Una Generosidad Ejemplar, es el título del mensaje de hoy del pastor Miguel Núñez, el cual está basado en los versículos del 1 al 8, del capítulo 8 de la segunda carta del apóstol Pablo a los Corintios, en la continuación de su serie Poder En La Debilidad, sobre esta segunda carta a los Corintios.
En los primeros 7 capítulos vimos el amor y consuelo de Dios. En los capítulos 8 y 9 Pablo cambia completamente el tema de la carta, y en ella ahora encontramos suficientes instrucciones acerca de las ofrendas, del dar a la obra de Dios. Pero veremos lo importante que es trabajar nuestro orgullo, ya que es uno de los mayores obstáculos para aceptar este tema. En estos primeros versículos del capítulo 8 el apóstol les recuerda a los Corintios la ofrenda para los hermanos pobres que estaban en Jerusalen, haciendo cumplir esto por sus donaciones, y por el amor y la gracia de Cristo, por lo que agradece esa gran generosidad. Reconociendo la gracia de Dios como la fuente de todo bien en nosotros, o hecho por nosotros, en todo momento. El apóstol elogia la caridad de los macedonios ( iglesias de Filipos, Acaya, Berea y Corintos ), porque lejos de necesitar que Pablo los exhortara, le rogaron que recibiera la dádiva que le enviaron. Cualquier cosa que usemos o dispongamos para Dios, es tan solo darle lo que es suyo. Todo lo que demos con fines caritativos no será aceptado por Dios, ni será para ventaja nuestra, a menos que, primero, nos demos nosotros mismos al Señor. Esto lo hacemos por fe, que es la raíz; y sin fe es imposible agradar a Dios, de modo que los que abundan en fe, abundarán también en otras gracias y buenas obras.
Un autor desconocido dijo que después de muerto, el único dinero que volvemos a ver es el invertido en el reino de Dios. Pensando en algo parecido Pablo enfatiza no solo el carácter de los macedonios ( en la actualidad Grecía ), en lo referente a su misericordia, sino que enfatiza la gracia de Dios. Porque todo lo que pensamos y hacemos es porque Dios ha puesto esa gracia en nuestro corazón. Ellos recibieron abundancia de gracia que les permitió compartir los pocos recursos que habían recibido. Tuvieron un gozo abundante y generosidad en medio de una profunda pobreza, sin embargo la pobreza aumentó la liberalidad de la ofrenda.
Es una paradoja que estos hermanos hayan sentido un gran gozo en medio de la aflicción, y es debido a que las cosas materiales no representan ídolos para los corazones que creen en Dios. La gratitud y fe en el Señor son necesarios para ofrendar abundantemente en medio de la pobreza.
La escasez no es un obstáculo para ofrendar. Las iglesias de macedonia que eran pobres dieron porque quisieron, libremente ofrendaron, porque tenían una visión correcta de la vida, valoraban más la vida venidera que la actual. Sentían que es un privilegio dar para Dios. Ellos suplicaron tener el privilegio de aportar para el sostenimiento de los santos. Pablo no les pidió, parece que les dijo que no aportaran por su precaria situación, pero ellos le suplicaron tener ese privilegio. Es una demostración de que la escasez no es un obstáculo para dar.
Para ser como los hermanos de macedonia, que ofrendaron aun siendo pobres, primero lograron entregarse al Señor antes que nada. Primero debo darme por entero a Dios, y luego podré dar libremente para Su obra, porque lo que hemos recibido por gracia, por gracia debemos dar. El ofrendar es una obra de gracia que Dios pone en nuestro corazón. No es una obligación, es voluntario, es motivado por el amor.
El amor es el gran motivador de la vida cristiana. Por amor Dios da a su própio hijo. Por amor Cristo se sacrificó en la cruz. Dios dice que si lo amas debes cumplir sus mandamientos, amarlo es lo único que pide. El amor verdadero da sin medida.
Finalmente, ser rebelde al dar es un problema de fe. No creemos que Dios está con nosotros, que nos sostiene y que por Su gracia tenemos las cosas que tenemos, y que siempre nos da lo que necesitamos, no lo que queremos, pero si lo que necesitamos.
Padre celestial, aumenta nuestra fe. Que podamos verte en cada acto de nuestra vida. Que podamos tener misericordia para el prójimo como Tú la has tenido para con nosotros. Bendiciones.