¿Qué es la solteria? La Real Academia de la lengua define la soltería como estado de soltero, y a su vez define la palabra soltero/a como alguien que no se ha casado, y como suelto o libre, y eso es precisamente lo que es, alguien libre, en el caso de una soltera cristiana, es una mujer libre de esposo (por ahora) y que está comprometida únicamente con el Señor.
Como mujer soltera es legítimo que desees casarte y formar una familia, pero, no dejes que ese deseo, te haga perder de vista los propósitos y el presente regalo de la soltería. Se que tal vez algunas se niegan a verlo así, pero, si eres hija de Dios, y has creído en Él, y Él conoce tu anhelo de matrimonio, me niego a pensar que un Padre amoroso, va a retenerte esa bendición. Sería crueldad por parte de Él, y Dios no es cruel. Es lo contrario, Él es bueno, no solo bueno, sino sabio, y sabe que es lo mejor para cada hija. Para algunas será casarse a temprana edad, para otras, esperar y casarse más tarde, y en otros casos, vivir su vida completa como soltera.
Hermana, yo no quiero hablarte como una súper soltera, no, yo quiero hablarte de corazón a corazón, y de soltera a soltera, como alguien que al igual que tú, también anhela casarse y formar una familia, pero, alguien que por gracia y misericordia del Señor está aprendiendo a esperar en el Señor en esta área de su vida y anhela que Dios cumpla Su buen propósito en mí.
El que tu vida tenga propósito implica que sea vivida en Cristo y para Cristo. Amada, hoy quiero que veamos algunas de las cosas que el Señor quiere para ti y que son parte de Sus buenos propósitos en tu soltería y que son aplicables a cualquier etapa de tu vida:
Dios quiere que esperes en Él con un corazón agradecido:
Espera al Señor; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Si, espera al Señor. Salmo 27:14. Esperar en Señor no siempre es fácil, pero, si eres cristiana, ya has podido ver que los tiempos de espera son comunes en la vida de una hija de Dios. No se trata de que al Señor le guste hacernos esperar, sino que Él sabe que le hace bien a nuestra alma. Esperar, por ejemplo, nos ejercita la paciencia y promueve la gratitud, hace que no demos por sentado las buenas dadivas del Señor. Vivimos en la era del microondas, todo lo queremos para rápido. De igual manera, como en la cocina, a veces Dios permite que las cosas buenas tomen un poco más de tiempo, y esas cosas buenas le llegan a los que saben esperar en Él. Lo bueno no necesariamente es un esposo, aunque casarse pudiera incluirse, pero a lo bueno que me refiero es al cumplimiento del propósito de Dios en nosotras, dentro de Su voluntad, buena, perfecta y agradable. Hoy estás soltera, da gracias a Dios por eso, no vivas en la queja e insatisfacción, vive con un corazón agradecido y contento, Dios quiere que demos gracias en todo tiempo. (1 Tesalonicenses 5:18).
Dios quiere que lleves una vida consagrada a Él:
Sed santos, porque Yo soy santo, 1 Pedro 1:16b , Vivir una vida consagrada puede costarte. Tal vez perderás amistades o muchas personas no simpatizarán contigo. Tranquila, vivir una vida no consagrada te costará más, pues te costará no estar tan cerca de Dios como deberías estar. Hermana, no veas la santidad como algo aburrido, al contrario, vivir en santidad te dará gozo en medio de cualquier circunstancia. Nuestro propósito como cristianas, ya sea que seamos casadas o solteras, es glorificar al Señor y crecer en santidad a la imagen del Varón perfecto, nuestro Señor Jesucristo. Aparte de esos propositos generales, Dios tiene propositos especificos para cada uno de Sus hijos. Es nuestra misión descubrir cuales son y caminar en dirección de cumplirlos en Dios, de manera consagrada. Parte de vivir una vida consagrada a Dios es vivir en pureza, guarda tu corazón y tu cuerpo en Dios, y si dentro de Sus propósitos, Él tiene para ti el matrimonio, Él mismo los entregará puros a tu futuro esposo. Ahora si es la soltería definitiva, se quedarán guardados y seguros en Él. La mujer no casada, lo mismo que la joven soltera, se preocupa de las cosas del Señor; se afana por consagrarse al Señor tanto en cuerpo como en espíritu 1 Corintios 7:34 NVI.
