemos, que todo esto nos conduce a un camino santo, nos conduce a arrancar de raíz todo aquello que nos está separando de Él. 

No seamos como Raquel la segunda esposa de Jacob, quién ante su esterilidad, se llenó de amargura, de envidia y competencia contra su hermana Lea, considerándola su rival, convirtiéndose así en una controladora sin reparos, queriendo dirigir la vida de todos, y las circunstancias cotidianas, siguiendo sus apetencias carnales para lograr sus propósitos. Perseveró en ello tenazmente, en vez de rendirse ante el Dios Omnipotente, el único que resolvería su gran problema, y en humildad, devolverle el control total de su vida; soltarlo todo en sus manos milagrosas, y esperar en Él confiadamente su tan anhelado bebé. (Génesis 29: 9-11,16-29; Génesis30:1-8,14,15; Génesis 31: 30-35). Finalmente, la palabra proferida por Jacob contra la persona que robó los ídolos de Labán, recayó sobre Raquel, muriendo de parto, y “fue sepultada en el camino de Efrata, la cual es Belén” (Génesis: 36:19). 

No dejes de seguir al Señor; aunque sea árido y difícil el camino, aunque te arrope la tristeza y haya sequía en tu alma, búscale con fe. Te toca tocar su manto, te toca ungir sus pies en adoración, reconocer que solo Él tiene agua viva para ti. 

Si insistes en mantenerte lejos, entonces no gustarás de su consuelo y provisión. Su misericordia siempre está, por eso no deja sin corrección a ninguno de sus hijos. Y definitivamente, comer en su mesa es mucho mejor que estar mendigando pan en un mundo hambriento.  ¡Ven, acércate, el Padre siempre espera por su hijo pródigo para hacer fiesta! 

 Y tú, vuelve a tu Dios, practica la misericordia y la justicia, y espera siempre en tu Dios. (Oseas 12: 6).  (Biblia de las Américas).

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Esposa de Pedro Jiménez, madre de tres hijos. Miembro de la IBI desde el 2007. Apasionada por su Señor Jesús. En la actualidad sirve en el ministerio de los jóvenes profesionales y ministerio de mujeres de la Iglesia Bautista Internacional. Escribe también para el ministerio mujeres de esperanza de Radio TMG RD.