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Jesús, el super alimento para el alma

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Aileen: Bienvenidas a Mujer para la gloria de Dios, quien les habla es Aileen Pagan de Salcedo y Mayra Beltrán de Ortiz. MPLGDD es una producción del Ministerio de mujeres, Ezer, de La IBI bajo la sombrilla del Ministerio de Integridad & Sabiduría. 

Mayra: Les invitamos a suscribirse al canal de YouTube de Integridad y Sabiduría, darle me gusta a este video y compartirlo.

Aileen: El programa de hoy lo hemos titulado “Jesús, el súper alimento para el alma” y la pregunta que nos planteamos para hacer más introspección es: ¿Es Cristo el pan que alimenta tu vida?

Para iniciar, vamos a orar…

No dejen de responder las preguntas que estamos posteando en Instagram con el propósito de sacar mayor provecho personal al contenido de MPLGDD.  

Mayra: En el programa anterior vimos como Dios nos alienta a que permanezcamos en Él en todo tiempo porque Él es la fuente de vida. También comenzamos a revisar el arresto de Jesús en el jardín de Getsemaní. 

Hoy queremos continuar repasando este momento tan significativo. Veamos además cómo Jesús estaba preparando al pueblo para su crucifixión mientras también vemos la conexión entre el Antiguo Testamento y el Nuevo.  

Aileen: Luego de que Jesús alimentó a las 5000 personas, Él salió para Capernaúm con Sus discípulos. Las personas en la aldea les estaban buscando y cuando no lo encontraron, entonces se fueron a Capernaúm donde Jesús estaba y le cuestionaron. Jesús los confronta diciéndoles que ellos le estaban siguiendo no por las señales que habían visto, sino por los panes que se habían comido. Jesús les advierte que no trabajaran por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece para vida eterna (Juan 6:27).  

Mayra: Les dijo que Él es el pan que el hijo del hombre da, porque viene del Padre. Me llama la atención lo rápido que estos captaron lo que Jesús les dijo, al ver su reacción y preguntar: “¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?” (Juan 6:28). Jesús les responde que necesitan creer en Aquel que el Padre envió. 

Ellos captan que Jesús está hablando de sí mismo porque vemos como le preguntan: “¿Qué, pues, haces tú como señal para que te veamos y te creamos? ¿Qué obra haces?” (Juan 6:30) Continuando con su necedad, luego le dicen: “Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: «LES DIO A COMER PAN DEL CIELO”. (Juan 6:31)

Jesús les reprende por ir solo detrás del pan físico y estos persisten en tratar de sonsacar a Jesús para conseguir más comida. ¡Cuan ciegos estaban estos hombres! ¿No acaba Jesús de multiplicar los panes y peces para alimentar a los 5000? ¿Qué mayor señal que esta?

Aileen: Jesús, que siempre evalúa la intención del corazón, les recuerda que no fue Moisés quien dio el pan sino El Padre. Escuchemos bien ahora cual es el pan que viene del Padre: “el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo, y da vida al mundo”. (:32-33) Al continuar escuchándole, claro que estos hombres le pidieron de este pan. Jesús se les identifica: “Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed”.

De nuevo Jesús los confronta: “aunque me habéis visto, no creéis… Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”. (:36, 38)

Mayra: Esencialmente Jesús está confirmando lo que Moisés antes dijo a sus ancestros en el desierto, leamos en Deuteronomio 8:2-3, “Y te acordarás de todo el camino por donde el SEÑOR tu Dios te ha traído por el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin de saber lo que había en tu corazón, si guardarías o no sus mandamientos. Y te humilló, y te dejó tener hambre, y te alimentó con el maná que no conocías, ni tus padres habían conocido, para hacerte entender que el hombre no sólo vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la boca del SEÑOR”.

Aileen: Ellos le pidieron a Jesús, que les diera del mismo pan que sus ancestros habían recibido, pero Jesús estaba tratando de llevarlos al significado del maná. 

