Los límites son muy importantes, de hecho, Dios estableció límites a toda su creación desde el principio.
También le puso límites a Israel al darle las leyes y ordenanzas para vivir en comunidad de manera adecuada.
A lo largo de toda la Biblia leemos sobre límites claros que son las prohibiciones que Dios puso a la humanidad, advirtiéndonos de los peligros del pecado, sabiendo que los límites son necesarios para relacionarnos con Él, y como una forma de mantener nuestra salud espiritual, física y emocional.
Por ejemplo, en Éxodo capítulo 20, leemos sobre los 10 Mandamientos, que son límites, reglas, normas, leyes permanentes.
Por lo que sabemos, los límites los creó Dios, por lo tanto, no son malos, son saludables y necesarios.
Uno de los problemas de no poseer límites, es que siempre se hace lo que se desee y no se toma en cuenta el bienestar propio ni el de los demás. Por lo que entendemos que tener límites claros es importante y necesario para vivir como Dios quiere, respetar la individualidad y valorar nuestras relaciones, con la familia, matrimonio y amigos.
El respeto
En Mateo 7:12a leemos “Haz a los demás tod o lo que quieras que te hagan a ti.» (NTV)
En esencia, el respeto según el diccionario es el reconocimiento del valor propio y de los derechos de los individuos y de la sociedad. Esto es fundamental para lograr relaciones sanas, armoniosas y equilibradas. Para que seamos respetados es importante que respetemos a los demás.
¿Cómo evitamos rupturas en nuestras relaciones, situaciones pecaminosas y dolorosas?
Respetando, poniendo límites claros, que es poner fronteras y vallas, es marcar de manera clara y específica, es poner distancias tanto físicas como emocionales en torno a nosotros.
“Ama a tu prójimo como a ti mismo” Mateo 22:39b (Biblia NTV). Aquel que pone límites claros ama, cuida, protege y valora, no solo a sí mismo y sino también a los demás.
Alrededor de ti
El establecimiento de límites claros es fundamental. Por ejemplo, muchas veces podemos sentir que nuestros padres o hermanos no respetan nuestra privacidad, ni nuestra individualidad, provocando situaciones incomodas.
Es recomendable que presentemos reglas y normas para que el respeto pueda darse de manera sana y amigable.
“El sabio de corazón será llamado prudente…”
Proverbios 16:21b
Poner límites claros regula el contacto con nuestros familiares, la permisibilidad, los derechos, etc.
Alrededor del matrimonio
Desde el noviazgo hasta el matrimonio es vital poner límites y es extremadamente importante respetarlos. Con esto protegemos la integridad y le damos fortaleza a nuestra relación matrimonial.
Dios nos da muchos ejemplos sobre esto en su Palabra, en su manera saludable de relacionarse con su pueblo Israel. Dios puso límites en esta relación para cuidarla de que no se corrompa, ni se dañe.
Esa misma intención debemos tener con nuestro matrimonio, si ponemos límites: cuidamos, valoramos, protegemos.
Por ejemplo, poner los siguientes límites y respetarlos es altamente saludable:
*No tener secretos entre los dos, *cuidar la forma de hablarse, *cuidar las formas tratarse, *no lastimarse de manera física, *no mentirse, *tomar en cuenta la individualidad.
“En todo caso, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido.” Efesios 5:33
Estos límites ayudan que el matrimonio sea fuerte y crean vallas protectoras que lo preservan y hacen mantener la relación por siempre.
Con los amigos
Con la amistad se debe tener límites claros.
Estos límites deben ser físicos y emocionales, con pequeños detalles, como, por ejemplo, llamar antes de visitar, no hablar de ciertos temas privados, la manera de cómo tratarse, los permisos en el uso de tus pertenencias, etc.
Es ideal que al hacer amigos se conversen sobre las cosas que no nos gustan y las que sí, con el fin de empezar a poner los límites claros.
Al igual que en otras relaciones, los amigos deben respetarse entre sí, sentirse cómodos, ser independientes y mantener en salud la relación.
“Sed afectuosos unos con otros con amor fraternal; con honra…”
Romanos 12:10