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El mejor refugio en medio de la depresión

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Aileen: Bienvenidas a Mujer para la gloria de Dios, quien les habla Aileen Pagan de Salcedo, Cathy Scheraldi de Núñez 

y Mayra Beltrán de Ortiz MPLGDD es una producción del Ministerio de mujeres Ezer, de la IBI, bajo la sombrilla del Ministerio de Integridad & Sabiduría. 

Esta nueva serie que apenas comenzamos, este es el 2do programa, se llama “Un túnel llamado Depresión”.

El programa de hoy lo hemos titulado “El mejor refugio en medio de la depresión” y la pregunta que queremos contestar al terminar el programa es…

Mayra: Gracias a Dios por todas las oyentes que nos 

apoyan con su sintonía y mensajes. En verdad es 

una bendición poder compartir con ustedes. 

Ya para comenzar y poder ser guiadas por Dios al compartir sobre este tema tan sensible de la depresión, vamos a orar.

Cathy: La semana pasada ya hicimos nuestro primer programa sobre la depresión y repasamos algunos de los mitos que existen sobre este tema dentro de la iglesia. 

Hoy queremos comenzar a estudiar sobre algunos personajes bíblicos que sufrieron de depresión. Uno de estos fue Moisés, cuando en el libro de Números 11:10-15 nos habla sobre el estado de frustración de Moisés. 

Y para poder entender mejor las circunstancias que les tocaron vivir a Moisés, vamos a dar un poco de contexto sobre lo que sucedía. El pueblo judío, luego de ser esclavos de Egipto por más de 400 años, habían sido liberados por Dios bajo la guianza de Moisés. Cualquiera pensaría que estos estaban muy contentos al ser libre. Sin embargo, ¡este era la 4ta generación de judíos en cautiverio, los cuales no sabían cómo vivir en libertad!

Aileen: Y siempre que surgen cambios y vivimos nuevas experiencias, aunque sean buenas, el ser humano experimenta ansiedad por la inseguridad que produce lo desconocido. Imagínense lo que fue el tener a más de 2 millones de personas en el desierto, experimentando miedos, inseguridades, ¡todos a una misma vez!

Y durante todo ese tiempo Dios estuvo acompañándolos, proveyéndoles todo y guiándoles paso a paso. Sin embargo, el pueblo tenía 400 años trabajando como esclavos para poder comer. El proceder de Dios, a través de milagros, era desconcertante, ¡cosas que ellos no podían controlar! 

Mayra: ¡De ahí que en el pueblo judío se disparara la angustia, ansiedad e inseguridad en medio del desierto desconocido!  ¡Porque como bien dice el refrán “Mas vale malo conocido que bueno por conocer”! 

Y en medio de este escenario, ¿cuál creen que fue la respuesta colectiva del pueblo?

Cathy: ¡Una lluvia de quejas, de alrededor de 2 millones de personas a una misma vez! ¡Tremendas circunstancias las que le tocaron vivir a Moisés!

Mayra: Precisamente, entonces ahora podremos entender mejor el contexto de lo que vamos a leer en Números 11:10, que dice “Y Moisés oyó llorar al pueblo, por sus familias, cada uno a la puerta de su tienda; y la ira del SEÑOR se encendió en gran manera, y a Moisés no le agradó”.

¿Por qué creen que tanto el Señor, como Moisés se molestaron de tal manera?

Cathy: Porque aun cuando de manera milagrosa Dios acababa de liberarles del yugo de los egipcios, para darles una mejor vida, ¡el pueblo judío desconfiaba de Dios! 

Ahora bien, sin ánimo de justificarles, pero si para que entendamos mejor el proceder del pueblo, recordemos que este era un pueblo que tenía 4 generaciones viviendo en un país pagano, sin tener acceso al Templo ni a las Escrituras.  ¡Por lo que de seguro la fe de un gran numero había mermado! 

Ante el pueblo, Moisés, primeramente, y luego su hermano Aarón, fueron los culpables de todas las penurias que estaba pasando el pueblo. Ellos eran los intermediarios entre el pueblo y Dios. ¡Por tanto, fueron el recipiente de todas las quejas!

¿Por qué es que, así como el pueblo judío, nosotros tampoco nos damos cuenta de que nuestras quejas son primeramente contra Dios? 

Aileen: La queja es mala por muchas razones, pero sobre todo es pecado, porque cuestiona el carácter de Dios, y Su voluntad buena y perfecta. 

De nuevo, la reacción de los judíos era entendible, pero no justificable. Y debemos hacer la diferencia, de que el miedo, la tristeza la inseguridad son emociones propias del ser humano creado a la imagen de Dios, como explicamos en el programa anterior. ¡Sin embargo, siempre tenemos que estar apercibidos de que nuestras emociones NO son un permiso para reaccionar pecaminosamente!

