El pastor Miguel Núñez continúa hoy su serie El Poder En La Debilidad, con el sermón El Testimonio De Dios Que Llama, basado en la segunda carta del Apóstol Pablo a la iglesia de Corinto, capitulo 1, versículos del 18 al 24 y capitulo 2, versículo del 1 al 4.
En estos versículos el Apóstol se defiende del cargo de liviandad, vacilante e inconsistencia que le formularon los corintios al no ir a visitarlos. Pablo les recalca que tanto él, como Timoteo y Silvano ( Silas ) no han hablado en la carne para que sea Si y No, porque nada puede volver más ciertas las promesas de Dios, que están dadas por medio de Cristo, que son siempre Si y Amen. Porque Dios demostró que sus promesas son siempre Si, cumplidas a través de Cristo, cuando envió a Su hijo a morir por todos, para darnos salvación y vida en abundancia.
Aunque como pecador el Apóstol solo podía regocijarse y gloriarse en Cristo, como creyente podía regocijarse y gloriarse en ser realmente lo que confesaba. La conciencia atestigua acerca del curso y tenor constante de la vida. Por eso podemos juzgarnos y no por este o aquel acto aislado. Lo que conversamos tiene que ser bien ordenado, cuando vivamos y actuemos bajo el principio de la gracia en el corazón.
El Espíritu Santo confirma a los creyentes en la fe del Evangelio, porque el despertar del Espíritu es una primicia de la vida eterna. Los consuelos del Espíritu son una primicia del gozo eterno.
También les recuerda que mediante una carta que no fue guardada, les reprendía fuertemente por sus conductas y que su visita en esta oportunidad sería de mucha tristeza, porque tendría que continuar con las reprimendas, y que no quería tristezas ni para ellos ni para él, quería que su visita fuese de alegría, porque los amaba mucho.
Con la expresión de que tan cierto que Dios es fiel, Pablo apela al carácter y característica de Dios. Igual como Dios es fiel en el cumplimiento de Sus promesas, él es fiel en sus palabras. Por eso no considera justo que lo acusen de liviandad, vacilante e inconsistente. Dios es su testigo de que no quiso crearles más angustias y tristezas, y que su estilo de vida ha sido consistente con los propósitos de Dios, e invoca a Dios como testigo de su vida, de su caminar y de su alma.
Los corintios eran muy carnales, y por eso interpretaban el comportamiento de Pablo como de vacilante e inconsistentes. Porque nuestro carácter hace que veamos las situaciones de una manera particular, como somos, y el ver las situaciones de esa manera particular nos hace actuar. Actuaron contrario a Cristo, que vio pecadores y almas que salvar en vez de asesinos que lo estaban crucificando.
Negar la veracidad de las enseñanzas y predicaciones del Evangelio de Pablo, era negar las bases de la salvación de los corintios, por eso no era justo que lo acusaran de falso maestro.
El rol y responsabilidad de un pastor y ministro del Evangelio es cuidar las almas de las ovejas para proveerles la vida abundante que promete Dios a través de Cristo, y una manera de cuidar las almas es la confrontación y reprender las actuaciones de algunos. Por tanto, para Pablo era de mucha tristeza tener que volver a confrontar y reprender a los hermanos de Corinto, y sabia que le seria de mucha tristeza para ellos también. Y no queriendo eso para ellos, no quiso volver en ese tiempo, sino luego cuando las cosas cambiaran, ya que su alegría provenía de que ellos estuvieran alegres.
Dios es fiel a aquellos a quienes llama y ha sido fiel con Pablo. La fidelidad de Dios con el pastor o ministro y con las ovejas, es lo que permite ir lidiando diariamente con las particularidades de una congregación.
Que el Señor nos ayude a ser fieles como El ha sido fiel con nosotros y que nos de la fortaleza que necesitamos para no ser vacilantes, a fin de ser sal y luz en este mundo. Bendiciones.