Dios quiere que tú le ames y le obedezcas con todo tu ser:
Y Él dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mateo 22:37). Hoy en día hay muchos “dioses” compitiendo con tu amor a Dios. El enemigo de nuestras almas busca distraerte para que no ocupes tu tiempo en la comunión con Dios, a través de la lectura de la Palabra y tus tiempos de oración. De esta manera consigue que no crezcas en amor y en obediencia al Señor. Vence al enemigo y sus artimañas, entregando todo tu tiempo y tus afectos sólo a Dios. El Señor debe ser tu primer amor, no permitas que nada ni nadie ocupe ese lugar. Huye de los ídolos que quieran robar tu tiempo y atención que le pertenecen a Dios en primer lugar. Adora al Señor, Él es digno de recibir tu adoración, ámalo con todo tu ser, tal como cita el versículo, al principio. Una manera de confirmarle si le amamos, es cuando le obedecemos lo que nos manda, así como dice Su Palabra en Juan 14:14: Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos.
Dios quiere que confíes y vivas plenamente en Él:
Todas las cosas son posibles para el que cree. Marcos 9:23b, Ningún caso es imposible para Dios, y creer en Él siempre nos traerá recompensas. Cree que lo que Dios tiene para ti es lo mejor, ya sea que te cases o que permanezcas soltera, confía en la providencia de Dios para tu vida, confía en Sus planes, Porque yo sé los planes que tengo para vosotros-declara el Señor- planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza, Jeremías 29:11. Confía en que Dios es bueno, cree que Él es tu sustento, cree que Él se ocupará de tu futuro, confía en que Él quiere que vivas en plenitud y llena de esperanza, oh mi hermana! Dile a tu corazón que confíe en Él, el Señor no abandona ni deja en vergüenza a los que confían en Él, vive tu vida y tu soltería para Él. Deja que el Señor llame tu atención con la plenitud que Él tiene en Cristo para ti en esta etapa de tu vida. Recuerda, si estamos en Cristo, estamos completas en Él, no nos hace falta nada más, cualquier otra cosa que Él traiga es una añadidura, un regalo, inclusive si eso que el trae es un esposo o una vida de soltería.
Dios quiere que le sirvas:
La mujer cristiana, ya sea que esté casada o soltera, tiene un llamado a servir. Descubre para que eres buena, cuáles son tus dones y talentos, y ponlos al servicio de nuestro Señor Jesucristo y de Su pueblo. Las iglesias locales siempre necesitan manos, para llevar a cabo la obra del Señor, siempre hay mucho que hacer, intégrate en el servicio de tu iglesia, sirve a Dios, sirviendo a otros. Ocupa tu tiempo sirviendo en tu congregación, no lo desperdicies en asuntos vanos y temporales de este mundo.
Lleva las buenas nuevas de salvación, tal vez estás llamada al ir a las naciones como misionera, tal vez no. Aun así, pudiera ser con quienes te relacionas en la ciudad donde vives, ya sea en tu trabajo, con tu familia, a donde quiera que vayas, comparte el evangelio. Diles que Dios los ama tanto que dio a Su Hijo para salvarnos de nuestros pecados, el tiempo se acorta, aprovéchalo! no lo desperdicies en trivialidades pasajeras. Eres parte de la gran comisión, (Mateo 28:18-20).
Dios quiere que estés siempre gozosa ante cualquier circunstancia, y hay muchas otras cosas que Dios quiere para tí, que por razones de espacio debo prescindir de decirlas, pero, te quiero dejar con esta declaración de confianza del salmista, que espero también sea la tuya.
El Señor cumplirá Su propósito en mí; eterna, oh Señor, es tu misericordia; no abandones la obra de tus manos. Salmo 138:8