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Sabiduría para la vida 2 – Pastor Héctor Salcedo

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El pastor Héctor Salcedo Llibre continuó hoy con el segundo sermón, de tres, de su serie de mensajes titulada: Sabiduría Para La Vida, basado en el libro de Eclesiastés.

La semana pasada se inició el mensaje ubicando a la congregación en el contexto del libro y su autor Salomón.  Eclesiastés,  junto a Proverbios y Cantar De Los Cantares, fue escrito durante su reinado entre los años 965 y 928 antes de Cristo.

El propósito de este libro es llevarnos a la reflexión para saber si damos nuestra vida a la causa correcta y eterna, si son para la causa de Dios.

Partiendo de 4 premisas importantes, Salomón presenta cual ha sido su búsqueda de felicidad y propósito, las cuales son: La dedicación al escribir este libro para la edificación de la congregación a través de sus experiencias, La obligatoriedad de esta búsqueda en nuestras vidas, Lo intenso de esta búsqueda y, Lo redentora que puede resultar esta búsqueda.

El pastor concluyó su mensaje de la pasada semana diciendo que si este mundo no nos satisface, o no nos llena, es porque fuimos hechos para otra vida, para otro mundo, y por eso Cristo dice que vino para darnos esa otra vida en abundancia.

Hoy el pastor comienza diciendo que Eclesiastés puede considerarse un libro autobiográfico, ya que presenta las experiencias adquiridas por Salomón durante su vida y las expone precisamente como sus experiencias para edificación. Aquí Salomón se pregunta cuál es el beneficio que el hombre obtiene al hacer lo que hace, si vale la pena todo lo que uno hace en su vida.  Las conclusiones específicas de la búsqueda de Salomón fueron las siguientes:

1.- Vanidad de vanidad. Todo lo que hacemos es por vanidad. Nada de lo que hacemos en este mundo material tiene propósitos eternos, por lo que para él es vanidad de vanidad y,

2.-Correr tras el viento. Todo el esfuerzo que hacemos para lograr cosas es como correr tras el viento, no lo podemos alcanzar ni obtener.

No encontramos propósito y significado en esta vida por 3 razones:

1.- Todo lo que se nos presenta en la vida tiene un propósito vacío. La filosofía y el placer, no lo satisfizo en la búsqueda del significado y propósito de la vida. Estas cosas por si solas no son pecaminosas, se convierten en pecado cuando las pongo en primer lugar en mi vida. Salomón trató varias opciones,  como la risa, el alcohol,  la construcción de obras de ingeniería,  servidumbre, ganados, acumulación de riquezas, muchas esposas y concubinas, 1,000 en total, etc., pero tampoco encontró satisfacción. Son sólo argumentos y estrategias momentáneas, sin producir plenitud para su alma, porque en nuestra mente y corazón pensamos que son cosas que necesitamos, los constituimos en ídolos. Salomón vivió complaciendo sus deseos para tener las experiencias necesarias en la búsqueda de satisfacción y plenitud para su alma, y al final, para él todo era vanidad.

2.- El carácter incomprensible y doloroso de la realidad en el mundo en que vivimos. Reconoce que las cosas y las personas no son como deberían ser. No tenemos respuestas concretas a nuestras interrogantes de existencia. Además de las injusticias de unos sobre otros. Por este mal funcionamiento del mundo, doloroso e incomprensible, nada nos satisface, todo es vanidad.

3.- La muerte. Este estado es la conclusión y verificación de que las cosas por las que luchamos no tienen sentido, son vanidades. Al final está la muerte, por eso Salomón dice que aborreció la vida y todo lo que hizo se lo dejara al que le sigue.

Las cosas materiales que logramos en esta vida no tienen sentido, pero las obras que hacemos para la gloria de Dios nos siguen a la eternidad, por lo que el evangelio de Cristo es la respuesta a nuestras búsquedas de significado y propósito, porque Cristo venció  la muerte y todo el que crea en Él tiene vida eterna.

Padre, ayúdanos a enfocarnos en Ti, en Cristo y Su Evangelio, que Tú seas nuestra meta, para encontrar propósito y significado en esta vida, y que las cosas materiales sólo sean para nuestro disfrute temporal. Bendiciones.

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Economista de profesión y pastor de corazón. Posee una maestría en Estudios Bíblicos en el tradicional Moody Bible Institute de Chicago. Como economista, cursó estudios de Maestría en Macroeconomía Aplicada en Chile a mediados de los 90’s para ejercer dicha profesión durante casi 15 años en el medio económico-empresarial. Ha laborado desde los inicios de la IBI, pasando por diversas asignaciones conforme el crecimiento lo requirió. Desde 2004 es uno de los pastores de la IBI, y desde 2009 lo ha sido a tiempo completo. Entre sus funciones se encuentran el manejo administrativo y financiero de la IBI e Integridad & Sabiduría. Asimismo, está a cargo del Ministerio de jóvenes adultos de la IBI (M-Aquí). Cuando las circunstancias lo requieren, es uno de los pastores que predica en la IBI. De hecho, la enseñanza de la Palabra de Dios es su mayor pasión, sobre todo su aplicación práctica a la vida. Está casado con Chárbela El Hage y juntos tienen dos hijos: Elías y Daniel.

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