Aunque el pueblo no hablaba directamente con Dios, sin embargo, si habían podido participar de los milagros de Dios, que habían venido ocurriendo. ¡Desde las 10 plagas hasta cruzar por tierra cuando el mar se abrió y escaparon del ejercito egipcio!  

Mayra: ¡Para ese momento, el pueblo judío tenía suficiente evidencia que le confirmaba el cuidado y la fidelidad de Dios!

Leamos ahora, en el versículo 11 la respuesta de Dios a Moisés, quien se sentía incapaz de lidiar con este pueblo quejumbroso: “Entonces Moisés dijo al SEÑOR: ¿Por qué has tratado tan mal a tu siervo? ¿Y por qué no he hallado gracia ante tus ojos para que hayas puesto la carga de todo este pueblo sobre mí?”.

Moisés estaba exhausto y frustrado porque ya no sabía que más hacer.  Su carga era grande y realmente imposible para ser afrontada por un hombre. Sobre todo, cuando Moisés no pidió esta tarea, ¡ni tampoco la quería!

Cathy: Si recordamos la conversación entre Moisés y Dios en la zarza ardiente, desde un principio Moisés se declaró incapaz y trato de que Dios enviara a otra persona. Y claramente, no había duda de que lo que Dios le estaba pidiendo a Moisés era imposible para él.  

De hecho, recordemos que Dios se molestó con Moisés dada su insistencia en su incapacidad para cumplir con aquella tarea, y ¿sabemos por qué era la resistencia de Moisés?

Aileen: Claro, déjenme leerlo en Éxodo 3:11-12 “Moisés dijo a Dios: ¿Quién soy yo para ir a Faraón, y sacar a los hijos de Israel de Egipto? Y Él dijo: Ciertamente yo estaré contigo”.

Cathy: Sin importar el tiempo o quien sea la persona, es el Señor quien obra siempre. Nunca nada es realmente hecho por el humano sino por Dios. La Biblia nos recuerda esta verdad en múltiples versículos, expresando en diferentes maneras.  Dios es quien batalla y obtiene la victoria, como leemos en 2 Cron. 20:15 que “la batalla no es vuestra, sino de Dios”.

Aileen: Dada la gracia que Dios le había dado a Moisés, su pensamiento fue erróneo porque todo lo que había logrado hacer con el pueblo judío era dada la intervención de Dios. Moisés era tan solo un privilegiado a quien Dios había   usado para dirigir la nación. A pesar de las creencias erradas de algunos cristianos, Dios nos creó para que experimentemos emociones. La frustración, el desaliento o la tristeza es propio de la imagen misma de Dios en nosotros y nos ayudan a forzarnos a interactuar con Dios.  El problema de las emociones surge cuando, así como le sucedió a Moisés, nos desenfocamos de las instrucciones y el ejemplo que Jesús nos dejó. ¡Cuando manejamos nuestras emociones carnalmente sin llevarlas al Señor! 

Mayra: Y regresando a Moisés en Números 11:12 leemos “¿Acaso concebí yo a todo este pueblo? ¿Fui yo quien lo dio a luz para que me dijeras: «Llévalo en tu seno, como la nodriza lleva al niño de pecho, a la tierra que yo juré a sus padres»?” ¿En quién estaba enfocado Moisés?

Cathy: ¡En él mismo, y de ahí su problema en el manejo de su frustración con el pueblo!

Mayra: Es como si Moisés también se estuviera quejando de Dios. En vez de pedirle a Dios que le enseñara cuáles eran Sus caminos. 

Igual nos sigue sucediendo a nosotras, cada vez que nos quejamos y reclamamos a Dios, evaluando los eventos a partir de nuestra mente finita que nos lleva por caminos diferente a los de Dios. 

Por eso lo primero que debemos recordarnos al experimentar frustración o quejas, es que Dios NO es el que tiene que cambiar, ¡sino yo quien tengo un corazón engañoso! 

Aileen: Y continuando con las circunstancias detonantes de la depresión de Moisés, leamos en Números 11:13 “¿De dónde he de conseguir carne para dar a todo este pueblo? Porque claman a mí, diciendo: «Danos carne para que comamos»”.

¿Se imaginan la ansiedad de Moisés, mientras en medio del desierto, alrededor de 2 millones de personas le presionaban para que les consiguiera carne? ¡¿Cuanta impotencia debió experimentar?!

Mayra: Sobre todo porque Moisés no estaba debidamente enfocado en que era Dios y no el quien proveería. De nuevo, Dios estaba claro en que la encomienda que había dado a Moisés era El mismo quien la ejecutaría porque Moisés no podía. Ahora bien, hay algo que Moisés si supo hacer muy bien. Y es que Moisés sabia a quién debía acudir en medio de su angustia. No a donde Aarón su hermano, o donde Miriam su hermana, o donde cualquier otro que no fuera Dios. Moisés estaba claro en que el Único que tiene el poder y la respuesta a su problema, era solo Dios. ¡Lo que nos confirma el punto que hace Aileen sobre que las emociones están diseñadas por Dios para forzarnos a interactuar con El, a refugiarnos en El!

