El miércoles de la última semana de Jesús había mucha ira, mucho rechazo y mucha ofensa en el corazón y en la mente de los fariseos, escribas y saduceos en contra de Jesús. Con la limpieza del templo, Él había marcado una línea de no retorno lo cual llevó a las autoridades a reunirse en casa de Caifás, el sumo sacerdote para hacer un complot en contra de la vida de Jesús. Ellos ya no querían que Cristo continuara caminando en medio de ellos; sentían que tenían que quitarlo de medio de la nación y eliminar su vida.
No obstante, al mismo tiempo, había mucho temor en medio de ellos porque estaban en el tiempo de la celebración de la Pascua. Había mucha gente que había ido desde múltiples lugares y las autoridades temían la popularidad de Jesús. Entonces, su plan fue llevar la persecución a cabo después de que pasaran las fiestas para no arriesgarse de que la gente se volteara en contra suya.
Jesús aprovechó ese día a la mitad de la semana para acabar de confrontarlos y los llama, de una forma categórica, hipócritas. Él incluso les dijo que ellos cerraban el camino para entrar al reino de los cielos a la. En otro momento dado, Él les dice que ellos no son más que ciegos guiando a ciegos. Jesús les recuerda que ellos no eran más que hijos de los profetas, o mejor dicho, hijos de las generaciones anteriores que había matado a todos los profetas. ¿Te imaginas lo que es estar recibiendo este diluvio de condenación en contra tuya cuando eres la autoridad religiosa del pueblo? Estas declaraciones de Jesús el miércoles fue otro día más decisivo en Su contra.
Luego de realizar estas interacciones, Jesús se aproxima al Monte de los Olivos y allí tiene un largo discurso donde Él predice el futuro y comienza a hablar acerca del tiempo del fin. Quizás la enseñanza más puntual, más importante recordar es cuando Cristo dice que estas buenas nuevas, el mensaje que Él trajo se predicaría a todo el mundo y entonces vendrá el fin. Nosotros no sabemos cuándo Jesús vendrá, pero en ese momento, Él categóricamente afirmó que hay un momento crucial que determinaría Su regreso y que ese momento es la predicación de Su Evangelio a todo el mundo.
En la medida en que el Evangelio sigue propagándose, y más hoy en día con lo que son los medios de comunicación, podemos tomar esto como una señal de que nos estamos aproximando a paso galopante hacia ese final. La pregunta que queda para nosotros es, ¿Vamos a continuar viviendo nuestra habilidad de una manera superficial como si el ahora continuaría para siempre? o ¿Vamos a reflexionar, a hacer una pausa y reconocer que la vida es mucho más allá de lo que hasta ahora habíamos conseguido? Tenemos que recordar, sobre todo si eres hijo de Dios, que el ahora cuenta para siempre; lo que hagas hoy tendrá un impacto en el mañana. Igualmente, lo que no hagas hoy, no podrás hacerlo mañana, porque el día de hoy ya terminó.
De manera que esta semana te sirva para tu pensar, ¿De qué forma en lo adelante puedes profundizar tu relación con Dios? Porque que precisamente en un día como hoy, miércoles, Jesús nos recordó del más grande de los mandamientos: amaras al Señor tu Dios con toda tu alma, con toda tu mente, con toda tu fuerza, con todo lo que tú eres y al prójimo como a ti mismo. ¿Amas a Dios de esa manera? ¿Amas a Cristo de esa manera? ¿Amas el Mesías de esa manera? ¡Pues que tu vida lo refleje!