Inicio Sermones Hasta los confines de la tierra Sufrir por Su causa es parte de tu llamado

Sufrir por Su causa es parte de tu llamado

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Los apóstoles habían sido impactados fuertemente por el evangelio, estaban tan seguros del poder de Dios y del evangelio, que no les temían a la muerte física, ya que habían muerto al yo y habían resucitado con Cristo, no les temían a los hombres.
Los versículos de hoy nos narran que el Concilio quería ver muertos a los apóstoles porque no querían seguir escuchando sus prédicas en el nombre de Jesús, pero el fariseo y experto en la ley religiosa Gamaliel, quien gozaba de mucho respeto entre el pueblo y todos ellos, y quien fuera maestro de Pablo, se opuso a esta decisión argumentando que si este movimiento venía de los propios apóstoles se caería en poco tiempo, pero si venía de Dios no se podría detener y ellos se encontrarían peleando contra el propio Dios. Por lo que quedaron convencidos y dejaron en libertad a los apóstoles azotándolos antes y volviendo a recriminarlos por sus prédicas y enseñanzas en el nombre de Jesús.
Estos versículos nos muestran que el Señor tiene todos los corazones en Sus manos y dirige la prudencia sobre lo mundano para frenar a perseguidores. Normalmente el reproche por Cristo es la preferencia verdadera, porque hace que nos conformemos a su imagen y sirvamos su interés. Los apóstoles se regocijaron en lo que les pasaba, ya que si sufrimos el mal por hacer el bien, tenemos que regocijarnos en esa gracia que nos capacitó para hacer así. Ellos no predicaban sobre sí mismos, sino a Cristo, y era la predicación que más ofendía a los sacerdotes y fariseos. Este mensaje tiene este título así porque al pastor le llama la atención el cambio de cosmovisión de los apóstoles.

En la actualidad vivimos en una generación que prefiere escapar de las dificultades antes de sufrir. ¿Qué diría Cristo frente a la Cruz? Nuestra generación no valora el sufrimiento. Al leer la Biblia generalmente no aceptamos sus verdades en cuanto al sufrimiento. El cristiano tiene un llamado al sufrimiento por Su causa. Debemos hacer un cambio en nuestra cosmovisión, ver el sufrimiento y persecución como parte de nuestro llamado.

El texto de hoy nos revela 4 temas importantes. La ira del Sanedrín, La prudencia de Gamaliel, La cosmovisión de los apóstoles y El desacato a la orden gubernamental. A continuación se desarrollan brevemente:

1.- La ira del Sanedrín. Querían matar a los apóstoles. Es una reacción mundana y egocéntrica donde el humano tiene una tendencia a creer que la muerte hace terminar su dolor y sufrimiento. Quiere desaparecer la evidencia. Lo mismo hizo David con Urías.

2.- El Consejo prudente de Gamaliel. Este hombre ve algo importante en este movimiento que pudiera venir de Dios. Ofrece un consejo prudente para que ellos, que luchaban por Dios pudieran verse luchando contra Dios, y que dejarán libres a estos hombres y dejarán la persecución. El Concilio aceptó el consejo de Gamaliel y azotaron a los apóstoles.

3.- La cosmovisión de los apóstoles. Después de recibir los azotes salieron de la presencia del Concilio regocijados porque se sentían dignos de haber sufridos por la causa de Cristo. Es la primera vez que se escucha esto y es parte de lo que Cristo les había dicho en el aposento alto donde les dijo que, si él era perseguido, ellos también lo serian. Este sufrimiento es parte de la gracia de Dios, te capacita para soportar el sufrimiento. En Filipenses 1:29 nos dice que el sufrir por Cristo es una bendición, porque el valor para soportar esos sufrimientos es el fruto de la confianza en Dios. Se aprende a depender de Dios en medio de la dificultad y el sufrimiento. Debemos adoptar una nueva cosmovisión y gozarnos de las dificultades para depender más de Dios.

4.- El desacato a la orden gubernamental. Esto no está permitido a los cristianos, debemos respetar las ordenanzas de las autoridades, siempre que dichas ordenanzas no sean contrarias a Dios. Los apóstoles les dijeron al Concilio que debían respetar primero a Dios antes que a los hombres. Por eso salieron de allí y fueron directamente al templo a seguir predicando y enseñando en el nombre de Jesús.

Para terminar, el pastor hace un llamado a la revisión de nuestra cosmovisión. El predicar a Cristo debe ser la actividad constante de los ministros del evangelio, a Cristo crucificado y glorificado, nada fuera de esto. Por lo tanto, cualquiera que sea nuestra situación o rango en la vida, debemos procurar haberle conocido y glorificar Su nombre.

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