Así como claramente lo manifiesta Moisés en Números 11:14 “Yo solo no puedo llevar a todo este pueblo, porque es mucha carga para mí”.

Cathy: Para este momento de su vida, Moisés estaba obviamente cansado y abrumado de tantas confrontaciones en su vida.  Desde cuando huyo de faraón hasta llegar al desierto y ser objeto de las quejas de su propio pueblo.  

En ese momento en particular, Moisés estaba obedeciendo a Dios diligentemente.  Sin embargo, todo parecía estar saliendo mal.  ¿Y saben que? ¡Esto también nos puede suceder así a nosotras!

Aileen: Sus caminos no son los nuestros (Isaías 55:8). Y por eso debemos estar preparadas de que cuando caminemos con Dios, las cosas no siempre fluirán bien ni saldrán como esperamos. ¡Por eso somos nosotras quienes siempre necesitamos reevaluar nuestros pasos para ver si caminamos siguiendo las huellas de Dios! ¡Para tratar de entender lo que Dios está haciendo y cuál es su propósito!  ¡Y al hacer este ejercicio, pues nos mantendremos enfocadas en Dios!

Mayra: Y hay otro aspecto que quiero resaltar, es que Moisés estaba manejando muchos frentes al mismo tiempo. 

Y aquellas que están casadas, quiero que me respondan esta pregunta ¿pueden sus maridos hacer varias cosas a una misma vez?

¡Lo más probable es que no! Porque en general, el cerebro de los hombres funciona de forma          que solamente pueden concentrarse en una sola tarea a la vez. 

Cathy: ¡Aunque claro, hay excepciones y Miguel mi esposo es una de ellas!

Mayra: ¡La verdad es que trabajando con él he podido comprobar esto! Sin embargo, el pastor Miguel es la excepción a la regla, por eso a manera general necesitamos tener paciencia con los hombres que nos rodean. 

Y regresando a Moisés, ahora nos hace más sentido el por qué su estado de ira al ver la traición de su pueblo. Moisés estuvo dispuesto a rendirse.  Leamos en Números 11:15 su clamor a Dios en medio de su frustración, leamos “Y si así me vas a tratar, te ruego que me mates si he hallado gracia ante tus ojos, y no me permitas ver mi desventura”.

Cathy: La realidad es que a Moisés le toco afrontar situaciones muy difíciles, pero fue la constante queja y desconfianza del pueblo lo que terminaron de drenarle, ¡y ya este no pensaba que pudiera seguir!

Aun cuando Moisés era el líder elegido por Dios para dirigir el pueblo, este no tenía el respeto del pueblo. ¡Mas bien lo veían como a un enemigo, el causante de todos sus problemas!

Entendible por qué Moisés terminara deprimiéndose. ¡Honestamente, yo no creo que pudiera resistir tanto como él pudo!

Aileen: Como ya mencionamos, aun en medio de su depresión, Moisés supo en donde buscar ayuda. 

Sabiamente Moisés fue donde Dios y Dios escucho su clamor y le contestó. 

Cuando en medio de su depresión, Moisés busco refugio en Dios, este estuvo con Moisés, le mostro compasión y le dio esperanza.  

Tenemos esta esperanza: ¡¡que nuestro Dios y salvador entiende nuestro dolor, conoce nuestras debilidades y se compadece de nosotros con abundante misericordia y gracia!!

En respuesta a su clamor por ayuda, Dios ordenó a Moisés traer a 70 ancianos a la tienda de reunión en donde Dios hablaba con Moisés. Y Dios descendió para hablarle a Moisés delante de los ancianos, y tomó del Espíritu que estaba sobre Moisés y lo puso sobre ellos también para que ayudaran a Moisés con el pueblo. 

Mayra: Cuanto amor, bondad y misericordia demostró Dios tanto a Moisés, como a todo Su pueblo. Aun cuando este fue un pueblo rebelde y de poca fe Dios nunca los desamparó (Deuteronomio 31:8).  

¡Meditemos sobre las verdades bíblicas que hemos repasado hoy, y evaluemos si nuestras convicciones de vida están sustentadas en estas verdades! ¡Pidámosle a Dios que nos de discernimiento para seguir redimiendo nuestra cosmovisión! 

Cathy: Queridas hermanas, recuerden que tenemos una gran necesidad de sus oraciones, para seguir llevando el mensaje del evangelio para edificación de Su pueblo, y también para que Dios nos siga guiando en Su verdad. ¡Oremos por Mujer Para la Gloria de Dios, y toda iniciativa por compartir el evangelio! 

Aileen: Les esperamos en nuestro próximo encuentro, para estudiar la depresión de Elías. ¡No dejen de sintonizarnos! Dios les bendiga.