Para nosotros hoy es obvio que este maná que recibió el pueblo judío en el desierto había venido del cielo, pero para ellos no. ¡Mucho menos captaban que el maná estaba apuntando a Jesús específicamente como el pan de vida! 

Al igual que sus ancestros que no captaron el significado de los 40 años en el desierto ni del maná, esta generación de judíos no entendían quién era Jesús, ni el significado de los milagros. 

Si bien necesitamos del alimento físico para sobrevivir, si no alimentamos nuestro espíritu a través de una relación personal con Jesús y quien tiene las palabras de vida eterna, ¡entonces nuestra alma permanecerá hambrienta y morirá una vez y para siempre!  

Mayra: Jesús expreso esta misma idea en otra forma en Mateo 6:33, leamos: “Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.

El hambre física no puede ser saciada de una sola vez y para siempre porque necesitamos alimentar nuestro cuerpo diariamente. Sin embargo, cuando pasamos a ser hijas de Dios nuestra hambre espiritual es satisfecha con un Dios infinito en quien encontramos suficiencia y propósito para nuestra alma. 

Nuestro mayor obstáculo para saciarnos cada vez mas de Cristo, no es nuestro desconocimiento de Su verdad, ¡sino nuestra falta de obediencia y sumisión a esta! 

Aileen: Es una ceguera voluntaria. Sin importar cuanto lo tratemos de explicar, solo el Espíritu Santo es quien trae convicción y nos quita las escamas de nuestros ojos. 

El enfoque del pueblo judío era totalmente terrenal, por eso solo procuraban desplazar a los romanos de su poderío, y satisfacer el hambre física de su pueblo.  Cuando en verdad Dios tenía mucho más para ofrecerles, mucho más abundantemente de lo que ellos pudieran entender (Efesios 3:20). 

Dios les estaba ofreciendo una bendición eternal por medio del sacrificio de Jesús. Sin embargo, dada su ceguera espiritual, estos no lo pudieron apreciar. ¡Qué pena!

Mayra: Como los judíos tenían un sincretismo con los dioses paganos, estos querían agradar a Dios, no por amor a Él, sino porque un dios contento les bendeciría, mientras que un dios airado les causaría daño.

Es bueno aclarar que el temor de Dios, del cual la Biblia nos habla, es un temor reverente ante un Dios asombroso, que nos encamina hacia la vida eterna. Es un miedo a no querer ofender o causarle daño a Dios, dado Su amor por nosotros y lo maravilloso que Él es. No es un temor que surge porque Dios me vaya a causar daño. 

Revisemos esta importante pregunta que le hace la multitud a Jesús, leamos Juan 6:28, “¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?” 

Aileen: Esta es una pregunta que, una vez somos salvas, todas nosotras debemos hacernos porque nuestro progreso en nuestro caminar cristiano depende de nuestra respuesta. Cristo dijo “Esta es la obra de Dios: que creáis en el que Él ha enviado.” (Juan 6:29) ¿Por qué? Pablo nos responde en Rom 8:7-8, “la mente puesta en la carne es enemiga de Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo, y los que están en la carne no pueden agradar a Dios.” ¡La única forma en que podemos obedecer con gozo a Dios es si tenemos la morada del Espíritu Santo en nosotros!  Esta se produce… ¡cuando creemos en Jesús! 

Mayra: Pablo nos dice en Romanos 1:20, “Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen excusa.”Por eso el no aceptar a Jesús es un acto más bien de rebeldía, y no de ignorancia. 

A través de todas sus enseñanzas, Jesús busca explicarle al pueblo que la salvación no está dada por el hecho de ser judío.  Sino que la vida eterna es dada a través de la respuesta que, de manera personal, cada quien tenga ante la verdad de que Jesús es el único camino. 

Aileen: Jesús es el príncipe de paz, sin embargo, Él dijo claramente en Mateo 10 que no vino para traer paz a la tierra sino espada. De hecho, en Mateo 10:35-36, Jesús dijo que vino para “PONER AL HOMBRE CONTRA SU PADRE, A LA HIJA CONTRA SU MADRE, Y A LA NUERA CONTRA SU SUEGRA; y LOS ENEMIGOS DEL HOMBRE serán LOS DE SU MISMA CASA”.

