Tesis basada en Apocalipsis 4 y 5. En el presente, la adoración parece estar diseñada para deleitar al hombre y no para honrar a nuestro Dios. Lamentablemente, por mucho tiempo hemos venido observando cómo la adoración, con frecuencia, tiene en mente o tiene como meta producir cierto gozo en el hombre sin contar con la honra, la majestad y la reverencia debida a nuestro Dios.
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