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El día del Señor

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Este domingo, el pastor Miguel Núñez continuó la serie “El espíritu de la apostasía” predicando el sermón “El día del Señor”basado en 2 Pedro 3:1-10.

Cristo y los apóstoles que vinieron después anunciaron la segunda venida de Cristo con palabras de certidumbre, pero la iglesia de hoy se ha entretenido tanto con este mundo que muchos no están pensando en Su retorno y otros quisieran que retrasara para poder vivir sus vidas. Queremos que el Señor altere Sus planes hasta que podamos ver los nuestros realizados. Si el Señor prestara atención a los deseos de nuestros corazones, nunca vendría porque en cada generación hay personas deseando el retraso de su regreso por diferentes razones.

Sin embargo, a la luz del Nuevo Testamento, debiéramos levantarnos todos los días expectantes, pensando que hoy pudiera ser el día de Su regreso; que hoy pudiera ser el día cuando lleguemos a ver a nuestro Señor cara a cara tal como Él es. No puede ser que Dios se moleste en revelarnos porciones de Su plan futuro y que nuestra respuesta sea: “gracias, pero realmente no me interesa.” Este es un tema importante para Dios. ¡Uno de cada 30 versos en el Nuevo Testamento hace referencia a la segunda venida! Más de un cuarto de la Biblia es profecía predictiva y aproximadamente un tercio de esa profecía predictiva aún no se ha cumplido.

Necesitamos escudriñar aquellas cosas que Dios ha revelado del futuro, pero también debemos escudriñar las Escrituras para saber que hacer en la espera. Creo que ahora, al final de un año, hace bien reflexionar acerca del retorno de nuestro Señor y reflexionar acerca de cómo debemos vivir en el 2020 en vista de la cercanía de Su venida, sea cuando sea.

En 2 Pedro 1 y 2, Pedro batalló en contra de los falsos maestros que habían surgido en el mismo seno de la iglesia. En el capítulo 2, Pedro atacó tanto la conducta como el carácter de dichos maestros. Ese capítulo contiene algunas de las palabras y advertencias más severas en contra de aquellos que enseñan herejías, aquellos que han apostatado de la fe y aquellos que tratan de desviar las ovejas del Señor.

Ahora, en el capítulo 3, más que atacar el carácter y la conducta de aquellos que enseñaban falsamente, Pedro se enfocó en contradecir algunas de sus enseñanzas más amenazantes para la iglesia de sus días—aún para la iglesia de nuestros días. Pedro muestra como los falsos maestros estaban tratando de negar la posibilidad del retorno de Cristo para así convencerlos de que podían vivir libertinamente disfrutando de sus deseos carnales. Después de haber tenido un número de años en la fe, la mayoría de los creyentes raramente pecan por ignorancia, sino que pecan simplemente por haber deliberadamente ignorado lo que anteriormente habían aprendido. Para ellos, la verdad de Dios aprendida en el pasado perdió su brillo y su peso, y paso a un segundo plano. En 2 Pedro 3:1-10, Pedro vuelve a referirse a la necesidad de poder recordar lo que ya se nos ha enseñado.