Se cuela por una rendija en los recuerdos de mi infancia, casi siempre, un automóvil. Toda mi familia dentro disfrutando la compañía uno del otro. Mi padre, un aventurero. queriendo que sus hijos conocieran su isla caribeña, cualquier festividad era buena para salir juntos. Muchos piensan que el beneficio real de viajar a conocer un lugar está en el llegar y no estoy en desacuerdo con esto, pero hay otros beneficios que solo se logran en el trayecto, por esto, al llegar al lugar nuestros ojos están abiertos a maravillas que solo las apreciamos por causa del trayecto recorrido.
«La muralla fue terminada el veinticinco del mes de Elul,
en cincuenta y dos días».
Nehemías 6:15 (NBLA)
¿Te gustan los aperitivos? Este versículo es un aperitivo, es esa pequeña cantidad de alimento que se toma para estimular el apetito. Leer este versículo despierta el deseo de indagar un poco más sobre esta muralla que había sido terminada en casi dos meses bajo la supervisión de Nehemías, ¿quién es este Nehemías, y qué cosas estaban pasando antes de llegar a este pasaje?
Nehemías fue el tercer líder de la restauración judía. El pueblo estaba regresando de la cautividad y Nehemías fue usado por Dios para dirigir al pueblo a reconstruir los muros de la ciudad en ruinas durante 150 años. En la antigüedad las murallas se construían para proteger una ciudad. Una ciudad sin muros estaba indefensa y desprotegida.
Nehemías era el copero del rey. ¿Sabes qué significaba eso? Probar las bebidas del rey para estar seguro de que este no fuera envenenado. Se requiere valentía, una de las características que poseía este personaje, al que Dios eligió y capacitó para llevar a cabo tan honrosa obra.
¿Qué hizo Nehemías al enterarse de la condición de la ciudad cuyos muros estaban destruidos?
Primero, oró. Cuando Nehemías se enteró de la condición de su pueblo lloró, ayunó y oró. La oración era su práctica. Antes de dirigirse al rey por ayuda oró por cuatro meses. Cuando la oposición se levantó, oró, cuando los enemigos atacaban, atemorizando, oró. El arma que Dios ha entregado, a los creyentes, para resolver problemas y avanzar en esta carrera con la fuerza poderosa de Dios es la oración. Dios nos guía alineando nuestro corazón al suyo para llevar a cabo Su voluntad a través de la oración.
Segundo, evaluó la obra, supo lo que era necesario hacer, Efesios 5: 15a “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis”.
Debemos estar constantemente evaluando la calidad de nuestra manera de vivir y nuestro servicio en el pueblo de Dios. La obra de cada uno será probada, las intenciones reveladas y traídas a la luz (1 Corintios 3:13). ¿Estamos siendo luz en medio de las tinieblas de este mundo, estamos viviendo vidas separadas que glorifican y testifican del Evangelio de Cristo?
Tercero, consideró la ayuda que necesitaba y a quiénes tenía que involucrar en ella, buscando la unidad.
Motivó a otros compartiéndoles su misión e integrándoles según sus capacidades a la obra. La obra no se hace en solitario. Tenemos puntos ciegos que nos es imposible ver en ocasiones, pero nuestro Dios nos ha dotado de hermanos que pueden hacer que veamos lo que somos incapaces en un momento dado (1 Corintios 12). Delegó y asignó tareas reafirmando lo que Dios había dado a cada quien. Supervisó la obra y verificó su ejecución hasta el final, acompañando con humildad.
Debemos estar alertas y verificar la condición de nuestras murallas a todo lo largo de la carrera de la fe. ¿Hay grietas en los muros que necesiten ser restaurados?
La vida de Nehemías tenía propósito y dirección. Perseveraba y se mantenía firme y decidido en completar la tarea asignada en solo 52 días, porque confiaba en el respaldo de Dios para finalizar la obra. Nehemías se mantenía firme a pesar de la oposición interna y externa y Dios estaba presente en su cotidianidad.
Dos maravillosas enseñanzas me retan en este relato.
- Necesito una vida de oración continua e ininterrumpida. Los estudiosos han llamado “Oraciones telegramas” a las que encontramos en la vida de Nehemías. Una dependencia total de Aquel que me ha comprado con Su Sangre. “Orando en todo tiempo con toda perseverancia” (Efesios 6:18)
- Necesito responder a la oposición con una actitud controlada, con prudencia y gracia, sin perder el enfoque, sin olvidar el propósito la meta; sin distracciones que puedan desviar el accionar que inspirará a aquellos que me están mirando. “…Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe”. Hebreos 12:1b-2a NTV
Pablo nos habla “del gran beneficio” de perseverar y terminar la carrera en 2 Timoteo 4:7-8: “He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida”.
Pero ¡cuántos beneficios en el trayecto! Conocerle a Él íntimamente, amarle más para querer ser como Él, aprender a oír Su voz para hacer Su voluntad, ser formados a Su imagen, Su carácter siendo forjado en nosotros, ser usados como vasijas de barro para Su obra, ser instrumento de unidad en medio de Su pueblo.
¿Recuerdas nuestros viajes con mi padre? Él quería que recibiéramos los beneficios del recorrido, del conocer y disfrutar de la belleza del lugar al que pertenecemos, pero en ese trayecto antes de llegar al lugar, nos daba la bendición de conocerle íntimamente, su cercanía nos enseñaba de su carácter y nos mostraba la necesidad que teníamos de su guianza, dirección y de su evaluación y corrección.
