El pastor José Mendoza comparte con nosotros las luchas que Asaf experimentó para recobrar la perspectiva divina: frustración al intentar hacer lo correcto y ver todo en contra, dificultad para entender lo que estaba sucediendo y amargura de corazón. Asimismo el pastor José nos presenta los remedios que sanaron el corazón del salmista, los cuales pueden curarnos también a nosotros: saber que no estamos solos en la batalla, pues Dios y su pueblo están con nosotros, entrar a la presencia del Señor (ver las cosas desde su perspectiva) y reconocer la compañía incondicional de Dios (su presencia continua a pesar de quienes somos). Luego de que Asaf reenfocó su ojos hacia arriba pudo comprender que Dios era su fortaleza y que solo en él está el bien.
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