Mayra: Por otro lado, también leemos que Dios nos enseña en Éxodo 20:12, “Honra a tu padre y a tu madre”.  Porque Dios quiere familias unidas, por lo tanto, estos versículos de Mateo 10 tienen un significado mayor del que parece, y es que el punto de referencia para toda relación terrenal que tengamos, la línea divisoria es Jesús. Si somos hijas de Dios, estamos llamadas a caminar en la luz. Aquellos que no caminan en la luz, caminan en las tinieblas. 

Aileen: Aun cuando si se trata de nuestra familia, si caminan opuestos a Dios, no tendrán los mismos valores ni cosmovisión que nosotros, y esto traerá dificultades. Sin embargo, como Cristo amó a sus enemigos y murió por ellos, nosotras también necesitamos aprender a amar a aquellos que andan en las tinieblas, especialmente si son nuestra familia. 

Siempre resulta tan interesante el que Jesús enseñara y hasta explicara en parábolas, como en Mateo13:13, “porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden”.

Al hacer esto, la intención de Dios no es escondernos su mensaje, sino que para entenderle es necesario tener Su discernimiento, el cual viene dado por…

Mayra: El Espíritu Santo. Cuando se trata de interpretar la Palabra de Dios sin la morada del Espíritu Santo, resulta muy difícil entender lo que Jesús enseñaba, porque la interpretación de la parábola dependerá de lo que haya en el corazón de la persona, y no de la intensión de Dios. De ahí que los fariseos llegaron a tantas conclusiones erradas sobre Jesús.  Como por ejemplo Juan 6:41, “Por eso los judíos murmuraban de Él”.   

Jesús seguía en los versículos de Juan 6:49-51, “Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que coma de él, no muera. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo también daré por la vida del mundo es mi carne.”

Aileen: Obviamente, sin la morada del Espíritu Santo, todo esto suena extraño y los judíos no entendían lo que este decía y muchos lo condenaban por sus palabras.  Pero Jesús siguió en los versículos 54-55, 57: “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida… Como el Padre que vive me envió, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.” 

Mayra: ¿Ustedes saben en qué lugar estaba Jesús cuando enseñó esta lección? ¡En la sinagoga de Capernaúm! Imagínense el sobresalto y lo que las personas pensaron al escucharle decir, ¿comer Su carne y tomar Su sangre? 

Es entendible que “muchos de sus seguidores se apartarán y ya no andarán más con El” (6:66) 

Por eso Jesús se dirigió a los discípulos y les “dijo a los doce: ¿Acaso queréis vosotros iros también?” (:67) Aun sin entender de un todo lo que Jesús estaba diciendo, escuchen la respuesta de Simón Pedro: “¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Santo de Dios”. (:68-69)

Aileen: ¿Pueden ver como el Espíritu Santo hace sabio hasta al más sencillo? Porque “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen;” (Juan 10:27)

Aun cuando los discípulos muchas veces no entendían a Jesús, lo siguieron. ¿Por qué? Porque “después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído, fuisteis sellados en Él con el Espíritu Santo de la promesa, que nos es dado como garantía de nuestra herencia.” (Efesios 1:13-14) Es el Espíritu Santo quien garantiza nuestra llegada al cielo, una vez hemos hecho la decisión por Cristo.

Mayra: Que bueno es terminar el programa de hoy recordándonos que El Espíritu Santos es nuestra garantía luego de recibir el evangelio para salvación. ¡Además de afirmar que solo en Jesús podemos nutrir el alma en pos de la eternidad!

Por favor no dejen de sintonizarnos en nuestro próximo programa donde seguiremos con esta serie sobre la vida de Jesús.  

Aileen: Recuerden siempre orar por el programa Mujer Para la Gloria de Dios, ¡Necesitamos la protección de nuestro Señor! 

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